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viernes, 30 de septiembre de 2016

Recorro surcos polvorientos y estrechos entre ramadas de frutos.
Quedo presa de esa atmósfera misteriosa, secreta, mía.
No hago esfuerzo alguno para liberarme de las ramas
que obstaculizan mi paso.
Se está  tan fresca aquí,aspirando la fragancia de las plantas,
embriagada de su olor intenso y delicioso.
Desde antes del alba estaba en pie arreglando la habitación de eternit que compartía con Mirtha y su hijita.  Casi no dormía, sea por lo estrecho del espacio sea por las goteras del techo.
Los fines de semana trabaja medio día en la fábrica y empleaba ese tiempo en arreglar los desperfectos. Algo absolutamente nuevo para mi, quien siempre contó con un electricista, pintor y cuanto hombre para esos oficios. En fin, aprendía a coscorrones y por orgullo pues Mirtha valoraba mucho esos afanes en una pareja viril. Este último fin de semana no dije nada pero después de la fábrica salí a perderme por aquellos surcos polvorientos que tanto amo. Encontré una huerta de higos maduros, y comí mi fruta favorita y recolecté para llevar a casa, nadé en la laguna de los patos y logré llegar al confín del río donde sus aguas se confunde con el mar. 
Contemplé maravillado el cambio de color de las aguas de río con las azules verdosas del mar.
Volví a casa muy tarde, con ganas de ser soltero sin compromiso y dormir hasta mediodía el día siguiente.
Tú no sabes pero sospechas .
Mis ojos brillan solo saber de ti.
A  pesar,  que  un cielo y el océano nos separan
y que quizás no nos volvamos a encontrar 
Yo no te olvido,  dulce , loco, poeta mío. 
A la distancia, 
tu alma acaricia la mía,
yo sonrío dulcemente por los rincones,
En secreto, nos amamos.
Mis nervios son cables desorganizados, tendidos , desordenados.
Apreto uno y salta la pierna, grita el loro, empiezo a llorar.
A buscar al especialista en nervios, a quien,  como paciente costurero una
cada nervio, terminación nerviosa con la otra.
Hasta ese momento, no respondo.
Araño, escarbo , calculo la tierra que separa tu alma de la mía.
Es inútil, debo atravesar un océano además de los desiertos.
Sin embargo, tú vives en mi.
Una pierna levantada, la otra, la derecha primero, sigue la izquierda, así sucesivamente bailamamos la danza del can can. 
Con las faldas muy arriba de las rodillas, atraemos la atención de los hombres, la furia de las mujeres, el horror de los curas. 
Nosotros somos tan felices, bailando así.
Intento de revés, camino de espaldas, me paro de cabeza , camino de manos,  avanzo varios metros . Me encaramo y sorprendo con un salto mortal , vuelvo a pararme de cabeza y de manos, casi domino  las maromas.
Pronto me presentaré al circo.
Un paso, tres, cuatro, caigo al suelo, repto, a gatas llego a la meta. Erguida, recobro la dignidad , río para mí misma. Con esta gorra y el atuendo, nadie me reconoce. 
Continúo , un paso, dos, tres  hasta dominar los saltos.
Domo mis nervios, la voluntad para continuar viva
Las fuerzas flaquean, es cuestión de tesón , coraje.
Salgo a correr por el bosque y contemplo el paisaje.
Colmada de mil tonalidades de verde , regreso a casa.
Plena, satisfecha de mi misma, vuelvo a mis quehaceres.
Nadie sabe los esfuerzos por llegar intacta a esta hora. 
Tornea tus nervios como un alfarero trabaja la arcilla.
Llega a domarlos como se amansa a una fiera.
Las aves  de rapiña se alejarán de tus sueños . 
Descansarás en paz, por fin.
Amansa las horas, tus nervios, los músculos , cada hueso y cada poro de tu cuerpo , mujer.
Falta mucho trecho por recorrer estos días de plomo y aguacero.
Necesitarás todo el coraje y tu aliento ,guardado para las grandes ocasiones.
Ya superaste el primer escollo, el día entero aguarda por ti.
Saca ese coraje, el valor que guardas en tu pecho.
Anda, vamos a correr al parque, 
hazlo por mi.
Y uno, dos, tres pasos, al suelo, otra vez, en pie. 
Uno, dos, tres, al suelo. 
Repítelo hasta que te convenzas que nada ganas llorando.
No permitas que  te derroten, 
Tú eres un muro, una columna y una flor.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Dos , tres, cuatro pasos y un océano me separan de ti.
Mi alma vive en la tuya, aún tú no lo sepas. 
Escribo unos versos pues tu nombre hace sonreír a mi alma
y mis ojos se iluminan solo recordar los días, las horas juntos.
Te amo, tú lo sabes bien, y en silencio respetas mi sentimiento.
Algún día me amarás con la fuerza de mi amor, con el mismo ardor.
Ahora esconden las letras de mi vista, esconden párrafos enteros de mis escritos y veo lo que ellos quieren que yo vea. Desespero, aterrada dejo de escribir, de leer , espero a que se larguen del todo de mi cabeza pero no se inmutan. Son fuertes, tenaces las cosas estas, ahora ya no puedo leer mis mensajes pues confundo los nombres . Los escucho reír.
Son voces guturales, voces femeninas, dulces, voces de mando, terribles que dictan, orden, discuten entre ellas en mi mente y yo las escucho pasiva y desesperada de no poder huir de ellas ,no aplacarlas, silenciarlas para siempre jamás.
No existe un lugar en este mundo para mi y mi tristeza.
Siempre sobro en la familia, en reuniones , no entiendo a la gente,
la gente no me entiende y se abre un abismo de soledad en ellos y mi tristeza .
Soy insoportable hasta para mi misma. Debo ser insufrible.
No quiero molestar a nadie con mis tonterías.
Quiero desaparecer del mapa pero me falta el valor.


