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viernes, 31 de julio de 2015

Desnuda, ciega de recuerdos , 
busco a tientas sueños que pinten mis días,
mis noches.
La piel llagada camina por instinto, incesante.
Nada importa cuando se trata de pescar ilusiones,
nada importa. 
Enérgica, cierra la puerta
no voltees la cabeza
No permitas , Niña, 
que un cielo extraño alumbre tus pasos,
y tu cabellera dance
 sin el adorno del kántu 
ni el canto de la alondra.
Mi alma ciega de atardeceres clama por  los colores del ocaso,
por los añiles y rosa de la aurora, 
los rabiosos celestes de un  cielo en mediodía.
A aguardar la primavera , el estío solo por contemplar
la alegría en el brillo de tu cabellera ,
mi niña bella.

Dime tú,  cómo atravesar
 estos 30 días oscuros , 
como boca de lobo
sin linterna ni luz fluorescente .
las  largas y frías horas  húmedas
y con lloviznas  , 
y yo, a la intemperie
sintiendo el desamparo del mundo
entre mis huesos, el desprecio de la raza
humana en la piel aterida de frío ,
preguntando quien me manda 
salir a encontrarme con el silencio
 de noche, las calles mojadas, a una hora despiadada

No conozco la respuesta.
Sería sencillo decir,  
la llovizna entristece las mañanas
y las nubes y  humedad no permiten que el sol brille.
¿ Cómo afrontar a pecho descubierto una tristeza profunda
cómo lucho contra la pena irremediable del invierno?
¿ Usar quizás una escafandra de bruzo para sumergida en el mar
pasar los días del mes sin sufrir el embiste?
O subir a una escalera más alta que el mismo cielo ,
y reír de los rigores de este malhadado clima.
Desnuda, recorro mis calles, mis quintas para olvidar que pronto es agosto.
Mes triste y lluvioso, de pérfidos recuerdos ,
que hoy ya olvidé.
Sin embargo, el dolor palpita en la piel.

No sé la razón, mi cuerpo entero llora en agosto.
Detengo mi paso, reflexiono, rebusco mi memoria,
escupo un mal recuerdo y sigo mi camino.
Las heridas a cuestas.
¿ Mis ojos, ciegos de cielos que no amanecen,
de flores orilladas en los pantanos.
Qué ocurrió con las dulces mañanas en el islote,
con las tardes con olor a mar y  brea de galeote,
varados en la playa?.
No los veo, mis sentidos enmudecieron por tanta belleza.
Mi piel desnuda , las otras pieles 
no nos deseamos más con ese furor animal.
El deseo aplacado, los sentidos a la mano
es extinguir el natural instinto cazador del ser.

jueves, 30 de julio de 2015

Así llegó al día en que reniego de los dioses, de quien sea creara la arena y los mares ,
por tanto  placer, por tanto  goce emanado de la piel ajena y de la propia, 
pues no existe un lugar en el desierto, en los arenales para la soledad y la contemplación.
Es por lo que clamo,  un lugar para el espíritu
un islote para el lloro y el quebrantamiento del alma.
Acaso no contemplaron que éramos humanos de pieles con espíritu? 
Nos levantamos en armas, que son los palos que vara el mar para atacar a quien quiera evitar nuestra evasión de la tierra de los goces al islote de lo divino. 
Deberán comprender nuestras razones, que son temporales.
Luego del retiro, volveremos fortalecidos o nos marcharemos hacia otros rumbos.  

miércoles, 29 de julio de 2015

Desnuda, he aprendido a prescindir de  auscultar las manchas, las imperfecciones de mi piel.
De aquellas, que nacieron con esta osamenta, con esta humanidad mía, y que nadie nota,
que hoy arrastro feliz en conturbernio con otros humanos en los parajes del desierto.
A quien le importan los defectos en el rostro o en el cuerpo cuando se vive
en completa libertad, en el pleno goce de los sentidos? 

Insisto en recorrer las quintas, calles y avenidas de mi niñez en pos de mis recuerdon.
Los perdí una noche, de la cual ya  no guardo el recuerdo. Salvo el jazmín, que está inscrito en mi piel, como una marca indeleble.
Necesito volver al aroma de los árboles de mi infancia,  los jazmines y el caballero de noche que poblaban mis noches en casa de mis padres. Las acacias, los floripondios, los humildes geranios. Aquél jardín ubérrimo de flores y plantas imposibles de enumerar de la casa familiar.
Y de allí, mi inclinación a buscar el aroma de las flores y las plantas en cada jardín. El misterio de la  fragancia se ha convertido en una obsesión en mi, cada vez más intensa. 
Una mujer levita a la hora parda.
En las manos no lleva nada .
Los ojos arrasados  en lágrimas.

Una mujer levita a la hora parda
En las manos no lleva nada.
Los ojos arrasados en lágrimas.

Una mujer se esconde entre la oscuridad.
No quiere que la vean llorar
ni abandonar a la fuerza su hogar.

Hombres malos no se molesten en asaltarla.
En las manos no lleva nada. 
Recorro las calles, los callejones,   ciega de sueños y 
ánimas perdidas en noches sinfin,
sin recuerdos ni nada que se parezca  o se asemeje
a lo que los humanos llaman memoria.
Seré acaso un humanoide,  una versión extraña de ser humano.
No lo sé , más cómoda como uno de  seres humanos no me siento.
Rebuscar mi origen entre los resquicios de los deshechos orgánichos o en las iglesias.
Entreverados los unos con los otros , manos y piernas, brazos con cabezas,  sin distinción de identidad, o grupos  en este islote de arena, que el tiempo , el viento creó para aquellos como nosotros, abandonados de toda  pompa y  virtud,  vinimos a dar como cae la lluvia , como residuos de la sociedad.
Y quien diría, quien no viera, humanos de pieles abrillantadas por el goce y la felicidad.
Nadie sabe que depara el destierro de aquellos que se sienten superiores. Pobre de ellos.
Nos regalaron sin querer el estado de gracia, el hogar que ellos nos negaron y que jamás podríamos aceptar como propio.
Lo nuestro es la libertad , lo libérrimo , el descubrimiento de nuestro propio lugar de ser y estar.

