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sábado, 31 de enero de 2015

Aturdida por el calor,  soñaba con un cielo azul infinito, en el cual me perdía entre las nubes.
Volaba , surcaba los cielos con maestría , bajaba en picada hacia el mar, tan intenso , como el cielo.
Emergía,   y era libre, libérrima como un ave poderosa.
Así transcurren las horas más calurosas los pacientes de una casa de reposo.
Soñando imposibles bellezas, algunos durmiendo, otros maldiciendo.
Ustedes me confinaron tras las rejas,
 hace ya mucho.
Ustedes olvidaron que soy un ser libre,
y siento la voluntad   imperiosa de  beber viento,
 contemplar rostros distintos,
vivir intensamente.

Ustedes me confinaron tras las rejas,
hace ya mucho.
A ustedes, sí, a ustedes les digo
A punta de patadas , puteadas, esputos blancos,
amansé mi soledad.
Aupé su grupa montaraz.
Cabalgué las noches en blanco.
Ahora ella come de mi mano.

A ustedes ,les advierto:
mi fuerza es hercúlea,
el poder de mis pulmones
derriba paredes.
Pronto caerán los muros ,
que me contienen,
Marcharé sin rumbo,
donde nadie me atrape como una bestia.
No hay pan para llevarte a la boca.
No hay mercados aguardando tu miseria.
solo admiten a quienes tienen dinero.
Hoy , querida amiga, nadie se acuerda de ti.
Nadie ,  es ningún amor.
No insistas en protestar a gritos,
clamar por ayuda.
Chillar tras las rejas.
Algunos días, nada funciona.
Un hoyo en el medio del  alma
sangra humoso, 
líquido, 
incesante, doloroso,
 bravío y  cobarde,
líquido y espeso
ensucia la acera
el piso.
Mi cuerpo 
ensangrentado,
abandonado,
orinado por los perros
cagado
mil veces cagado
por  los hombres, los borrachos
por dios.

viernes, 30 de enero de 2015

No sé si mis gritos resuenan  en noches desérticas,
o si la luna no alumbra más  para nosotros.
Nadie se interesa por los infelices
tras los muros.
Nadie se interesa por los infelices
tras los muros. 

Para  nuestra liberación  ,
 nuestra convicción , las manos y las uñas.
No tenemos más armas.
Arañemos cada vez , un poco, el muro de cal.
Si trabajamos duro   desde antes del alba
hasta la muerte del sol,
( total, somos una pareja de locos hacemos cosas sin sentido)
calculo  habremos socavado los muros 
que nos apartan del  mundo.
Volveremos a ser humanos, dignos y alertas.
Nos asaltará la tentación de regresar a la vida fácil.
Abrazados fugaremos,
unidos en libertad nos mantendremos.
Ya te advertí, 
 en mil tonos narré,
el daño, que nos ocurrirá
si seguimos mansos 
como borregos,
aspirando con fruición
la fragancia del follaje.
Durmiendo todo el día.
Confundiendo la noche
con el día.
Eso compañero, 
atiende bien
se llama drogar pacientes. 
Mientras el tiempo transcurra
sin un ay de nuestros labios,
ellos cobrarán su comida de cinco estrellas,
sus noches sin asistencia,
anda suma, haz números.
Echa pluma,
Si quieres que te desplumen
y además embrutezcan tu cerebelo,
aya  tú.
Sé dónde duerme el director, 
aquél siniestro que orquesta esta casa,

Yo me levanto  en armas,
Si debe correr sangre, correrá.
Si quieres unirte a mi causa, bienvenido,
Si no, a los soplones les cortamos la lengua.

Cuán impresionante es la  belleza del follaje,
que nos cerca, nos limita, nos envuelve  en su fragancia traicionera. 
Aturdidos , embriagados  , chillamos por  una dosis mayor cada hora, cada día para mantener el paraíso artificial, la mansedumbre de los pacientes.

Nadie se da cuenta de la verdad.

Nadie sabe que la fragancia  debilita la voluntad,
nos induce a un pesado sueño día y  noche.
Convertidos en animales dóciles  dormimos, comemos, nos medican,
y al pesado sueño una y otra vez .
Así se apaga el soplete de fuego en las entrañas,
la escasa fuerza que nos resta no es útil para protestar.

Soñé con una ráfaga de viento ,que me lance lejos de los muros,

Me senté a esperar la llegada de un vecino.
Por gusto esperé..
He de idear un plan maestro con la escasa masa encefálica,
 que me resta.