No existe un lugar en este mundo para mi y mi tristeza.
Doy pasos de hormiga nerviosa alrededor de mi habitación. 
Mi mente hierve , en plena  ebullición. Dictan, hablan, discuten a grandes voces sobre cualquier  tema ajens.  Asuzan, asustan,  hiervo.   No puedo huir de mí propia cabeza, de la nebulosa de mis propias ideas. Aturden, paralizan, derrotan, demuelen mi voluntad y caigo al suelo. Tendida tapo mi rostro, las orejas . Grito.
Ando, desando los pasos alrededor de la luna, vuelvo por el sendero plateado y luminoso a esconderme de aquellos que vienen por mi. Tanta luz los asustará, pero no se amilanan y se inicia la persecución. Quedo al borde del abismo cósmico.
Se ha iniciado la batalla, cruenta, invisible, mortal en mi mente. 
Tormentas de arena se levantan para engañar a mi enemigo,
mientras cabalgo sobre la oscuridad y apuñalo al espíritu.
Mato uno. Se reproducen por miles. Guerra de largo aliento.
Cerebro desvastado.
Mientras los seres invisibles rondan y atormentan mi mente, en silencio invoco tu nombre, amado.
Estás presente en mis tempestades , en mis pocas alegrías, en mis noches, en mis días , y tú, no lo sabes.
No existe lugar en sobre la tierra donde yo pueda escapar de los demonios que pueblan mi cabeza.
Susurran , aparecen, caminan, cuentan angustias y con el ruido , no puedo dormir.
Aquí estoy, en la madrugada, sola con mis fantasmas escribiendoles para pedirles me dejen en paz.
Camino la noche entera, imnsome criatura buscando a cualquier ser  para paliar el sufrimiento.
Sé que es mi mente la que crea las figuras que aterran mis días y mis noches.
Más a mi mente nada la domina . Es montaraz , es rebelde, como demente es incontrolable.
Repto, a  duras penas muevo mis extremidades, no puedo, no quiero, ya no doy más.
Esta batalla silenciosa horada mi cuerpo, cercena mis ganas , aúllo por ayuda.
Nadie oye mi grito. Me tiendo mansa a aguardar el embiste de las huestes invisibles de mi mente.
Hoy no camino, ni ando, apenas me arrastro por las cornisas .  
Soy un reptil, coleóptero sin más vida que unas pocas horas.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Clamo a la luna llena,
pido por  su luz ilumine el campo de batalla.
Enfrentaré al enemigo a sangre y fuego,
con armas punzocortantes y mucho valor.
Ilumina luna mis pasos , oculta mi figura,
hazme invisible a ojos de mi rival. 
Debo ganar esa batalla que durará más de 30 días.
Vestiré mi cuerpo con armadura de hierro,
mi cabeza con yelmo de plata y empuñaré una lanza muy afilada
Montada sobre una yegua blanca daré el combate al enemigo.
Desde ahora vamos preparados para la batalla.
Día y noche, noche y día entrenamos con ardor. 
Las olas golpean feroces  mi cuerpo 
No puedo mantenerme en pie.
La corriente me arrastra, me golpea contra la arena y 
amenaza chocar contra el malecón.
 Suelto los músculos, serena,
nado a favor de la corriente 
y ésta me deja como un beso en la orilla.
Ya no cuento horas, ni días.
El tiempo se escurre por los dedos pero no temo más.
A cabalgar sobre el relámpago enemigo, 
embestir a la temida incertidumbre.
Siento fluir sangre guerrera por mis venas.
Llevo un cuchillo entre los dientes.
Retiro los tules de mi habitación.
Toda tentación , que me asalte durante los meses que dure la batalla.
Debo resistir fuerte, cabalgando sobre las tormentas, con fé y uñas de acero.
Ningún toro me embestirá.
Tumbada, como un paciente sin remedio, engaño a la incertidumbre.
Junto fuerzas para la próxima batalla.
Será de  largo aliento para probar el  coraje , la fé por un mes o más, quien sabe.

Dos, tres, cuatro pasos, descanso, sigo adelente.
No hay tiempo que perder. 
Cinco , seis, siete, a punto de llegar a mi meta, a tiempo. 
 Agil , rápida, concentrada,  con los ojos fijos en la mira.
Araño con las uñas ensangrentadas la pared, la escalo , subo a duras pena a la cornisa , alcanzo los límites con la pared vecina,  me arrojo al jardín desconocido, exploro en puntas de pie, un perro ladra, tiemblo, encuentro una bolsa con pan caliente, tomo uno, con el pan en una mano y con la mano libre , escalo la pared y escapo hacia otros lares, donde nadie pueda limitar mi paso.
El espigón de la playa sería un lugar perfecto para arrojarme.
Confío en remontar sobre el viento, girar en las esquinas y nadie me capturará.
De peores tragedias he sobrevivido , arriba el ánimo , a entrenar el espíritu para una batalla larga
y el cuerpo. Ambos funcionan como una dupla salvadora, ágil, de reflejos instantántaneos.
No existe lugar sobre la tiera donde no more la esperanza. 
A ella me aferro, a mi fé, a los esfuerzos de la gente que me quiere. Continuar la espera con las armas en el cinto. Y el caballo ensillado. La imaginación desbordada para seguir creando.
Luego, si dios quiere,  celebraremos todos. 
Desnuda, con el rostro descubierto y las manos abiertas me presento a la justa.
Mi  fortaleza es la astucia y la agilidad para remontar situaciones adversas. Puedo cabalgar un relámpago, huir en un caballo imaginario.
Tengo esperanzas ,el panorama puede ser de estrellas brillantes o prepararme para otra larga, angustiosa espera.
Mi cuerpo, la piel que lo habita se ha endurecido,
mi alma ha ganado en coraje.
Vengan a mi, enemigos sin corazón.
Les haré frente, los engañaré o tal vez, huiré.
Gusto no les daré.
El tiempo temido está a la vuelta de la esquina.
Yo ya no tiemblo ni lloro.
Aguardo firme la batalla.
Erguida y desnuda me enfrento al ataque de las fuerzas enemigas.
Sé que cabalgaré sobre un relámpago y ganaré la batalla.
Con la ayuda de dios.

martes, 27 de septiembre de 2016

Bordé un encaje precioso con hilos de oro, que succioné de tus labios mientras dormías.
Era materia tan preciosa, valiosa que se quebraba entre mis dedos.
Quiero entregarte este encaje que contiene mis fluídos también cuando arribes.
Algún día.
Sería bueno  atar con un lazo precioso las horas con los minutos, anudarlos muy fuerte, que no escapen y detener el tiempo. Así evitaría la llegada del mes siguiente y sus contratiempos, graves muy graves.
Sopla viento del norte, sé un látigo contra el tiempo, que me hiere el alma.
Sopla viento del sur, sé imbatible cimitarra contra los días aciagos de la escaces.
Prefiero sentir el frescor violento en mi rostro, que atravesar los tiempos que aguardan como una guadaña por mi.
Escucho el furioso aleteo de las aves de rapiña
Vienen por mi.
Abro los ojos , atenta , guardo una daga en la corva.
A aguardar la confrontación.
Son aves de rapiña , las que vuelan sobre mis sueños.
Aletean furiosas  , no permiten que lea mi futuro .
Despierto, plumas negras sobre la almohada.
Escalo, subo, trepo, alcanzo la cima del barranco, me siento a contemplar el panorama desde esta posición privilegiada. El mar ruge furioso con su blanquísima espuma como sonrisas de niñas, el viento acaricia mi rostro mientras el cielo clarea solo para mi.
Es la fortuna de ser la mujer del malecón.
El mes de octubre se acerca amenazante como una ola gigante dispuesta a tragarme .
Estoy en manos de dios, del destino, las estrellas y los buenos oficios de gente amiga.
El se comporta como un león. 
El miedo lo llevo adherido en cada poro de la piel, está asfixiando mi garganta. No debo pensar, no debo pensar.
Un pie arriba, sigue el izquierdo, así sucesivamente , volteo, hago el camino de espaldas, choco contra un muro, me hago daño, caigo aparatosamente , me levantan dos vecinos, continúo con mi marcha que debe terminar al final del malecón. Necesito escuchar el rugir de las olas para sentir el valor de afrontar un día más sin respuestas.
No existe nada nuevo bajo la luna, solo el trabajo diario, el esfuerzo disciplinado de escribir como quien esculpe, dibuja mil veces, hasta que un día alcanza la calidad deseada. La inspiración es un cuento de niños.
A pico y pala me levanto a ejercitar  diariamente poemas, que serán en un futuro un gran poema. Es trabajar el oficio, soltar la mano y la mente. Llamar a la inspiración, crear situaciones, pasajes, paisajes, sensaciones, cada día de tu vida.
No existe un cese en mi camino, sí pequeños descansos , nunca desvíos de ruta. Ser poeta fluye por mi sangre, es mi vocación inevitable modo de vida  y meta por siempre.
Subo tres escalones, descanso un segundo, giro en reversa, trepo de espaldas hacia la cumbre, hacia el pico más empinado, desde donde saltaré a surcar el cielo.
Paso uno, paso dos, paso tres, me detengo, respiro. Así domaré las horas del día antes de la llegada del enemigo mortal.
A pecho descubierto y  con las manos vacías enfrento el día nuevo.
Al tardar la respuesta ansiada, visto de sombras ,
más cabalgo sobre las horas sobre el chúcaro caballo, que es mi vida,
y que no será domado jamás.

