Te pregunté si querías conocer el mundo desolado de la demencia.
Sé de gente cercana que sí ha vivido de cerca la experiencia como testigos y otros
que como yo descendierona a las catacumbas y no volvieron más.
A veces pienso que el suicidio sí es un método, una puerta de salida al sufrimiento,
que la mente crea para torturarte. Los suicidas merecen todo mi respeto. He pensado en hacerlo innumerables veces pero soy religiosa, criada con principios sólidos y soy muy cobarde para pasar el resto de la eternidad castigada en los fuegos.
Algún día, si gustas, te haré descender por los laberintos del submundo, del mundo paralelo, que existe a nuestro lado. Si yo tengo ganas de recordar y si tú tienes el valor de sentir la angustia del desesperado,
la ansiedad insaciable, juntémonos para visitar juntos el infierno de la locura.
Quizás no llegues a experimentar lo que yo vea o escuche , pues a mí me apresa la sicósis, pero eres un ser humano y tu sensibilidad captará los niveles del tormento, la soledad de un grito que no se escucha en la noche o la mano que no sostiene tu mano.
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