Hasta para morir debo pedir permiso.

Hasta para lanzarme al abismo requiero una autorización.
 Luchar  contra los medicamentos, la soledad , 
el sueño embriagador
horada los huesos,
fatiga el alma.
Siento que mis venas estallan,

la sangre quiere salir en chorros sin control,
inundar mi frágil humanidad,
ahogarla hasta escupir por  la lengua,
por la boca.
Yo lucho - les juro que lucho-
pero llega el sueño 
y soy un boxeador nockeado
en el primer round, 
tumbado sobre la lona,
sin asistencia alguna.

Atada por mil lazos invisibles,
no hilo ni una frase lógica,
solo mama, mi mama me mima
agua, y gorgojeos  pre natales 

Atada por mil lazos invisibles
Nadie desata mi conciencia,
He perdido las fuerzas .
He perdido las ganas de vivir.
Ayer tarde quise poner fin a mis días.
Esperé una ráfaga de viento, que elevara mi cuerpo como una cometa.
No hubo viento ni hubo permiso para salir de la casa de reposo.

Yo deseo morir en un lugar amado, que conozco bien.
He sido tan feliz en sus lares, en  distintos tiempos de mi vida,
que no acepto otro lugar para esparcir mis huesos contra el abismo.
Mis   cenizas reposarán al fondo del mar frente a Barranco,
lugar que tanto amé . 
Amiga Marinés, duerme con un ojo abierto,
en cualquier momento te llegará la noticia.
Qué alivio para mi hermana, 
que sonrisa victoriosa esbozarán mis hijos.
La más feliz de todos seré yo.
Habré volado entre el mar y el cielo rabiosamente azul a un destino donde nadie limite mi libertad .
Recorrer  incesante los barrancos el resto de la eternidad.
Ese sería mi premio, sobrevolar quebradas y malecones .
Quizás antes de la aurora y del ocaso ,
cuando el cielo estalla en mil colores,
esté yo , un punto imperceptible entre la belleza inaudita de la naturaleza.
Griten , aúllen, chillen tras los muros de esta casa.
Aquí no hay reposo, solo entes y sueño embriagador.
No necesitamos comida 5 estrellas,
 menos enfermeras con voces delicadas,
que nos  envenenan sonrientes  día a día.
Reclamamos nuestra libertad, el pensamiento 
sin medicación.
Con la uñas rasgaremos las paredes.
Con la boca morderemos la cal.
Retumben sus pies, hermanos  como temblor de tierra.
Así los vecinos escucharán nuestro clamor.

Tan alto , tan fuerte, y potente
que a nuestras voces alcanzarán el cielo.
 Caerán ante nuestros pies los muros, el concreto,
la cal, que impiden nuestra libertad.
Esperé en vano la ráfaga de viento , que elevaría mi cuerpo hacia las nubes, y me estrellaría luego
en el abismo profundo de la quebrada.
Hoy, antes de la aurora, repté como un insecto hasta mi malecón.
Son  tantos los medicamentos,  que casi no puedo tenderme en pie, mis razonamientos lentos, nulos.  Despierto ansiosa a buscar y rebuscar las raíces nuevas de la fragancia. Y embebida ,  paso las horas, fuera de la realidad, débil y dependiente.
Vivo en una casa de reposo.
Esa es la realidad.
Entenderán , que es imposible que me traslade volando hacia mi plaza de la media luna y su malecón amado,
Mi profunda tristeza .
Yo fui siempre una gata libre y  cumplía mis sueños,  aún arriesgara la vida.
Siempre hice de cada anhelo , una realidad concreta. 

Es cierto, el lugar de reposo es de un lujo sibarita , ya no deseo  ser más una adicta ansiosa e inútil
Saben? es tal mi dependencia de aquellas plantas salvajes que hube de arder con ellas y salvar solo un mechón que llevo oronda en mi cabeza mil veces chamuscada.
Cómo es posible que una guerrera, una combatiente permita adormecerse, no vivir su realidad por cobardía.
 Tumbarme a descubrir día a día nuevas raíces en mi cuerpo. Es terriblemente agradable pero embota mis sentidos, ya no hago nada más. No escribo, solo vivo drogada.
No es digno, es inaceptable en una poeta.
Quiero escapar de mi encierro, de este sueño pesado que anula mis pensamientos.
Necesito volar sea  con una ráfaga de viento o con una ola gigantesca de la playa cercana,
Esta depositará mi cuerpo en otros lares y limpiaré mi alma del sueño, los medicamentos y la dependencia a la fragancia.