lunes, 26 de septiembre de 2016

El pecho descubierto, la cabellera en llamas, a tu encuentro voy vida,  con valor y coraje.
No existe más temor  en mi cuerpo. 
Cabalgo sobre los cielos entre el fuego y la llovizna, plena y vacía, amando inevitablemente.
Escucho el aletear de las aves carroñeras  muy cerca. 
Vienen por mi.
Espero con una daga en la corva,
entre los dientes muerdo un puñal .
Arranco tu corazón de cuajo, lo hinco con los dientes , con asco lo escupo lejos.
Los gusanos se lo comerán.
Escarbar, arañar, hinca. Nunca desmayar, ni para respirar.
Arranco de cuajo mi alma débil, coloco en su lugar el corazón guerrero que bebe sangre.
Calzo mis botas con espuelas, ensillo el caballo y busco a mi enemigo.
La batalla es mía de antemano, solo mi porte , asusta, mis ojos echan chispas,
mis armas brillan al sol.
Es hora que pagues por tu cobardía, hombre, infeliz entre los infelices.

Cabalgo sobre el tiempo con un cuchillo entre los dientes.
Ya he perdido el miedo y la verguenza.
Tú, hombre dices ser y agredes, amenazas, escupes a la mujer, que una vez amaste .
Luego perpetrado el hecho, corres como una rata asustada  a esconder tu verguenza  por los rincones.
Tomas aire y nervioso sales a averiguar si hablan de ti.
Solo de ti, tú y solo tú importas. 
Ya todo el mundo sabe que fuiste el cobarde que agredió a su ex mujer cuando ella estaba sola e indefenda . A la que le dió tantas veces la mano , a tus hijos. 
A la cárcel debes ir , ya es hora .
Enciendo un fuego con mis propias manos. 
Arrojo pedazos de mi alma, aquellos oscuros e inservibles  que han perdido la fé.
El fuego crece y mi alma es nueva.
Bailo  una danza salvaje festejando una nueva era, un ánimo bueno , La ilusión.
Tejo un sueño con dos hilos delgaditos que encontré en la calle.
Estaban sucios, los lavé y ahora avanzo con ellos un diseño hermoso.
Hilos que rescatarán mi día de la tristeza, abrigarán el pecho de un niño 
Nadie sabe que te manda el cielo para salvarte de la desesperación.
Unos hilos, un tejido, un poema.
Ya no me preocupa el tiempo, estoy cabalgando encima de él, solo espero el cuchillo a traición,
la daga por la espalda.
Aquí juego a escribir cuando en la realidad yo  busco es morir.
Terminar con este asunto de una puta vez.
Ese es el quid del  asunto.
No quiero escribir poesía, no quiero hablar con nadie.
Escribo, porque sé que libero mis angustias ,
 puedo crear de pronto un buen poema entre mil.
Si no, me taparía con la colcha y no  levantaría cabeza más.

Araño, muerdo, pellizco mi propia piel para sentir que estoy viva.
Hago maromas, camino de manos, parada de cabeza para confirmar que soy la misma,
que mi esensia no ha muerto.
Soy la gata que maúlla su dolor en la penumbra de los rincones.
Aquella que oculta su dolor.
Sabe muy bien qué pasos dar, hacia dónde ir.
Tiene miedo.

domingo, 25 de septiembre de 2016

Un rayo de luz se filtra por mi ventana. 
Espero sea una señal, un aviso de la tan ansiada noticia.
La mano del domingo rodea mi cuello, lo asfixia, lucho.
Paso la tarde disputando por mi vida.
De rodillas, sentada, con los brazos levantados hacia el cielo rogué a un dios sordomudo por la quietud mental. Kilos de medicamentos no bastan para aplacar la desesperada voluntad  de querer vivir a mi manera, con quien yo quiero. Lo he hecho, lo cumplo y se sucede otro tormento. Así es mi vida.
No existe lugar sobre la tierra para encontrar paz para este cuerpo, este espíritu inconforme y rebelde.
¿ Cuántas veces clamé llorando me  poseas, Serenidad  sea yo  un ser conforme con mi destino ?
Mil veces y de un millón de modos . 
Aquí estoy  rogando   por una paz, que aún no conozco, por el poema imperfecto, por el inquilino que tarda una tarde de domingo demasiado lenta para atravesar sin desesperar. 
Siento tus dedos largos, Domingo, apretando con fuerza mi cuello, cortando mi respiración. 
Me haces mucho daño y no puedo hacer nada contra ti.
Son días como hoy, cuando ni tu voz , puede aplacar el fuego calcinando mis entrañas.
A golpe de martillo o a puntadas de aguja e hilo pretendo lo imposible, capturar las horas, tenerlas como rehenes de mi incertidumbre. Nadie pagará nada por mi tiempo, me cobrarán la demora con creces.
Las horas se escurren entre mis dedos, inasibles, ingrávidas , invisibles. 
Solo atando una hora con la otra ,con punto cruz y doble vuelta o tejiendolas se verán detenidas en el tiempo.
Coso, uno, pego, con hilo de zurcir los días, las horas , los instantes.
Así no escaparán , no pisotearán mi cuerpo, me derrotarán y vencida,  enfrentaré al enemigo desarmada.
Amor, no conozco tus sentimientos verdaderos hacia mi. No importa.
Yo te amo, tú iluminas mi vida, enciendes los días solitarios.
Guardo tu risa en una caracola de mar, tus manos en una urna.
Eres mío, aún tú no lo sepas.
Subo la pendiente, el pico más alto es mi objetivo. Trepo, araño las piedras,  alcanzo altura, escalo paredes, mis pasos no dudan, prosiguen, las manos heridas, no me detengo, casi llego, el mar ruge a mis pies, el sitio más alto es ahora mío. Saco las alas de mis costillas y echo a volar.
Camino de espaldas, parada de manos, volantín para atrás. Avanzo tres pasos, dos, uno, caigo, me encaramo de manos , otra vez. Así paso la mañana entera , la mente alejada de las ideas crueles.

sábado, 24 de septiembre de 2016

Unir bloques de horas pegados con goma , coser cortinas gruesas para no dejar pasar la luz. Jugar al claroscuro con ellas simulando días y noches.
Todo lo cumpliré y mientras me ocupo, el asunto caerá resuelto de puro maduro.
O si solo camino , descalza y desarmada a mirar frente a frente la cara de aquél temido enemigo.
Quizás su peligro no sea tal, ni las heridas incurables.
He ideado engañar al mes entero con un juego de luces. 
Basta usar cortinas gruesas para crear una noche más larga y productiva.
El telón claro será un día de dos horas para las necesidades básicas.
El mundo seguirá su marcha, yo no me subiré a su vagón de carga esta vez.
O coser con punto cruz , una hora con cuarenta minutos, y seguir así hasta formar una cadena que amarraré firme al dintel de mi ventana. Es necio atentar contra la realidad.  Cobarde no aceptar el arribo de mi enemigo mortal.
A golpe de martillo y clavos, pretendo sujetar una hora, espacio de tiempo ingrávido e invisible ,que escapa libre e inexorable hacia donde le da la gana.
Tejo horas con minutos en punto cruz y los cuelgo de mi ventana  por saber de ti, amado.
 Tu presencia  incendia mis temores , los reduce a cenizas, olvido mis obsesiones, la incertidumbre.