Aquí yacemos perdidos del mundo ,  reunidas en torno ideales  comunes , a  apetitos despiertos y nuevos,
que es lo que nos importan. Nadie se ocupa de la vida ajena en estos parajes pues no le alcanzan las horas para pensar  y disfrutar del  cuerpo. La piel, tan cubierta, ahora desnuda como una flor,  se explora, se descubre como fuente inagotable de placeres .
Suerte la nuestra terminar varada en estos estanques de arena , estos despojos  ,  dejadas de la mano de Dios,  pues aquí reina la sensualidad , lo que otros llamarían el reinado de la carne. Todo es propicio para el amor, sea en pareja, en grupo o en solitario. El sol, las frutas , nos regalan nuevas sensaciones a este cuerpo que muchas pensaban en vías de extinción.
Felizmente vivimos en esta islote apartado .Este estanco de arena.  Nadie puede espantarse de nuestras prácticas, ya pensando como civilizados. Yo , al menos he encontrado mi lugar en el mundo.

martes, 28 de julio de 2015

Desnuda,  rociada por la espuma,  caminas por la orilla.
Nadie conoce tu nombre ni tu origen.
 Una mujer de cierta edad, dueña de sus caminos.
Quien diría , que  al fin lograrías tu sueño:
Vivir lejos de los habitantes y sus murmuraciones,
Libre, mujer de amar a tu amada y al efebo.
Recorro las calles.  
las quintas, las arboledas en pos de un recuerdo,
de la fragancia que te evoque.
Una y otra vez , como una orate camino en torno al álamo,
clamo a las rosas de mi madre.

Por un halo de su perfume,
por la misma sombra que protegió del sol.

Es inútil.
Al morir, los difuntos se llevan consigo el alma, 
las más preciadas joyas , 
su aroma, el aliento cálido de su boca. 

lunes, 27 de julio de 2015

Esta tarde  ausculto las palmas de mis manos
las oráculos , las estrellas 
en pos de una respuesta,
mientras las hormigas devoran mis ropas,
tiran de mi blusa, de mi larga cabellera ,
devoran con  fauces pequeñas y feroces
mis huesos, los músculos, mis tendones.

Y no descifro nada. 
Anda niña, enfunda los pantalones de montar 
 hoy toca domar a la yegua chúcara,
la que enseña los dientes
y camina en dos patas.
No tiembles
que la yegua no sienta 
el castañetear de tus huesos,
ni el sudor frío perlando tu piel

Anda niña, enfunda los pantalones de montar.

domingo, 26 de julio de 2015

Anímate , enérgica tira la puerta .
No permitas que ninguna nota de esa música foránea
se impregne en tus poros, en tus oídos.
Música extraña, en idioma extranjero .
No entiendes su significado.
Ninguna flor  de tu hermosa cabellera
debe florecer con el kántu y la retama,
ninguna otra  flor extraña, cruel o dulce
debes peinar al son de los huaynos de nuestra tierra,
que no es la tierra de aquella otra flor
que nadie sabe que intenciones persigue.

Ten cuidado, muchachita, ten cuidado.
Ten mucho cuidado.

No hubo ni nunca habrà 
asomo entre sus fauces
 brizna con sabor a memoria,
que no sea el  escupitajo,
una maldición disimulada entre los labios,
el  un punzón a la altura de las costillas,
cada semana, cuando firmaba el cheque,
que me refundía en el hoyo cada vez más  profundo
donde era presa de las lianas de las matas y los arbustos,
de la dependencia deleitosa de  las fragancias,
un mundo propio, ajeno a todos , que nos permite la felicidad,
solo pegando la nariz a la pared donde crecen las plantas.
A pesar de la navaja del frío,
del ataque feroz de la ventisca, 
Desnudo mi cuerpo a la intemperie.
Recia piel mía, resiste el embiste del del granizo,
la llovizna helada, que penetra por los poros.
El serpentín de mi cintura baja por mis caderas
al  lecho florido,
Tiendo mi humanidad sobre el lecho,
tirita mi cuerpo, y con mis manos de pàjara
invento caricias de ave ,
recorren plumas pechos , caderas
Y éstas cobran vida nueva , despiertan de ese gélido
invierno, y son las caderas quienes con su danzan batiente,
inician el pago al amor.
Mis senos henchidos claman
la floresta humedecida ,
 el molusco henchido gime
a punto de estallar,
Y mis manos de aves
acarician suaves , rozan
crueles un cuerpo a punto 
de estallar.
Hordas de salvajes ilustrados truenan sus botas,
como un repique infernal sobre los atrios,
en las callejas, en las calles del centro de mi ciudad.
Van armados de picas y morteros,
de uñas largas , del   arma secreta y mortífera, 
el  pico de oro de la falacia, 
el insulto y el agravio  virulento.
Ellos se dirigen hacia el cónclave anual de los peruanos,
aquél donde reina   la inmoralidad
y todos debemos disimular.
Yo no, yo no respeto la mentira a mi pueblo,
la fanfarria, los oropeles.
Nos aguardan cuatro años de verborragia,
cuatro años que no presenciaré
ni por todo el oro del mundo,
pues contemplar la bajeza del ser humano
ver descender su condición por un pedazo de pan,
es muy triste, hermanos, es terriblemente penoso.