jueves, 29 de enero de 2015

Una ráfaga de viento elevará mi cuerpo , como una cometa,
luego descenderá hasta lo profundo del abismo. Allí me estrellaré.
Será  una mañana de verano bajo un cielo rabiosamente azul.
Debe ser una mañana diáfana  para ver las piedras al fondo y oler la fragancia marina antes de perecer.
Y un cielo como solo luce  en la plaza de la media luna. 
Me iré sin ningún acompañante.
Qué   sabrán ellos de mis dolores y mis angustias.
A mi partida, nadie extrañara mi ausencia.
 No tocarán campanas de luto en la iglesia .
Ningún aviso en el diario.
A las suicidas se les exonera de esos horribles trámites.
Algún curioso  preguntará alguna vez por mi.
Amigas no tuve. Amigos , sí , a pesar de mis desapariciones y apariciones a presentar mis libros.
Un esposo que se consolará pronto , una hermana aliviada de mi presencia. 
Y basta.
Vendrán mis hijos a arrancharse mis pocas cosas, el departamento y las joyas. 
No vale la pena malograr la vida de nadie dedicándole una nota de despedida.
Solo digo, enfática, muero por no culminar una obra. La obra que debería sobrevivir a mi muerte.
A lo olvidaba, a aquél canalla que enfermó mis horas, le deseo un viento feroz que aturda su mente,
y cargue mis huesos sobre su conciencia.
Nada más.
A aquellos lectores fieles de estas letras, un adiós , un hasta mañana, pues es seguro, que mañana fluyan por mis venas las ganas de luchar, de escribir y hasta logre mi obra maestra de tanto insistir.
Mi cariño eterno, si es que existe la eternidad, si no, mañana nos encontraremos como cada día,
A ustedes sí, mi gratitud.
Y me dejaste gritando, chillando como una loca,
 encima del muro del malecón.
No pensaste que yo quería morir en ese momento,
ser una con las olas azules que chispeaban en lo profundo del abismo.
Si de algo estoy segura es de morir por mano propia estrellada contra las rocas de ese amado malecón.
Caminar leve, tomar impulso y caer rotunda al fondo del mar.
Alguien verá mi cadáver , lo seguirá con la mirada, nada más.
Ni la policía tomará el caso con atención.

Y no pienses que morí por ti.
Me muero porque no logré escribir la obra maestra, aquella que me diera el placer absoluto.