Mis poros se contaminaron de desesperanza, y no tengo forma de limpiarme.
Me ejercito, corro, aspiro, respiro, suspiro, lavo,. Con un cepillo de cerdas  refriego, la piel de mi cuerpo. Habita ya con la incertidumbre. Son parte mía. 
Pesada carga es llevar la mochila a  días de enfrentar al enemigo.
Un rayo de luz  enciende mi alma, un guiño , un saludo, eres tú .
La angustia baja sus niveles , no me ahoga , respiro y sueño, suspiro por ti.
Gracias, mi amado por aparecer para recordarme que la vida es bella.
Lavo, resfriego, enjabono , cualquier partícula de incertidumbre que albergue mi cuerpo , mi mente .
La incertidumbre y la angustia se aliaron para vivir a expensas mía.
Extravié la paz, se escurrió entre mis dedos .
Un ser maligno roe mis entrañas, mis mente, confunde mis ideas, roba mi sueño, crea fantasmas que vuelan en torno a mi.

Días, horas, minutos, segundos, instantes caen con estruendo sobre mi mente y solo queda huir , correr, salvarse de ellos. Cerrar los ojos, dormir.
Escarbar un hoyo en la arena y guarecerme en éste ? Entrar al mar y no salir más?
Son las ideas que circundan mi mente y por momentos me dispongo a cumplir.
La incertidumbre roye la tripas, las entrañas, mientras.

No existe un lugar sobre la tierra donde pueda escapar de mi destino.
Un país lejano, una casa amiga  que me oculte.
Yo llevo el peso , el dolor conmigo a donde vaya.
Nada ni nadie puede librarme de él. 
Cómo evitar que las horas avancen   aceleradas, los minutos hincan el pecho.
La incertidumbre cede el paso a la desesperanza y no queda más que gritar mi desesperación,
el dolor de las garras del   felino arañando las entrañas.
Escapar como sea, donde fuera.
Respiro, aspiro, elevo los brazos, clamo a Dios por un milagro.
Es mayor mi temor que el mismo problema.
Me acerco peligrosamente a la pendiente del barranco,
temo  no saber  engañar al animal que llevo dentro,
la incertidumbre come mis tiempos, minutos, 
Horas que son angustia, 
y sigue corriendo el reloj.
Corro, me ejercito, respiro profundo, leo.
Nada alivia al animal quemando mis entrañas, 
nada lo engaña.
Despierto, las horas han corrido ágiles, rápidas, han ganado la partida, una vez más.
Es un día nuevo , más próximo, inexorable al destino que aguarda por mi.

viernes, 23 de septiembre de 2016


Los días se suceden, se agolpan como las olas del mar. Chocan entre sí, se amontonan y llega temida fecha, aquella que cruel te asfixiará. 
El tiempo es etéreo, difuso, hábil  torturador , no da tregua , asfixia cruel ,  ágil transcurre y pronto el enemigo/futuro. Otro cúmulo de instantes tan angustiantes como breves.
Los días se empujan unos a otros, se apuran, corren como niños malcriados,  ante mi desconcierto, la desesperación. 
Una incertidumbre poderosa envuelve como un ofidio mi cuerpo, la mente, el ánimo a seguir . 
El tiempo se escurre entre mis dedos, se escapa , salta, me reta, vence en esta carrera loca que no sé cuándo terminará.
Demoler las taras, los pesos, las cargas mentales que empequeñecen, mezquinan mi  visión del mundo, mi propio ser,
Abrir las ventanas de mi alma.  Viento fresco, nuevo a mi rostro.
 Todo está por comenzar. 
Derribar los muros que me apresan,  que oscurecen mi espacio, impiden el resplandor del sol. Liberarme por fin de todo mal.
Volar por sobre encima de las miserias, de la podredumbre,
Volar muy alto,  donde  se escuchen solo risas y cantos de aves.
Olvidar, borrar, extraviar recuerdos como quien arroja pétalos de flores a un jardín.
Como quien lava, restriega con piedra pómez la mente, 
como quien no quiere la cosa.
Mudar de piel como las culebras , Dejar atrás la herida y magullada por una piel dura como el cuero .Un alma vil , en lugar del alma confiada y sin cálculo , alma rastrera para sobrevivir.
Quiero escapar de este cuerpo , de esta cáscara de piel, que me habita , cambiarme de corazón .  Ser áspero puerco espín, taimado lince, voraz insecto.
No existe lugar sobre esta tierra donde pueda esconderme de los espantos de las noches insomnes,
los recuerdos que hieren el alma.
Después de una traición como esa, o mueres de pena o nace un ser nuevo.
Decidí ser un ser con el alma grande, comprender.
No recuerdo casi los hechos, solo en las noches visitan los espantos.
Si solo pudiera borrar  esos fantasmas  y dormir una noche entera,
sería feliz.
No vale de nada pensar en venganzas ni guardar rencores.
Amarga la vida, no progresa la calidad de tu vida,
se ensucia el alma.
Solo necesito recuperar mi alegría y la confianza.
Nada más.
He extraviado el sonido alegre de mi risa, la carcajada feliz. 
Salgo a buscarla entre los amigos, aquellos seres que me quieren bien.
Vuelvo a casa con la risa entre las manos sin saber qué hacer con ella.
Sé que mañana recordaré alegres pasajes y se desataré la catarata de carcajadas .
Pesco la sonrisa olvidada y la coloco en mi rostro, ensayo la sonrisa y luego la risa. 
Recorro las calles que alguna vez fueron mías , reconozco su fragancia, respiro su aroma familiar.
Soy nube etérea, luz de la aurora, caricia en tu rostro.
Soy nueva creatura , sonriente y amable.
Aguardo tiempos mejores.
Recorro paraísos , sueños de colores, esperanza e ilusiones que sé pronto se cumplirán.
La fé me posee esta mañana.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Caminar entre las frondosas ramas de los árboles, perderme por senderos desconocidos de un bosque ,  hallar recovecos inesperados.
Renovada el alma,  mis pasos leves, diáfana la mirada, una sonrisa pinta mis  labios.
Pétalos suaves cubren mi cuerpo. Camino etérea, casi rozando el suelo, ebria de fragancias de flores y frutos del bosque .Nadie nota mi presencia de la levedad de mi paso.
El sol celebra feliz el inicio de la estación.
Yo mudo de ropa , salgo al bosque, el alma  nueva otra vez.
Rescato la sonrisa guardada en un cajón y maquillo mis ojos.
Peino mis cabellos, visto  mis mejores galas y salgo con el alma henchida de esperanza a celebrar la primavera.

Cálidos rayos de sol incendian mi hogar .
Cantos de aves anuncian cambios favorables.
Quizás tu arribo, quizás un mensaje,que alegre mi alma.
Y cómo retornar al tiempo de las alondras y los cerezos? Debo acaso salir en pos de ellos ? No llorar más .
Saco la urna que guardo bajo mi cama.
Limpio el cristal.
Allí guardo tus manos, mechones de tu cabello,
tu risa en una caracola de mar.
Las acaricio contra mi pecho.
Las vuelvo a guardar.
Son mis tesoros.
Es en el malecón donde curo las penas, la brisa marina , el sonido del mar rugiendo bajo mis pies.
Corro a darme un baño de viento, a enredar mi cabellera , a encontrar  mi paz.
No conozco de paz solo de silencio y languidez.
¿ Cuándo terminará la tortura, cuándo la sonrisa, la felicidad ?
Solía escribir sobre aves de rapiña y sus ataques , sobre la amenaza del horror en el camino,
Hoy he perdido el don. Recibo los días y me entierro en la nebulosa de la fantasía barata,
mientras las horas  se suceden inexorables. 