Hordas de salvajes ilustrados truenan sus botas,
como un repique infernal sobre los atrios,
en las callejas, en las calles del centro de mi ciudad.
Dime  amigo, extraño, mujer
tú,  gobernador de los vientos
 poderoso monarca de las olas
¿ Venceré el filo cortante de estos días
su borde de púas?
¿ pasaré por el ojo de la aguja 
o ganaré la orilla del mes nuevo 
como quien culmina una hazaña
nimia, gris 
sin lustre ni bríos?

Dime amigo, extraño, mujer,
ustedes saben,
siempre saben .

sábado, 25 de julio de 2015

Llovieron los días 
como  agua de lluvia,
fina llovizna sobre mi cuerpo desnudo,
humedeciendo mis hombros,
discurriendo grata
imperceptibles por el serpentín
de mi cintura,
detenida por la floresta del pubis ,
 de lirios y cardos florecidos ,
derramada su tibieza entre mis piernas
revividas a la llovizna de aquella tibia agua 
que corre entre mi vulva grata
una y mil veces satisfecha.

Afinar el oído del alma,
escuchar , 
y contar latidos
adivinar los sonidos
 que toleran  nuestro aliento
cuando se pronuncia el nombre,
o se escupe ,
y se maldice,
 cuando el recuerdo
lo avecina a  la memoria .

viernes, 24 de julio de 2015

Dime,
cómo volver
a un hogar ,
a una familia
que ya me olvidó
a la que no hice falta,
- todo lo contrario -
vivieron felices 
sin mi molesta presencia 
sin la tía y sus problemas.
Mírame por última vez,
sonríe con tu cara de posters,
antes de lanzar un profundo suspiro de alivio,
como quien saca el clavo de la cruz
y echemos a correr
tú hacia la derecha
 yo hacia el lado opuesto.
No es falta de cariño
 el tiempo transcurrió
las ganas se gastaron
las sonrisas se perdieron.

Así caminamos mejor.
Aqui juntos, ebrios de  fragancia corremos desnudos por la playa,
nos acoderamos en las dunas,  protegidos del sol, del frío traicionero del mar,
de esta vida silvestre en el desierto, que es libre y hermosa pero  agreste. Procuramos, no nos falte ,  el arbusto y la mata que nos da el perfume.
Amado olor quebrantas voluntades , eres como el mal de amores, no se vive contigo pero tampoco se vive lejos de ti.
Por ello, para tenerte cerca hemos  plantado las raíces de las matas, los arbustos en la arena, la tierra.
Estos se trasladan con el viento, recorren las ventanas, las paredes de las viviendas. Parecieran ser presas de un hechizo que las mueve por encima de los aire, y no existe lugar sobre el desierto donde no florezcan con especial vigor.
Otras cuelgan como helechos y basta halarla con la mano para hacerse de una brizna de la maravillosa yerba fraganciosa ,mientras nosotros desnudos deambulamos por el desierto buscando nuevas yerbas que sean mejores y más potentes alucinógenos.
Esto es único y prodigioso.
 Y hemos arado en el desierto y las  semillas han prendido entre las arenas y han crecido frutos preciosos.  

Nuestro es el secreto de las fragancias en  las arenas, solo para aquellos hombres y mujeres habitantes del desierto.



Tú eres la resaca de su borrachera más amarga, sí , esa que lo hace devolver el alma, 
 maldecirte en el instante que arroja el hígado por la boca.
Eres el nombre olvidado a fuerza de perder de vista, de odiar tenaz, cordialmente .
El  rostro que le averguenza en lo íntimo por sus pocas virtudes para ganar dinero, ser normal , elegante y no esta versión de mamarracho a toda hora con el cuento del artista.
El respiro resignado a la hora de firmar el cheque de las medicinas cada 10 días.
La maldición entre dientes de los días de pago .
El representa la  belleza, el éxito, 
el otro, el bueno para nada , con sus ensoñaciones extrañas
su manía por escribir eso que llama poesía y cuentos que nadie lee,
No sé cuando más, aguantaré este tren de vida, 
con casa de playa, tres hijos, colegio de lujo , mujer 
y querida reina de belleza. 
Súmale a mi hermano y los gastos,
Creo que al final el loco seré yo preso de tantas presiones.
Las recién llegadas gritan desaforadas ,
- no sé si felices o alunadas -, 
los ojos fuera de su órbitas,
los labios resecos por el sol del camino, por la sed.
Ellas no conocen aún el gobierno de las fragancias,
el arrobamiento de los sentidos.
Aguardaré su estancia en la arena con las otras mujeres,
su cabellera frondosa al viento, 
la sonrisa cómplice y las trasladaré en secreto
al mundo de arbustos , de perfumes
y encantos, donde sus cuerpos desnudos  serán untadas con óleos finos ,
abrillantados con aceites de almendras y cuando estén prestas a mi deleite,
serán presentadas una por una.  
Su hermosura cegará mis ojos y ellas
niñas aún se embelesarán por primera vez de las fragancias, para no dejarlas jamás.

jueves, 23 de julio de 2015

¿Afilar las uñas, 
aguzar el oído,
aullar por un sinsentido
la  sinrazón de una moda?
tan solo por que ser admitido a un grupo de poetas?
Poeta es quien escribe,
quien vuelca el alma en un instante,
o se juega la vida en un poema,
no es  un gato que llora en los altos de un techo,
ni viste estrafalario para llamar la atención
eso es ser payaso
 no es ser poeta.
Y cómo rampo con paso guerrero
el olvido,
 la  memoria extraviada,
de sus bocas?
Los amigos no recuerdan más.
Cortejar, sonreír,
aplaudir sus chistes, sus poemas 
es el precio de la  memoria de tu nombre. 
Y ellos, dioses del Olimpo,  a quien ganaron?
Si el juego es así, 
prefiero abstenerme y retirarme al ostracismo amable de mis  
fragancias, los arenales.

