Como ya escribí, mi locura me ha ayudado mucho .
A creer en estafadores que por mi fé en Dios publicaron mi libro.
A ser inensata y atreverme a lanzarme a la palestra y triunfar, temporalmente, pero triunfé sin ganar nada y perdiendo mucho.
Qué si no lo hubiera hecho, no sería hoy el orgullo familiar.
Gastarme el dinero que no tengo en causas perdidas,
es decir en ayudar a un jovencito que miente pésimo a comprar unas medicinas que sé no existen.
Me gusta ser así, impulsiva, no pensante. Me operé la cara apenas me vi fea y ahora estoy linda y llena de deudas.
Nadie puede hacerme cambiar. Solo las medicinas que ahora las compro con tarjeta de crédito y pago porque la verdad, Dios es muy grande.
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