He de llevar la cruz sobre mis hombros y ser perseguida lapidada por la gente y los perros.
Soy una paria, una mujer desesperada. Sin tierra ni pan.
Los días se suceden veloces, como enemigos corren  contra mi. 
Yo, desarmada me oculto de ellos, creo mi mundo irreal y retengo la respiración.
No existe un lugar para mi en esta tierra, Llegué tarde a la estación de las flores , a la fiesta.
Ahora vago sonámbula por lares desconocidos buscando desaparecer.
No existe un lugar donde esconder mis penas, dónde olvidar, dónde no ser más.
A embriagarme de aire puro, saltar, brincar, no pensar, sin angustias ni cargas pasar este día, este único día.
Tiendo una cuerda imaginaria entre tu corazón  y el mío.
Camino como una equilibrista hasta llegar a ti.
Abajo rugen los leones.
Camino en revés, dos, tres, cuatro pasos, choco contra la pared, caigo, de un respingo me encaramo
y de  sujeta de manos empieza mi marcha hacia ninguna parte.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

No  tengo muro ni hombro que contenga mis lágrimas, 
las enjugo, las guardo en un recipiente, y las tiro al río, que será uno con el mar. Por las noches, se convertirán en estrellas.
Subo, trepo, escalo de una peña a otrael barranco hasta alcanzar el pico más alto.
Desde la punta, extiendo las alas y me lanzo al vacío.
Surco el cielo  con libertad infinita.
Permanezco ingrávida, jugando con las nubes hasta el cansancio.
Vuelvo por más mañana.
Respiro, aspiro, murmullo, susurro bajito palabras de amor.
A tu arribo, tus manos levitarán sobre mi cuerpo y sera magia.
Encenderás las horas, las habitaciones oscuras, 27 horas tendrá el día
Yo floreceré, arreboles en mi pecho, sonrisa bobalicona y mirada perdida como una adolescente.
No demores, ven necesito tu energía, tus ganas de vivir. 
Ha de regresar el tiempo de las fragancias de las flores y el sol.
Las sonrisas y la risa antes del amanecer.
Y tú, volverás alguna vez ?
Araño, rasguño, sangro prendida de las rocas, de las horas, de los días.
Es tan inseguro mi paso por este mundo, tan frágil mi mente que debo aferrarme con un arnés invisible a la vida.
Un viento feroz me puede desbarrancar hacia el rugiente mar.
Amanecí hoy maga, transformando la oscuridad de tu alma en luz.
Mi propia penumbra en clara esperanza.
Ya no lo espero más.
No arribará nunca por mi,
contradiciendo al tarot.
Quiebro la cintura, a la derecha, camino sobre mi torso derecho, avanzo tres paso,, caigo.
Con ambas manos me sostengo y camino parada por la calzada, como en el circo .
De un volantín vuelvo a estar de pie y de tres saltos mortales caigo en salto de ángel.
De derecha a revés, quebrada o recta, avanzo.
Tomo las riendas, ajusto las piernas, azuzo al animal que vive en mi, a correr por mi supervivencia.
Los días se juntan, se hacen una suma,  montaña de ellos .  Cada día es más difícil afrontarlos.
Hoy comienzo.
Me derramo en sal, 
me derramo en flores esta noche, que ya es día,
esta mañana que me sorprende sin descanso alguno.

martes, 20 de septiembre de 2016

Recorro un delgado desfiladero pegado a las peñas. 
Un paso, dos pasos, prendida de las rocas voy.
Mi burro lleva la carga bajo el inclemente sol.
No quise más tu canto de paloma.
Cazé tu cuerpo, lo destripé.
Tus ojos azules gigantes estaban fijos en mi.
Arranqué las patas y las alas,
el pico, causante de mis molestias.
Cuando retornaba a casa, cansada y feliz
Tus ojos azules gigantes estaban fijos en mi.
Arranco de cuajo tus ojos de almendra,
cerceno tus manos de poeta, tus pies.
Acomodo mis tesoros junto a tu cuerpo
en la urna de cristal.
La guardo bajo la cama.
Siempre cerca mío.
Desnuda, recorro las calles , que alguna vez fueron mías.
La llovizna humedece,  acaricia mi piel , 
Busco la fragancia de tiempos antiguos,
de cuando niña después de la lluvia.


Vuelvo a perderme por caminos desconocidos, olvidados hasta por su propia gente, cubiertos de polvo pero descubro tesoros verdaderos, que hago míos. Un antiguo campamento de gitanos dejó una cacerola muy grande, negra, que llevo a casa de Mirtha. Son tan escasas los menajes que poseemos que éste obsequio lo recibe con alegría genuina. Me promete preparar la comida de Navidad en ella,
Camino con las manos como en el circo, giro, doy tres saltos mortales, caigo de pie , hago una reverencia a un público imaginario, sigo mis maromas, dos, tres, de manos, de pie, me encaramo por las paredes, subo a los techos, como los gatos, maúllo, lamo. Camino con las manos como en el circo.
No quiero pensar más en ti,
recordar tus cabellos dorados
esa luz que incendiaba los pastos.
He roto tus fotos, quemé tu ropa
Así tu olor se irá con el viento.
Más mi cuerpo huele a ti.
Restrego con esponja de púas
mil veces paso y repaso y 
sigo con tu olor en mis poros,
Mi piel entera está contaminada de tu fragancia
de ese olor a hombre, de tu risa fácil.
No queda otra solución que vestirme
y raparme la cabeza.
Al menos así, si nos encontramos
huirás al verme.
No quise más tu amor
Arranqué tus ojos, 
devoré tu corazón,
 corté una por una tus piernas
para que no huyas de noche
y me denuncies
así y todo , 
te veo con ojos de buho,
y una ola de ternura inunda mi cuerpo.
Cargo los trozos , los acomodo junto a mi en la cama
Dormimos toda la noche, abrazados.
Camino suspendida de un cable entre un barranco y el otro. 
Abajo ruge el mar.
Mis pasos leves, mis brazos equilibran , el viento golpea.
Cada día me juego la vida como una  equilibrista.
A duras penas me encaramo, mi torso se endereza, en cuclillas me levanto, estoy en pie.
Dos pasos, tres, caigo. Vuelvo a iniciar el ritual. 

lunes, 19 de septiembre de 2016

¿ Cómo no gritar de alegría y brincar  si con tu mirada iluminas mi tarde más oscura, la neblina densa de la calle? 
Soy la equilibrista que se balancea y arriesga su vida sobre el alambre del circo.
El público contempla asombrado, tú, helado no osas  miras ni por curiosidad.
Temo que tu amor robe mi espíritu,  mi aliento, la tersura de la piel, temo el poder de tu amor inconmesurable.
Ese hilo invisible , tu amor envuelve mi cuerpo, lo ata, lo tortura más mi espíritu flota libre sobre las miserias.
Quiero, debo, desenvolver, desatar el fino hilo que  une mi alma con la tuya.
Daña,  asfixia, inquieta . roba mi aliento, el tiempo y tanto desamor enferma.