Volveré a mis dominios  magníficos , 
seré  la centinela de las dunas del desierto,
la gobernadora de mi nombre,  de mi propia paz.
Soy un rostro de mujer,
un especimen fino
un cumúlo de pequeños huesos,
de altos pómulos y 
mandíbulas fuertes.
Mis piernas, poderosas armas letales
 cuando caminan , ay 
cuando emprenden la marcha 
combativa hacia un propósito,
de justicia social,
ni quince policias las detiene.
Por mis labios de princesa,
arrojo llamaradas de fuego,
incendiando lo que se me ponga delante.
Soy un rostro de mujer ,
un especimen fino,

Por mi boca arrojo
pertardos rojos de amor. 

miércoles, 22 de julio de 2015

Explica mi vestimenta, 
este desamparo, 
 en medio de un camino extraño.
Hace tanto no recorro las calles ni avenidas
de una ciudad.
Quemé adrede mis vestidos ,
la pompa y los  adornos.
No entiendo la razón
de tu  confusión, muchacho.
Yo camino desnuda ,
 solo con la fuerza de mi mirada arden los maizales.
Me retiré a los arenales atraída por el silencio y su misterio.
Escucha joven, vuelve tus pasos 
 guía los míos a  a mis arenales ,  
las orillas de estelas plateadas de mis playas
Ya no pertenezco aquí, soy del desierto, de las dunas,
de mis arenas tórridas.


 Cómo explicar a través del canto de las olas,
el silencio profundo del desierto 
estos días ruidosos, 
con el gentío rasgando el breve doblez de paz
de mi vestido,
raleando mi rancho,
tan solo por dejarse ver
y sin ver nada.
El mes de julio  torna en  hienas a los humanos,
y como pavo reales se pavonean en el circo de vanidades
de las ferias.

Vuelvo al canto de las olas 
al silencio profundo del desierto.
El cielo es límpido, es tiempo de guarecerse
a contemplar el milagro de un  sol  brillante en invierno.

Aqui me encuentro en mitad de la nada, desnuda, cargando un pesado yunque 
alrededor de mi cuello.
Como las vacas, los animales de corral llevo yo una carga,
que me asemeja a otros humanos , insectos, seres vivos.
¿ Acaso ellos no conocen de mi reinado en los arenalesy las dunas?
Es el símbolo de la edad, los años que cumplo, que no interesan, no significas . Ellos lo quieren aprovechar a tu favor  pues  te quieren explotar,
En mi caso, duermo, como , como  de veinte 
y en cualquier descuido del cuidador me deshago de ese plomo. 
Soy una creatura del desierto sin edad, sin nacimiento ni fecha de caducidad.
Dejen,  pues de molestar con sus yerros de yunque, 
que mi voracidad por las fragancias y los cuerpos aumenta con el pasar de los días, las horas.
Creo que he sido claro , estamos?
Desato mi larga cabellera, 
 ofrendo sus cabellos  a un sol de invierno,
extraño y hermoso,
tan bello  como ,
este límpido cielo azul en julio
o el estallido en mil colores
 de una aurora,
Un milagro,
una bendición,
como quiera se  llamen
se entiendan.
No importa 
comprender es lo de menos.
Disfrutar con los sentidos ávidos.

martes, 21 de julio de 2015

 Desatar  mis cabellos al sol , jugar a ser tu amante
o como si lo fuera , no pensar en nada serio ,
pues los días de sol 
son para la alegría, el amor y el festejo.
Salgamos en tropel, tomemos las calles,
es julio y en el cielo un sol brilla esplendoroso,
y eso es digno de un poema,  de un baile una sonrisa
no de  la rutina diaria de cada semana.

Vamos,  antes que el sol se esconda en el  cielo ,
 por más colores rabiosamente bellos que éstos pinten,
vamos, pues la vida, el día, las horas bellas son escasas
 y ésta tarde es una de ellas.
La luz del sol ciega mis ojos,
Hoy no, mi amor, por favor hoy no.
Quiero salir a recorrer mis calles .
Imaginar  lugares donde nunca he de vivir,
quintas amarillas, casas y departamentos 
frente al parque eterno.
No me pidas escribir poemas, 
voy en pos de ellos en los jardines,
entre los árboles y las flores.