Fui la hetaira , la concubina  de un rey Sol ,
que sobrevivió a la muerte.
Arañé la tierra con uñas y dientes,
abrí la fosa común ,donde me arrojaron
junto a mis hijos.
No perdonaron que fuera  yo , quien tomara la decisión
de morir por mano propia.
Ni matar a mis propios hijos.
Hube de hacerlo antes de caer en manos de la turba.
Desnuda al sol, mi piel resplandecía en mil colores.
Mis caderas de durazno, mis pantorrillas redondas, 
no desaparecerían de la tierra por un capricho del rey.
El ignoró siempre que mi belleza tenía orígenes persas,
y como tal,  fui protegida por la magia del rey Persa.
El cortejó mi amor por años, pero era tal el celo del Dios. Sol
que no osé siquiera mirar el ruedo de su manto.
Una vez muerta, invoqué su nombre.
A mi encuentro en el Hades vino,
sopló mi alma y me  devolvió a la vida .
No soy más hetaira de un solo rey.
Yo soy la reina Persa, conocedora de los misterios y sortilegios
de la magia ancestral, 
Es el tiempo de los lloros y lágrimas para quien fuera el rey Sol .
No busco su mal, pero quiero cobrar cada humillación sufrida,
hasta el último día cuando fui desnuda a la plaza a clamar piedad.
He de escapar del silencio,
de aquella oscuridad parda
que  has impuesto
a mis días.
No es importante que el sol brille,
vale que el cielo escampe,
derrote a las nubes y por fin,
 escriba el poema deseado .
sin que tú lo impidas,
sin que tú lo impidas.
Deja, no clames, no ruegues.
El semi-Dios está gobernado por la soberbia.
Poco entenderá de aquello que pides.
Ciego de su propio poder, hoy da la espalda a su propia sangre.
El ha encontrado placeres carnales en el lecho de una joven Diosa Lucero.
Entretenido y ciego de deseo él obedece a ella como un perro.
Esa mujer diosa-lucero ha llenado su cabeza de mentiras.
Hombre necio , ha echado por el despeñadero de la muerte a su propia sangre,
tal como la diosa pidió.
Al menos, su mujer, la hetaira pudo morir con honor, degollando primero a sus hijos , luego a sí misma.
No le pidas nada por un tiempo, hasta que  que razone como un ser lúcido.
El hombre mayor ha caído en los embrujos de la diosa -luna., 
Pronto, ella será su peor enemiga.
Se hará del trono, lo traicionará con el capitán de la guardia,
Terribles serán las noches en las húmedas mazmorras de aquél Dios Sol, humillado, sin poder, y recordando a su fiel hetaira,
con quien amancebo y tuvo hijos, luces de sus ojos.
Tarde volverá a la razón.
Quizás salve su reino , más lo más amado , lo adorado, su mujer e hijos no estarán más.
El pueblo lo olvidará.
Más aquella escena de la hetaira suplicando desnuda quedará en las retinas de cada lugareño.
Y estos contarán la historia a sus hijos.
La hetaira valiente será recordada por siempre.
Ante ti y tus hombres,
ante todo el pueblo vociferante,
retiro mi túnica de velos de tul
uno por uno,
me presento desnuda y humillada 
ante tu presencia.
La cabellera sobre los hombros,
en actitud contrita ,
como la más humildes de tus siervas.
Mucho me has castigado.
mis huesos pugnan por escapar de mi carne,
que una vez fueron redondeces de melocotón.
Mi piel otrora de seda, es áspera ,
No poseo pan a llevar a la boca ni para mis hijos,
que son tuyos.
¿ Dime Sol, ante la plaza, 
 te he ofendido en tu honor?
cuál es la razón para tanto escarnio.
¿ Merezco acaso la amenaza de las aves de rapiña
rondando mi cielo?
Dime de una vez, por todas las estrellas y los luceros,
¿ Me desterrarás de este tu pueblo
y abucheada por la turba seré carne de los perros?
No conozco mi pecado más la condena la leo en tus ojos.
Seré degollada por mano propia, al igual que tus hijos.
Cuando cambies de opinión,
seremos tus hijos y yo, alimento de las alimañas. 
La mala conciencia perseguirá tus días y tus noches.

Clamarás y nadie escuchará tus ruegos,
así como tú no escuchaste los míos. 
Soplen nubes , soplen vientos
arrimen mi cielo cargado de llovizna.
Lloro por las noches mi encierro.
cuando hasta hace poco
era yo la bacante de cabellos tornasol 
volando al viento, 
aquella que nada temía.
Amaba a muchos con amor de hembra.
Y se atrevía a los barrancos escarpados del malecón.
Hoy soy una mujer temerosa, frágil,
sin amigos, sin familia , sin poetas
Me inmolo al sol pues no mi vida duele.
La soledad carcome mis huesos.
La traición es una daga ,
que pende sobre mis huesos.
Terminen de una vez conmigo.
O seré yo quien degolle mi fino cuello de cisne,

La sangre ya no la limpiaré yo.
Aves grises aletean en torno a mi ventana.

El  cielo azul  atormenta  mi alma.
El sol estalla en luces  
y yo ,  no fui invitada al convite.
Entonces me presento desnuda y desarmada ,
contrita con el pecho atormentado.
Nada malo cometí, digo.
Señala con tu dedo de oro mi falta, Sol mío.
Si fui una bacante libre de cabellera suelta al viento
amante de mis amantes,
Lo confieso. mujer poeta,libérrima

Sol mío
Vuelve a ser mi luz cada mañana,
mi canto, mi brillo , mi amor en el vientre.
Perdona mis faltas, no condenes a tu sierva,
que por  amar ha pecado.

Aves grises aletean en torno a mi ventana

Aquellos días eran de llantas quemadas  y fuego. Y de risas y amores.
Cuán feliz  era,  sumergida en ese mundo nuevo, inmenso más que cualquier sueño .
Tan intensas eran las mañanas que yo llegaba una hora antes para disfrutar más tiempo la felicidad de descubrir y conocer lo que mi mundo  me había mezquinado . 
Era la Uni y su primer gobierno de izquierda y yo, del brazo de aquellos, que luego escribirían la historia nacional.
Hubo un tiempo
Corría  ligera por el malecón.
Mi cabellera volaba  al viento 
y  reía , ebria de brisa marina
de libertad.

Hubo un tiempo.
Corría ligera , escalaba la quebrada.
Desde el pico más alto,
gritaba feliz, cantaba a todo pulmón.