Esta es la balada de un amor desamorado, un amor que transita sigiloso por tu vida .
Tú, recibes mi amor , pero no correspondes.
Nadie conoce mi quehacer, mis idas y vueltas . 
Te sigo silenciosa, te dejo ser,
Lluevo sobre tu desnudez,
ignoras son mis caricias .
Mis pasos son leves ,
 acompaño los tuyos
y no te das cuenta.
Nunca te das cuenta.
Transito invisible por una línea imperceptible que une mi alma a la tuya.
Sé de tus sombras, tus oscuridades, tus luces me iluminan.
Soy etérea, apenas palpito, estoy contigo siempre.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Me envuelvo en la brisa, me embriago de mar , este día diáfano, de luz y claridad.
Una diáfana columna de luz alumbra el día. Es hora de continuar la lucha, dar la pelea por la felicidad. Ansiada y tan cerca de mis manos. 
Me visto de sueños , de arreboles mi mirada y salgo a contemplar la belleza del mar.
Esa es mi felicidad.
Rescato un atado de sueños de mi cajón.
 Desde hoy me  forman parte mía.
No los postergaré más  por aquellas pesadillas.
Arrojo al mar el bulto de mis temores. Cae pesado y se hunde en las profundidades marinas.
Regreso ligera a continuar el día.
Es un paso lento, pesado, inclemente. Es silencio y soledad.
Música triste de otras épocas, es domingo frente a mi, desarmada y sin sueños. Frágil con ganas de luchar.
Afrontar desarmada el tormento del domingo,  la parsimonia del tiempo,
el miedo ciego que acosa, que no conoce de tregua me devora.
Guardo bajo mi cama la urna que contiene la felicidad.
La limpia, la acicalo , la peino para los días soleados.
Hoy dormirá pues el día es oscuro y puede asustarse.
A  tu arribo, la luz dominará mis días y sus noches, seremos jóvenes risueños descubriendo la ciudad,
la felicidad será un ave que se posa por un rato en los hombros .
Abrazada a la columna que susurra sueños felices, salvo el instante.
Más hoy, el domingo es oscuro y silencioso y no existe más brillo que los recuerdos .
Son horas que se agigantan, me devoran y salgo a abrazarme de la columna que retiene el sueño, el recuerdo de los días fugaces de la felicidad.
No sé cómo afrontar  tantas horas largas y tediosas, ¿Cómo matarlas, cómo hacerlas mías? 

sábado, 17 de septiembre de 2016

Mirtha no tenía mucha paciencia conmigo y no la culpo.. Yo era completamente inútil en los quehaceres domésticos, Opté por levantarme más temprano , preparar mi refrigerio y salir disparado a la fábrica así evitaba una discusión sobre cualquier tema nimio. Nos queríamos y éramos felices pero nuestra educación nos apartaba. 
La convivencia con Mirtha y su hijita no era del todo fácil. Menos para un muchacho como yo, recién llegado de una casa , atendido por empleadas y con la madre supervisandolo todo. 
Lo supe desde el principio pero era cuestión de honor mi adaptación al mundo real. 
Ya era un obrero y debía aportar y comportarme como tal tanto en la fábrica como en la casa.
Me causa gracia los malabares que hacíamos para estar a solas . Mirtha iba primero a nuestro vagón.
Ella por iniciativa propia lo mantenía impoluto , y yo llegaba portando siempre algo de picar y una botella de cerveza. La habitación era demasiado pequeña para el amor . Y estaba la niña. 
Serás el trino de las aves, el canto de mi alma,
la fragancia marina, los paseos por la arena,
la felicidad unos pocos días,  pero la felicidad,
en fin.
A tu arribo, será verano en mis días.
Otra vez el sol brillará
y la luz nos acompañará hasta la noche.
Tú traerás el perfume de los jazmines,
rescatarás la sonrisa , la poesía , lo bueno de mi vida.
Recorre lento la desnudez de mi cuerpo.
Con las dos palmas de las manos.
Siente su tibieza,
la dureza de los senos,
la humeda ansiedad  de mi sexo.
Hace meses aguardo por ti.
No demores más.
Añoro la tibieza de tu cuerpo , tu risa.  Extraño el  amor mío pues tú no me amaste,  más nuestra unión fue tan armoniosa que parecía una relación de amantes apasionados.
Ven pronto , amor a encender mi cuerpo y mi alma de alegrías , a prender las luces en  mis días .
Ven pronto, y quédate.
Dime Marinero ,si tu paso por mis lares fue un puerto  más, que no guardas en el alma como ,yo,las risas del encuentro.
 El calor de nuestra unión.
 Dime, por favor, para así cerrar mi corazón , enjugar una lágrima, cerrar mis puertas y ventanas por siempre.
Ansío sentir estremecer mi cuerpo ante la belleza de un cielo en la aurora ,  sus colores refulgentes.
Por hoy, solo recuerdos   acompañan mis días , nostalgias de tiempos mejores que volverán. Estoy segura.
Añoro el tiempo de mi romance con los malecones y el mar.
La fragancia revolvía mi cabellera y
embriagaba mi ser.
Aguardo con fé.
Tres espinas clavadas en el alma.
Tres heridas sangrando cada día.
Contemplo el cielo por una señal, una mirada, un milagro.
De mis pupilas, ruedan gotas de sal, 
no me permiten ver la luz del día, su belleza.
Ven a mi , cielos radiantes de fulgores y arreboles.
Enciende mis ganas de vivir , 
de seguir un camino absurdo hacia ninguna parte.
El invierno se instauró en mi cuerpo, en mis ganas de ser.
Los colores de mis días son opacos, olvidé sonreír.
Cómo volver al tiempo de los amores y los soles radiantes,
mis labios se resecan esperando por ti .
No existe lugar ni salvación para mi en esta tierra.
Mi tiempo se desvanece, mi ser no está más entre los mortales.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Tersos mis labios, 
un sol en el alma
visto de cielos,
cuando sé de ti.
Dime hermano, amigo, amante,
entrañable compañero de noches inolvidables
¿ cuándo degradaste el fino lino de tu alma,
cómo aprendiste a odiar con tal violencia?
Debió ser duro, y triste llegar a agredir con tal violencia
a la que,una vez , fue tu mujer por dinero.
¿ En qué momento, se deshizo tu moral?
Cuándo se avivó tu salvaje apetencia, 
la mala entraña?
Solo tú lo sabes.
De mis pupilas cae  sal ,  
yo contemplo el cielo por una señal,
un guiño, un milagro.
Nada más pido.
La llovizna humedece mi cuerpo, mi ropa.
La gente camina por la calle sin darse cuenta que las nubes  han llovido solo sobre mi.
Tirito y salto para evitar los charcos de lluvia empozada, que para mi suerte me tocaron hoy.

Corro, recorro, giro, camino, tres, dos pasos, caigo, en cuclillas, a gatas, llagada , sangrando debo llegar a mi destino.
No existe lugar sobre esta tierra para un corazón de durazno.
Me escondo de las tormentas de los hombres, sus rencillas y mezquindades.
Temo  las agresiones , abren heridas como surcos en mi alma.
El mundo, su gente, es áspero , hostil . 
Mi alma envuelta en una capa de durazno, muy suave,
no está hecha para esta tierra.
Los días corren, los minutos son segundos y en esta carrera , mi corazón se agita, desespera, angustia.