lunes, 20 de julio de 2015

Toma tu atado,
 guiaré tus pasos 
hacia mi  soledad .
Allí, en  los extramuros  y el silencio
habita  mi  paz.
Bajo mis pies canta rumoroso  un río subterráneo.
¿ Y quién me dice 
cómo vadear las aguas espesas 
de  los ríos de azogue
y la llovizna ácida  de estos días ?
Volar  encima del cielo
escapar por los tejados,
No ver, no oir, no saber
nada de nadie , nada de  nada.
La gente de afuera habla en exceso
y dice poco.
Aquellos llamados amigos bailan en la feria
de vanidades y entre ellos se cortejan y se adulan
como viejas cortesanas.
Pobre de quienes creen en aquellas palabras vanas.
Tome su madero y piérdase en  la inmensidad del desierto
Cuántas mujeres somos las habitantes del desierto?
Las suficientes, aquella libres  de  poblar las arenas con paso seguro y colmar de ecos de risas y gritos, y clamores y cantos profundos  las noches y sus días
cuando y de la manera que mejor nos  provoque sin dar ninguna explicación menos justificación a nuestro libre albeldrío.
 Aqui nadie pregunta nada ni interpreta,  ni razona ni explica
sino deja ser , como es el viento sobre la arena , o sobre la mar ,
así de natural y simple como la aurora y el ocaso.
La mujer recién llegada  camina  en círculos dando   grandes voces en una lengua ininteligible , con movimientos como si el mal de san vito fuera presa de su cuerpo, los ojos ciegos de sol.
Una vez desnuda, , se tumba sobre la arena , más no está derrotada.
Vuelven los clamores en lenguas extrañas , que ni un berebere entendería tan extraño parloteo a menos  ningún otro ser que no sea del arenal .
Le acercamos pan y vino .  La mujer con los ojos alelados por el sol, bebe y come de un tirón y pide más . Come y bebe la ración de 20 mujeres juntas y es entonces que el cansancio  la vence .
La  acoderamos a la duna mayor del arenal, protegida de las inclemencias del sol y el viento. 
Al despertar , nadie le preguntará por su nombre ni su lugar de origen.. Ella nos dirá cómo llamarla, si desea ser nombrada de alguna manera, y hará exclusivamente lo que le venga en gana, como buena mujer de las dunas, ella es creatura protegida de ellas y del desierto, donde nadie sabe quien es quien y todas somos como nos da la gana ser.
Aquella otra mujer, recién llegada,  se desnuda dando grandes voces , 
nadie sabe si de felicidad o 
vaya a saber que otro motivo  agita su alma o su mente,
retira violenta su ropa, y una vez completamente desnuda ,inicia una danza,
un ritual sobre sus vestidos antiguos, bailando sobre ellos, sus pies descalzos, la cabellera agitada como una leona,
 como si en ello  se le fuera la vida.

Así  llegamos un día al arenal  sin saber el día ni la hora, ignorando hasta nuestros nombres.
Simplemente un viento, una paraca nos varó en la arena y nos prendamos de la libertad del arenal , de la calidez de la arena, pero en especial de la libertad ,  caminar sin la pesada mochila de recuerdos inservibles.
Nos apasionamos por el  desierto calcinante, el océano azul, la playa salvaje, y la visión de tres lunas en el cielo alineadas como uñas blancas de niño recién nacido
.
No existe el  pasado ni futuro aquí. Solo presente  y un profundo desprecio de nuestra propia realidad, a la que dimos la espalda , al ser varados por el viento de la paraca.

Las mujeres de las dunas deambulamos ignorantes de todo hasta de nosotros mismas.
Ligeras de equipaje, nada recordamos , solo lo inmediato, no hay culpa, ni pesadillas
.
Así caminamos felices , usando los sentidos  , sin pensar mucho,
sintiendo ,como quien dice, como los animalitos, con los instintos.

única forma de vivir feliz sin s problemas 
eso se los aseguro yo , es ley aquí en el arenal.
Aquella otra mujer cerca a mi   esquina vocifera por un vaso de gaseosa light,
patalea vigorosa  en su afán, levanta una cortina de arena, ensucia a todas las demás mujeres acoderadas tras la duna .
Todas protestamos y ella se calma. Pasado un rato, vuelve a la carga como una niña malcriada.
La ansiedad por la bebida, la necesidad de llamar la  atención,  es cosa de todos los días en los arenales. Las mujeres pierden sus nombres, los olvidan  con el transcurrir de los días.
El sol inclemente borra recuerdos, memoria, y al final solo queda una repentina ansiedad , asolapada tras una gaseosa, un capricho menor.
 Ella ha debido desear repentinamente recordar su nombre, algo de su pasado , la familia.
No sabe no recuerda, es mejor así.
Le entregamos la gaseosa , la bebe de un tirón y cambia de tema.
Nadie sabe ni quiere conocer las razones el por qué llegó a los arenales.
Se vive feliz acoderada a las dunas , protegida del cuchillo traidor del frío y la helada espuma del mar por las noches.
Así  todas las mujeres en silencio absoluto, como si aguardáramos algo fuera de lo común, 
vimos con el aliento entrecortado,
 como el sol estalló en mil pedazos ante nuestros ojos.
Tal fue nuestro estupor que permanecidas mudas y estáticas,
cubiertas de  un sudor de muerte, aguardando el inico del fin del mundo y sus tribulaciones.
Nuestro sol estalló en trozos de fuego incadescente,  que fue a morir a las profundidades del océano.
Una nueva estrella solar, en forma de estrella de seis puntas apareció en el firmamento,
cegandonos con su luz intensa , más brillante aún que el viejo sol .
Nosotros dejamos nuestra inmovilidad y supimos que era hora de adorar, de celebrar las bendiciones del cielo.
 Iniciamos los cantos y los bailes en una fiesta que se prolongó por tres días y sus noches y participó toda la población de las dunas y el arenal. La estrella solar hacía crecer los frutos del mar y los peces llegaban a la orilla , más grandes , todo era abundacia otra vez
en nuestra caleta de pescadores.

domingo, 19 de julio de 2015

Aquella mujer desnuda a mi lado patea, golpea la arena con las manos , presa de una desesperación incomprensible.
Serena, envuelta en   una luz blanca , que emana de mis ojos,  de cada poro de la piel de mi cuerpo camino, recorro  la playa como si fuera la primera vez que la viera con ojos  limpios.
Con la uña del dedo índice quize encontrar el origen de mi bienestar y lo hallé en el fondo de aquello que se llama alma, donde los seres acumulamos las sensaciones, las emociones, los sentimientos.
Yo había recibido una buena noticia , un correo cariñoso de un entrañable amigo y tales palabras habían resultado caricias para mi corazón o para aquél órgano conocido como alma , o como ustedes quieran que yo llame al lugar donde se originan los buenos y malos sentimientos.
Esta vez , se trató de una emoción que afectó mi sensibilidad y hasta halo blanco despide mi cuerpo, mis ojos por la alegría de la noticia de mi amigo.