Hace tiempo,
vivo tras los muros del   miedo.
Mi cielo no es más azul.
Mis días son noche
La noche largo y blanco suplicio.

Hubo un tiempo.
Mi corazón palpita  sonoro,
 golpes dolorosos y  rápidos degollan mi respiración. 
Acezo , transpiro  frío, a punto del desmayo. 
¿ Dime qué medicina  alivia esta ansiedad,
 que aprieta mi cuello, mis ganas de ser?

Aves de rapiña vuelan en torno mío.
Vienen en pos de mis ojos.
Yo les ofrezco mi alma, las fibras 
de este músculo que no soporta más.

miércoles, 28 de enero de 2015

Cuento uno por uno los huesos,
 que pugnan escapar de mi piel,
roerla , hollar en ella, desgarrarme.
Es notorio mi descalabro físico.
- tengo hambre, poco dinero- 
Alguna personas inventan ,
historias, infundios, 
crean verdaderas novelas sobre hechos nimios,
asuntos del pasado.
En todas, soy culpable.
Nadie me otorgó el beneficio de la duda,

Si yo estuviera sana, mansa, créanme
el último tema a tocar sería sobre aquél asunto doméstico.

Y ahora no bebo vientos ni brisa marina,
solo rabia seca en espuma
Rabia seca en espuma 
saborea  mi paladar.

Quiero volver a conversar , 
no a aullar.
como una loba herida.
Vivo en lugares de reposo,
entre flores y follaje salvaje.
Desde mi habitación transcurren las horas.
No que quejo.
Necesito la imperiosa  intensidad,
 que succionan los medicamentos y me tienden a dormir.
Cuando el ardiente sol se oculta,
 veo salir de sus madrigueras las criaturas más extrañas,
los gnomos  que atacan mi sueño,
Veo también en vigilia los espantos que  mi mente crea.
Recorren los parques, se detienen ante mi puerta,
piden y  gritan a grandes voces.
Es entonces cuando mi mente confundida, estalla.
Llega la enfermera , me inyecta pero 
mis entrañas se ya se quemaron de angustia.
Se calcinaron por la mala intención de mi propia creación. 
En plena oscuridad me baño una y mil veces.
Solo para arrasar la ansiedad, las ideas enfermas .
Ellas ordenan :Mata tu cuerpo, morirá tu mente.
No habrá más dolor .
Al alba,  titubeo, miro con ojos de sospecha a todas partes, 
Sé que antes del ocaso, taladrarán otra vez mi voluntad,
mi poca serenidad.
Necesito un día de paz, por favor.
A ustedes seres creados por mi mente enferma,
a los gnomos, suplico:
Paz para pensar, leer, escribir.
Paz, bienestar para sonreír y ser ligera.
Aquello que se supone vengo a disfrutar en una casa de reposo.
Aquello que era mío, y lo arrebatan medicamentos e inyectables.
 Aúllo,  como un animal herido,
 camino en cuatro patas,
pues mi condición humana
la perdí en noches afiebradas de amor.
Me inmolé a la oscuridad 
por matar a un mal amor,
que succionó  mi sangre,
bebió de mi sexo,
y  huyó como un cobarde,
tumbada yo en el pasto 
húmedo aún,
 de los rocíos del placer.

Mi salvación es recorrer las noches 
en pos de sus ojos extranjeros.
Arrancarlos de cuajo y devorarlos.
Masticaré lentamente las pupilas, sus líquidos aquosos.
Lo dejaré tumbado en nuestro pasto,
tierra extranjera para él.
Mis noches volverán a ser reposo.
Mi cuerpo desnudo desasido de su maléfico encanto
recobrará forma humana.
Llegará el olvido como llega el ocaso,
manso y hermoso.
Manso y hermoso.
Aúllo por las noches a la luna,
hincada,  en reverencia,
 clamo, con uñas y dientes
al sol  
arranco uno a uno los cabellos
de mi cráneo, desesperada.
Grito ,  en medianoche 
 un lamento largo
por un descanso silente,
sin el asalto traidor  de los gnomos,
de los espantos.
aquellos malditos  muerden mis músculos,
y estragan mis horas oscuras
con  dientecillos feroces.
Sangran mis ojos,
 mis encías lloran
de gritar , de espantar con las manos
a los enemigos.
Acaso es mi vida una lucha incesante
contra los monstruos
de mi mente.? 