Los poetas son seres vanos, se miran , sonríen entre sí.
Por la espalda, se apuñalan y se odian.
Prefiero mantener un perfil bajo,
no estar en boca de nadie.
Ni para bien ni para mal.
No existe lugar en esta tierra para un alma frágil, como la mía.
El  mundo es de aquellos fuertes que no sienten compasión ni dolor.
Yo no tengo sitio .
Hoy es  zozobra, pecho oprimido ,  llovizna tras mi ventana.
No arriban los días de cantos, ni cielos azules.
Camino entre charcos de agua hacia ningún destino.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Mis manos encallecieron escribiendo poemas,
mi rostro se arrugó mirando por la ventana
un regreso que nunca fue,
una alegría que partió,
una luz que se apagó.
Beso tus párpados,
etérea , tus alvéolos
con las palmas de las manos
rozo la tibieza de tu cuerpo
en tu reparador sueño.
Vagabunda soy,  mujer errante,
 enloquecida camino por desiertos, montes
en pos de  un amor que no volvió.
Encarnada en ave para volar sobre tus sueños,
besar tus párpados y volver a continuar mi viaje
sin retorno por la demencia de amar a quien no ama.
Arañar las piedras, pulirlas, abrillantarlas, descubrir la palabra.
Exacta, precisa que ilumine con su resplandor el cielo,
el color de tus sueños.
Quiero arañar un trozo de tu piel, guardarla en mi urna.
Besarte cada mañana.
Son horas, días, meses y continúas  palpitando en mis poros,
en mi alma entera.

Cantar como las palomas, 
 dulce y tiernas
besar tus párpados
mientras sueñas
Vamos a recolectar mariposas, volar con sus alas transparentes, etéreas.
Solo así llegaré a tu sueño, sin prisa, con disimulo.
Tres espinas clavadas en el alma.
Contemplo el cielo con un ruego. 
Un único pedido.
Despierto a la sombra de tu sonrisa, que ya no está más.
Olvidaste mi nombre, mi risa, mi olor.
No importa
La fuerza de mi amor traerá de vuelta mis sueños 
encarnados en los tuyos.
Y así viviremos de tiempo en tiempo.
Los días se suceden y son meses ,
 mi alma palpita , vive por ti,
 aún la distancia y el tiempo,
 tu eres la estrella mayor en el cielo oscuro de mis días.
No existe un lugar sobre la tierra donde pueda escapar de tu sonrisa.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Neurociencia y Arte - Entrevista Pablo Olivares a Yuri Zambrano para sil...



“Escribo para llegar a todo corazón que se distinga”: Entrevista a Roger Santiváñez


Por Rodrigo Vera / Santiago Vera
RV: Hay una cita del poeta norteamericano Louis Zukosky que dice “La poesía tiene como límite inferior el habla y cómo límite superior la música.” Me parece que esa frase resuena en toda tu trayectoria poética bajo muchas formas, siendo quizá Symbol (1991) ese espacio de tensión en donde música y habla callejera encuentra su juntura, pero a veces alternadas de acuerdo al orden de Zukosky, es decir, la música aparece también como límite inferior (impura, disonante) y el habla callejera como límite superior, sacralizada, mistificada. ¿Cómo ves esta tensión en tu poesía?
RS: Es muy interesante la pregunta y tu comentario en relación a esa excelente cita de Zukosky. Cuando yo empecé  a escribir poesía, imperaba la poesía conversacional, el famoso apotegema de Pound “Poetry is speech”. Si querías escribir poesía, tenías que escribir poesía conversacional. Y entonces todo mi aprendizaje fue sobre ese registro. Pero después de “Homenaje para iniciados” (1984) y “El chico que se declaraba con la mirada” (1988) yo comencé a sentir que quería explorar con el lenguaje. Empecé a hacer algunos experimentos en ese sentido. Escribí varias colecciones en ese rumbo, entre ellas, recuerdo una que se llamaba “El error de los afectos”, fue de las que más avancé o de las que me interesé más. Ese lenguaje me llevó a “Symbol” (1991), que fue una cosa que salió de golpe. Yo venía haciendo ensayos, uno o dos años, y de repente, a inicios del 90 me viene esto de “Symbol”. Fueron dos meses de verano en el que todas las noches me ponía a escribir y era como que recibía los versos en bloque, me venían a la cabeza, me venían así y así los escribía. Además, Symbol fue el primer libro que yo planeé antes de escribirlo. Hice un diseño gráfico previo. Dibujé un círculo con una x en el centro, el símbolo hardocre de esa época. Los dividí en 4 partes y se me ocurrió hacer una especie de anfiteatro que se iba hacia abajo, todo esto claro influenciado por Dante. Entonces decidí dividir las 4 áreas cada una en 4 partes. Cuatro por cuatro, 16 poemas. Nunca había hecho una cosa así, tan simétrica, tan planeada. Eso me gustó. Y cómo la cosa se iba hacia abajo, empujado por ese reino de la muerte en el que se vivía, también en mi vida personal, decidí llamar a ese diseño “Ultratumba”. Luego le puse “Symbol” porque ultratumba me pareció muy lato, muy directo. Symbol en cambio me pareció más sugerente, me gustaba el sonido de la palabra y además recordé lo que respondia Neruda cuando le preguntaban por sus títulos en inglés (como Walking Around, el famoso poema que aparece en “Residencia en la tierra” II), él respondía: “no sé, es que trae suerte.” (risas) En fin, quería bucear a los bajos fondos de mí mismo y sacar de allí una voz, una suerte de primera palabra que es una puerta de acceso a lo más lejos de uno mismo.
RV: Eso me parece interesante porque es justo lo que te comentaba respecto al habla. En ese límite inferior, que ahora lo relacionas con el descender a los bajos fondos de uno mismo, en realidad lo que encuentras, es un suelo común, un lenguaje social, ya no eres tú, desciendes tanto sobre ti que terminas encontrando el lenguaje de otro.
RS: Claro, además ahí estaba funcionando en mi cabeza la máxima de Rimbaud: “Yo es otro”. A través de estas intuiciones fueron apareciendo los poemas de Symbol. Ahora, otra cosa que tenía yo en la cabeza era jugar con la posibilidad de extremar el coloquialismo, no quería hacer ya más conversacional estándar. Y entonces, yo había visto que el lenguaje más extremo coloquialmente hablando estaba en las calles. Busqué así relacionarme con las esquinas de los barrios, escuchar a la gente hablar y empaparme de ese lenguaje. Para mí la efervescencia, la creatividad más interesante del lenguaje era el lenguaje lumpen. Y cómo yo andaba metido en la droga tenía contacto con el lumpen, que era para mí un contacto interior. Fui a parar entonces a unas playas extrañas, como el peregrino de Góngora, en las que me decía “qué cosa es esto” era un lenguaje que no había computado antes. Habían elementos de la coloquialidad, pero era otra cosa: era como si el lenguaje se iluminara a sí mismo, se sentía cerca ya de algo místico, había un espesor distinto, que no era ya la cosa más directa del conversacionalismo. Eso me intereso mucho.
RV: Existe la tentación de circunscribir tu trayectoria poética en una línea más conversacionalista, ligada al habla callejera migrante y otra más bien cercana al neobarroco, ligada a lo que se ha venido a llamar poesía del lenguaje. Tradicionalmente, estas dos vertientes han corrido en aceras contrarias ¿Encuentras cruces entre una y otra vertiente a lo largo de tu poesía?
RS: Mi llegada al neobarroco, o a la poesía del lenguaje como dicen algunos, fue resultado de una especie de desarrollo intrínseco de mi poesía. Luego de “Symbol” ya había llegado a ese registro. Y escribí en esa línea otro libro pequeño llamado “Cor Cordium” (1995), que fue una especie de secuela de “Symbol”.  A partir de allí ya entré con fuerza en esto del lenguaje. Me dije “esto me interesa”, y seguí. Luego escribí una pequeña colección que se llama Lauderdale (1999) que está recogido en el libro “Dolores morales de Santiváñez” (2006), pero que originalmente salió en “Hueso Húmero”, a finales de los 90. Allí estaba metido ya en el tema del neobarroco. Luego escribí Eucaristía (2004), también en esa onda. Y fue bacán porque recién cuando me fui a Estados Unidos conocí que se estaba formando una tradición en esa línea neobarroca. Me alegro enterarme que había otros poetas que estaban en una búsqueda parecida a la mía. Allí entonces conocí a José Kozer y Eduardo Espina. Y luego a Reynaldo Jiménez. A ellos les gusto la onda en la que yo estaba y desarrollamos una intensa amistad poética, que hasta ahora existe.
RV: Para seguir con tu entrada al neobarroco, quería citarte este verso de “Symbol” que siempre recuerdo: “la poesía es un texto contra el mundo”. Me parece interesante que aparezca un verso así en un libro que precisamente marca tu entrada a la poesía del lenguaje. En esta, el lenguaje aparece ligado a lo escritural, es decir, una entidad no natural, un artificio dispuesto a ser manipulado. Te pregunto: la poesía es también un habla contra el mundo?
RS: Definitivamente. La poesía de todas maneras es una elaboración sobre el lenguaje, sea en un tono conversacional o neobarroco. Y esa elaboración representa para mí una defensa del ser humano contra la gran ofensa del mundo. Es lo que siempre he sentido.
RV: Y cómo entiendes este espacio de defensa? Es decir, si la poesía es un texto contra el mundo, ese mundo hacia el cual dispara, también está habitado de poesía?  ¿Eso quiere decir que la poesía se dispararía a sí misma disparando al mundo?
RS: Definitivamente, hay una interacción de ida y vuelta. Yo siempre he tenido simpatía por la idea de en algún momento mandar al diablo a la poesía. Digamos, ser poético hasta en eso, la pulsión autodestructiva de la poesía, ofrecer el propio sacrificio en ello. Mallarmé dijo en alguna parte que Rimbaud se había operado a sí mismo de poesía.
RV: O la de Dadá: “Dadá siempre quiere destruir a Dadá”. La poesía atentando contra su propio género…
RS: Exactamente. Una relación de la poesía con el mundo, embarradas una con la otra.