sábado, 18 de julio de 2015

Un nuevo grupo de mujeres, de  distintos tonos de colores en  su piel, morenas claras como la melaza, oscuras, prietas y otras blancas con cabellos azambados ,  los pies llagados , calcinados los cuerpos  por el sol inclemente se derrumbaron exaustas bajo las   dunas en el arenal.
Enmudecidas por la sed y el hambre, cayeron en un sueño pesado como de muerte por una semana entera.
Al pasar por la orilla y verlas desparramadas con sus harapos de colores, las piernas hacia un lado y los brazos hacia el opuesto, causaban risa por lo cómico de sus posiciones.
Nos acostumbramos al reposo silencioso de las extranjeras hasta la mañana que una por una rompió la armonía de la playa con un canto, un silbido distinto. Eran como si las aves del paraíso cantaran al unísono en un sonido enloquecedor.
 Clamaban, pedían agua y comida en su lengua, una jerigonza de todas las lenguas del mundo. Los pescadores del muelle, hombres de mundo se acercaron con curiosidad de hombres , primero y  entablaron  diálogo precario con aquellas foráneas venidas de la Islas Martinicas, de sus alrededores los archipiélagos de pequeñas islas e islotes
Las mujeres de los pescadores se apresuraron en freír pescado como para un batallón, pues aún del cielo llovían los peces y los pescadores a  construír un techo para protegerlas del sol ardiente y las ventiscas que ocurren por las tardes. 
¿ Cómo llegaron a nuestras costas aquellas mujeres, de islas exuberantes , de soles arrebolados y aves de silbidos y cantos tan sonoros? 
Esclavas, nunca fueron hasta la llegada de un nuevo gobernador que quizo amancebarse con cada mulata , cuarterona y sus hijas.
Ellas , insurrectas, bellas y libres  jamás sufrieron el azote del esclavismo ,
tomaron naves antes del alba y escaparon con lo que tenían puesto.
Así llegaron a nuestras costas , pocas se hicieron a nuestra arena árida tan distinta a la fina y blanca arena caribeña. 
Apenas enteradas de la caída del tirano, se apresuraron a volver tan rápido como llegaron, sin mayor sentimiento de cariño ni por aquellas dulces pescadoras que eran como madres con ellas.
Ellas se estrecharon en abrazos eternos mientras les entregaban viandas casi para tres meses de travesía. Ellas sonreían como reinas coronadas, altanareas, sabiendose bellas , inalcanzable.
Un, marinero borracho harto de tanto engreímiento,  de tanta fufulla  empujó las barcas de un solo envión y las hizo por fin a la mar a estas mujeres que nunca dejaron de ser unas recién llegadas. 
Desnuda, tal como aparecí en los arenales
vago , la mira desorbitada , alunado, como dicen
clamando , aullando por   una respuesta ,
 un simple si o  un no,
que apacigue la ansiedad
que arde  en mi cabeza
y zapatea  
como una  marioneta caprichosa,
sobre los cables de mis nervios,
enredandolos por purita maldad.
Hablen, o un sí o un no.

Adiós, no deseo más ninguna respuesta.
Me interno en la liberad,
en mi propio  mundo sin remilgo ni confusiones.
Contemplo el cielo terso,
asculto las constelaciones,
¿ serán las estrellas, acaso 
quienes revelen el motivo
de tanto silencio?
Leo  las palmas de mis manos,
sentada y paciente,
sigo con el dedo  índice  la línea de la vida
la  del corazón.
Las estrellas y las palmas de mis manos
enmudecieron .
Nada dicen, nada quieren revelar.
Será justo echar al olvido a  aquél silencio traidor,
que muerde feroz  el alma.
Arrojo polvo lunar sobre el recuerdo,
sigo mi camino, con un paso de baile
de medio lado.

viernes, 17 de julio de 2015

La espuma de tu recuerdo permanece
como una estela blanca
en la orilla de mi playa
 luminosa, nívea
brilla en mitad de mi alma,
sin pasados ni mañanas.
Mis ojos ciegos de sal contemplan tu vuelo de gaviota,
partes y quedo sin verdades 
sin respuestas.
Ausculto
las palmas  de mis manos
 descifro sus líneas,
 mudas 
esta tarde para mi.

A pintar veloz el cielo,
antes que se derrumbe sobre mi cabeza.
Escribo  una historia 
un cuento fantástico 
lo escribo diez veces
hasta que yo lo crea.
Convencida, tonta y contenta,
sigo mi camino ,
silbando una tonada.
El dice nada sé , nada leí, nada vi
ella es demente,  
crea, su mente imagina
no es sino un espejismo
una alucinación  en medio del árido desierto
de sus días. 

El dice nada sé, nada leí, nada vi.
él si leyó, si vio
tiene miedo
no sé la razón ni me interesa
seré  demente como dicen pero nada temo 
y vivo en medio de las luces de mi propia playa.

jueves, 16 de julio de 2015


Dunas de arena fina redondas, mullidas
como madres, mesalinas, vientres plácidos.
Aquellas mujeres errantes ,
 criaturas de  arena,
acoderadas bajo  la duna protectora,
 vagan sin rumbo en pos de un amor 
 o huyen de las heridas
  del alma.
Algunas caminan en pos de la razón
perdida en  noches de luna nueva,
una soledad en la piel 
 tan inmensa 
como las playas que recorren sin fin ,

Dunas de arena fina, redondas  , mullidas
como madres, mesalinas, vientres plácidos.
Desperté desnudo ,
tras la duna de arena, 
los párpados entrecerrados,
ebrio  de sueño ,recuerdos y ron barato
 la piel, los labios llagados de sol inclemente,
suplicando al viento  por agua.
No recordaba nada, o no quería pensar en eso,
 lo había olvidado o no importaba más,
salvo por un aguijón en algún lugar del alma
o del pecho o donde duelen las cosas que importan
y que nadie sabe como se llaman en realidad.
La cosa esa hería y hasta sangraba por un ojo,
el izquierdo.
y no fue cosa de golpes ni pelea de hombres , yo recordaría
quizás algo de amores con una de estas mujeres hermosas de las dunas,
tan libres como indómitas, así las llamó alguna vez don Antenor, por 
ser bellas y ellas dueñas de su destino. Me gusta la palabra, si alguna vez tengo una hija,
la llamaré Indómita para que sea bella como estas mujeres y nadie pueda gobernar-las.