RV: Está entonces la idea de una poesía que atenta contra sí misma, siempre contaminada, pero también está esta cosa sagrada flotando constantemente en tu poesía, una especie de sacralidad profana.
Tres espinas sangran mis manos.
Escribo poemas de amor 
mientras el viento acaricia mis heridas.
Hincho mis pulmones de esperanza,
el cielo ha clareado, el día brilla,
renace la ilusión de verte otra vez.
No existe paraje sobre la tierra ,
que mi espíritu no haya conocido 
en su viaje en pos de tu amor.
Tres espinas clavadas en el  alma, 
miro , sin embargo al cielo por una estrella, 
un milagro, una señal.

Maldigo, pateo, lloro a mares , caigo de rodillas pero no me vencerá el desaliento.
Nada podrá conmigo. Ustedes, menos.


Golpeo, araño, muerdo, halo los pelos, escupo, sangro pero no podrás conmigo. 
Te lo juro.
Cojeo, arrastro mi cuerpo, avanzo, me encaramo, tres, dos pasos, caigo, salto, brinco, giro en reversa, trepo el muro, sigo jugando con mis piernas. Son éstas las que me llevarán a los confines de la tierra.
Ruego por una tormenta de estrellas, que emocione mi alma,
un mar calmo , transparente que me devuelva la paz,
Un día junto a ti, solo uno.
Nada más.
Palpo, sopeso, moldeo, cincelo la palabra. 
Le doy lustre, exactitud, y no llega a reflejar el brillo de mi amor, 
aquél que tú ignoras ,
 que persigue mis días hasta los confines de la tierra.
Hoy no es fecha, hora, segundo para las lágrimas.
Es tiempo de mirar el cielo azul ,
 aguardar el estallido del  relámpago de la felicidad.
Escarbo la tierra con las uñas, trago esa tierra, no la escupo. 
Bebo agua de floripondio, luego.
Son mis ritos, mis pagos por un ruego, 
por una petición desesperada.
Subo, escalo , sin descanso continúo la empinada cuesta hacia el poema, el canto a la belleza.
Tres pasos hacia adelante, caigo, en cuclillas avanzo , me encaramo, giro en reversa, continúo, tres, dos paso, sigo hasta los confines de la tierra, hasta hallarte.
Escarbo, araño con la uñas, sangro por retirar tu recuerdo de mi piel.
Imposible, apareces en mi boca, en los labios, en cada parte de mi cuerpo, 
que fue tuya.

Mis labios ensayan otros nombres, los invocan, los nombran.
Es en vano, 
Tú estás tatuado en mi boca, en mi lengua, en los besos que no olvido,
en el alma.
No existe lugar sobre la tierra donde no se escuche el temblor de mi amor por ti.
Tú eres el único que ignoras que eres mi alegría, mi felicidad verdadera.
Clamo al cielo, estalla relámpago de luz, estalla.
Así vendrá tu amor pronto a mis brazos.
Te nombro mariposa, poeta, libélula y soplo al viento.
Te espero de regreso , poeta, libélula, amado.

martes, 13 de septiembre de 2016

A veces, el esfuerzo doméstico, algo completamente nuevo ,  y la escasez de desayuno  me hacían desfallecer cuando llevaba mi carro de fierro a reciclar. Una mañana caí desmayado en la puerta de una fábrica, con tan buena suerte que me reanimaron con leche. Era la fábrica de leche que me surtía de cartones y de latas. Los compañeros me tendieron , llamaron a la Asistenta Social y ésta al Médico.
Me sentí como si tan bien tratado , que extrañé mi antigua posición . Finalmente ,tomé la resolución de postular a una vacante en esa fábrica, donde no me faltaría atención ni alimento para mi y mi familia. No quise contar nada hasta tener el puesto. A la semana siguiente , recibí la noticia de la vacante y me presenté. Obtuve el puesto de supervisor por mis estudios superiores.
Cuando le conté a Mirtha, me miró raro. Creo que era la primera vez que conocía a alguien con un puesto asalariado .
Quiero arañar el cielo, 
gritar a los barrancos,
ser relámpago y estallar en tormenta
Llover torrencial sobre tu cuerpo desnudo.
Cubrir tu desnudez con la mía.
Acaricio tu cabeza suave,
leves son mis movimientos.
dulce, la voz,
intenso fulgor en el cielo
es el relámpago de mi  amor.
Araño las piedras desesperada , 
con las uñas escribo tu nombre
al fuego, invoco tu nombre.
El viento lleva mi clamor , amado.
Vertiginoso ese es el ritmo que cobró mi vida en común con Mirtha.
Amanecíamos y ya estábamos alimentando a los animales del corral. atendiendo a la niña.
Ella preparaba el desayuno mientras yo, niño engreído de San Isidro, buscaba algo de agua para mi higiene personal. El té con un pan viejo, mientras barría y apuntalaba los paneles de eternit y cartón de nuestra casucha, que tuvimos que agrandar. 
Mirtha no aguantaba muchas pulgas y era un soldadito dando órdenes a la niña y de paso a mi, 
Felizmente, yo no tenía mayores problemas de machismo por ser hijo de una madre divorciada pero extrañaba mis horas de ocio, mis paseos secretos por lares misteriosos.