Amo la textura de la arena, 
su color marino, tenue , neutro,  discreto ,
el  mejor homenaje  a  los colores esplendorosos del mar.
Amo el  sabor a mar en la arena,  a pez espada, 
a fruto divino,
aquél que se ofrece generoso a las criaturas de la playa, 
y a aquellas mujeres protegidas por las dunas , 
mujeres errantes del desierto.
Buscadoras eternas de amores,  perdidos en noches de luna nueva,
en alguna fonda marinera , fugitivas sin maldad, 
mujeres de piel roja por   sol inclemente, de ojos alucinados y lengua entreverada por mil lenguas ,
 al final de cada frase , rompían a reír, como las olas en la rompiente  por donde vagaban
o simplemente aguardaban el inicio de una era, revelada en sueños,
o el arribo del salvador, anunciado por boca de algún profeta de las arenas.
Las dunas eran , son , serán el montículo de arena que el viento sopla a su antojo,
pero para los seres de la arena son los cerros protectores , 
del cuchillo traidor del frío nocturno , 
de la espuma helada del mar, que penetra a mansalva hasta el tuétano
y  ya  muchos devoró en tres días.

miércoles, 15 de julio de 2015

Primero fue un soplo de aire,
la brisa imperceptible en el desierto,
 el viento levantó la arena
y fue la ventisca ,
La arena golpeaba nuestros rostros,
las pupilas ciegas daban manotazos .
Por la noche llegó la paraca, el remolino  de arena
que arrancó de raíz árboles , casas, animales,
cubriendo con un manto de arena desde los sembradíos
hasta el río.

Primero fue un soplo de aire,
Arena parda de mi litoral
gruesos granos de arena a la medida de mis manos
para hacer, crecer
para curar , 
y sanar a mis enfermos
duna de arena, que me protege
de los vientos, de los calores
duna de arena, 
en quien me recuesto para mirar
se acoderan las señoras de las arenas
Tonelada de arena fina de las playas del norte
arena ardiente, tórrida,
húmeda y fresca para las quemaduras.
 Amo mi arena oscura, 
banco de arena, tan cerca al mar
tan distante.

Arena parda de mi litoral
Y en medio de la batalla,
entre el polvo y el ruido
cuando más  nadie aguardaba 
una buena nueva 
o nada de nada
estalló una granada gigantesca de flores multicolores
y dulces
entre ambos batallones  .
La soldadesca de ambos bandos corrió tras los dulces, las flores , y
algunos se  arrastraron por la tierra en pos de los milagrosos caramelos,
como niños, como si entre ellos ninguna riña los hubiera enfrentado jamás.
Primero fue la molécula.

Luego se multiplicaron los jardines de Babilonia,
 la prosperidad insospechada, los insectos
 los mamíferos y los primeros seres humanos.

Era tal la belleza del lugar , que los seres corrían y recorrían
los jardines a su antojo para tratar de hallar un rincón igual al otro.
Un animal similar a otro. Una especie.
Andaban, comían y vivían en perfecta armonía.
Amaban como querían , a quien ellos habían escogido en el principio.
y no existían problemas.
Era dulce e intenso el primer amor entre los primeros seres humanos.

Primero fue la molécula.
Me gusta el sabor a mar de la arena,
su  sensación granítica en las manos,
jugar con ella como niños,
o esculpir  verdaderas obras de arte
su intenso olor marino, a veces , denso
pero por sobre  todo amo su color 
indefinido, parco, hasta la saciedad
 permite que
 el mar luzca  sus colores en todo su esplendor.
No fue mi intención borrar la fragancia de mis recuerdos.
 Evitar las calles  , olvidar sus nombres,
los árboles , las alamedas, 
ocurre que uno enceguece de recuerdos
cuando el sereno cubre con su manto 
los sueños y la memoria. 
 Yo debí huir y dejar mi hogar sin dejar rastros.
Ese fue mi error garrafal, escuchar a la razón.
Perdí recuerdos, aromas, trozos completos de historia 
 por salir desesperada por no perder la vida
El miedo borra, en  su desesperación  el aroma
los nombres de aquellos lugares , donde uno fue feliz.
Así aparecí desnuda junto a otras mujeres desnudas,
unas balbucientes, otras echando espuma por la boca,
otras gritando, los ojos muy oscuros desorbitados,
guiadas por otras mujeres hacia las dunas de arena
de la playa.
Eran dunas suaves, redondas ,  
sin lugar a la traición 
del cuchillo del viento.
En todo caso nos protegían de los maretazos, 
de las areniscas, del ardiente sol
tan comunes en estas partes del desierto.
Dunas como vientres cálidos al mediodía,
o como lechos de guarecer por las noches,
siempre bienhechores y amables, 
benditas dunas de arenas
del desierto mío.

La mujer tendida a mi costado patea, 
no sé si es por alegría o si está furiosa,
berrea, tira de sus cabellos , 
sus movimientos son violentos y
balbucea palabras que solo ella entiende.
De pronto, abre los ojos exagerada,
maravillados ante algo que solo ella ve.
Se pone en pie, cae de bruces, besa la arena ,
mil veces, queda tendida.
Agradecida.

martes, 14 de julio de 2015

Desnuda,
recorro la carreterra,
la piel despellejada al sol,
los pies ensangrentados.
Nada importa.
Necesito encontrar la memoria.
La extravié  en algún lugar,
alguna noche  
 no importa saber
cuando ni como
Pagaré a cualquiera 
que quiera narrar una buena historia
que me convenza
de haber tenido 
un pasado feliz
o triste
Eso es lo de menos.
Recuerdos, memorias, 
como quiera que los llames
Yo los necesito
Nada importan más.
Desnuda , camino sin rumbo por la carretera.
Los camioneros gritan groserías.
A mí nada me importa
La lluvia es torrencial ,
moja mi cuerpo y mis pies.
A mí nada me importa
Que el   agua recorra  mi cuerpo,
que lo lave , si quiere 
que lo bañe dos veces.
A mi nada me importa.
Yo quiero saber 
¿ cómo murieron los chicos,
 quien los mató? 
 Ellos eran tan jóvenes...
Algún maldito robó mi memoria 
mientras  dormía,
ya no recuerdo nada.
Sin memoria, no sé vivir
Por ello , camino en pos de mis recuerdos por la carretera.
Alguien ,  por el camino, 
cualquiera
me dirá algo
un cuento
lo que sea
que me haga vivir
con algo 
de paz.
Desnuda, humedecida por la llovizna recorro,
ciega de recuerdos,
las calles, las casas 
aquellas avenidas 
que alguna vez 
fueron mías.
Los olores me son familiares.
Mi olfato me guía a descubrir mi niñez bajo
algún árbol de alguna calleja perdida.
Anda, canta ese tema que tanto nos gustaba, cuando chicas
ese , que me hacía bailar de contenta,
quizás así recuerde el tiempo
cuando caminábamos libres y ligeras por las calles cercanas
a la casa y nosotros llamábamos barrio para parecernos a los muchachos avezados de Lince.
Tan bandidos eran que dos murieron antes de cumplir los 18 y casi frente a nosotros y bien gracias.
Y nosotros montábamos motos , como ellos pero más pequeñas. 
Y ni nos enterábamos que ellos ya andaban en viejo romance con las drogas y eran chicos de 14 de 15 años.
La verdad es que nosotros eramos las reinas del barrio, tan lindas, tan bien puestecitas y tan dispuestas para las lides del amor, todas menos mi hermana. 
Ese verano de los 14 años fue inolvidable para todos, creo que aún lo llevamos en el iris de cada pupila,tatuado en algún lugar secreto de nuestra piel.
Recorro desnuda las calles que solían ser mías,
el barrio , las casas, 
la llovizna humedece mi cuerpo,
 finas gotas me recorren,
revuelven mi cabellera,
alcanzan mi vello púbico,
indiferente caen las gotas 
por mis piernas.
A mi no me importa
Si las calles, las casas no me recuerdan más,
si el barrio no es más mio,
que la llovizna o la lluvia
humedezca mi cuerpo, 
lo empape
o no,
A mi nada me interesa.
 Si mi barrio me recuerda
o yo recuerdo a mi barrio
entre las casas entre los edificios nuevos
 eso sería reconocer las callejas de mi pasado. 
Una mujer desnuda sin calles, 
sin un barrio
no es nada ni nadie.
Nada interesa más   que  encontrar
 mis recuerdos.
Un pasado.

Sería tan grato jugar a ser solo muñecos , 
en lugar de ser máquinas de aniquilamiento.
Es aceptar, que tú eres incapaz de asesinarme.  
Y  yo de  arrancarte  la vida de un zarpazo. 
Es nuestra realidad.
Somos asesinos
Coloca el casco sobre tu rostro.
Ponte en guardia.
Antes de matarte con mis garras, 
déjame  estremecer  tus labios con un beso,
destruiré  tu rostro amado  con mis garras,
tal como estaba convenido.

Nadie debe ver nuestras ácidas y sucias  lágrimas 
asesinas.
Son mis brazos,
largas tenazas de apuñalar,
mis manos, garfios aniquiladores
de otras manos.
Y mis piernas,
poderosas armas de patear
hasta matar
Más si acaricias
con ternura alguno de mis cabellos,
mis labios ,
dibujan una sonrisa,
mi cuerpo desnudo se ofrece al amor.
AMANSAS A LA FIERA

Solo por un momento. 

lunes, 13 de julio de 2015

Es mi rostro fino, de huesos  delicados,
 cubierto  por una máscara   de hierro
 protege mis órganos sensibles
las  pupilas,  mi pequeña nariz
así no leo,  ni veo , ni huelo la realidad
que ellos ocultan con maestría.
Más, cuando los gritos de protesta inundan mis calles
mi  sangre caudalosa despierta del letargo, y arde,
el cuerpo entero se subleva, electriza
 echo  fuera la  máscara,
salgo a  tomar la calle 
como los obreros y vagabundos
me  uno  a la marcha, 
a gritar como uno de ellos.
Y con mi boca ardiente , espumando insultos
ensayando  nuevas formas de gritar
 una  mortífera forma de incendiar la plaza,
Invento formas de arrojar  fuego desde mis labios de princesa
Soy entonces una potente , 
Lanzallamas de amor


Tú y yo giramos  en el tiovivo,
Enfrenta mi  verdad, con valor 
Dame  uno de tus  consejos sabios,
cómo superar este mes agudo y esdrujulizo
 con sabor a azogue ya medicina.
Saltar con zancos encima de cada día 
Dormir de largo hasta el mes de agosto.
No lo sé.
Julio es un mes que solía ser muy feliz hace algunos años.
Comíamos torta, bailábamos, la casa se llenaba de bulla de amigos.
Unos  tras el otro partieron mis seres queridos,

Me quedas tú y tu abrazo , rey del tiovivo.