No hay reposo para mi alma,
No hay reposo para mi alma.


martes, 27 de enero de 2015

Tumbada o caminando , cubierta de yerbas o desnuda no interesa, lo grave es que de pronto he sentido el brote en mi cuerpo de  una inquietud , una angustia repentina de perder el bienestar de mis hojas.
Sé que vivo en una nube, que el mundo real no es tal , pero ya mi dependencia de estas hojas han creado tal  ansiedad  que perder esta libertad, esta laxitud  de músculos que no todos gozan sobre la tierra, se me hace tan grave.
Antes de la aurora, tendida aún en el lecho, arrancaba hojas pequeñas de sus hombros
las acercaba a la nariz, entrecerraba párpados, labios  podía permanecer en estado de gracia perpetúo por horas y horas.
Había olvidado comer y beber. Sin embargo, no permitía que nadie notara su progresivo deterioro físico. Echaba a la boca lo primero que le acercaban y hacía el esfuerzo de tragar. Vestía túnicas de monje así no resaltaban sus huesos puntiagudos.
Parecía que no solo el olfato se le había agudizado , no, cada uno de  sus instintos despertaba alerta ,
Su   conciencia no descansaba por aspirar e idear nuevas formas de hacerlo.
Le asaltaba el terror de perder el origen del disfrute.
Sí, millones de esporas, que luego serán raíces , cubrían su cuerpo, pero si alguien   con mala intención rociara  insecticida , pesticida, cualquiera de esas armas químicas de aniquilar.
Sería su fin, ya convertida en criatura vegetal, ella sucumbiría con grandes dolores al ataque químico. 
Era ese el terror que en fogonazos eléctricos aparecían en su paradisíaca vida .

¿ Sería un abuso,  caminar desnuda con el cuerpo cubierto de esporas verdes?
No, no  era importante. No pensaba en ello, tampoco Total, la gente vivía cada uno en su propio mundo. 
Hacía horas que  recorría los parques  con el mechón largo verde sobre los ojos, la cabeza hirsuta ,a medio crecer , como un follaje  y  una espinaca madura. Aspiraba embelesada la amada fragancia,
los párpados entrecerrados, los labios pulposos y verduscos,
Era tan agradable caminar sobre la yerba con un júbilo renovado luego aquél fin de semana violento, cruel.
Los otros pacientes habían perdido el interés en el aroma del follaje ,una vez lo cortaron de cuajo, 
ella, en cambio,  atesoraba una parte  del arbusto en cada espora de su piel , huesos, su propio cuerpo era del todo vegetal.
Se había convertido en una verdadera maestra jardinera, una horticultora, experta en injertos de variedad de hierbas revividas.
Sabía que a  cada paso despedía un aroma tentador y extraño.
Los pacientes  seguían con la nariz  su recorrido por los parques de la clínica y tuvo miedo de pronto.
Temió ser devorada, atacada por algún paciente con ansiedad repentina por el aroma.

lunes, 26 de enero de 2015

Y cuando me enervo de ira,
de rabia santa ,
mi cuerpo de planta, de enredadera
de helecho  brota todo
de espinas,
malévolas y desafiantes espinas,
púas puntiagudas escapan de mi boca,
de la planta de mis pies,
cada cabello mío es una púa
y si me  llegas a acariciar
con las manos,
ay, si te atreves,
es posible que pierdas un pedazo de piel de humano.
Antes de rondar mi espacio,
toma precauciones.
Algunos días, amanezco brotada
y mi sangre de clorofila 
es sangre coagulada.
Así que anda avisado 
Bien embebida camino
pero algunos días,
algunos días ,
soy un erizo de mar
un puerco espín
agresivo,
en pos desa. su presa
¿ Acaso  crees que me importan tus miradas  curiosas,
como quien detecta alguna anomalía, alguna deformidad en mi ser? 
Sigue mirando. Me gustaría,
 que  caigas desmayada, tumbada por la impresión.
Sí, mi sangre es verde. Clorofila pura.
Mi propio cuerpo tornó de sangre roja con leucocitos y plaquetas
en humoso líquido verde, que transporta el oxígeno por mis hojas,
las abrillanta, respira por su verdor.
Ahora me dispongo a mi tarea diaria y reciente de expulgarme los bichos,
y recorrer mi cráneo , mis brazos, descubrir nuevas raíces, pequeñas hojas bebé,
y regar con agua purísima, agua de manantial mi cuerpo entero que es un arbusto.
No oculto a nadie mi condición.
Camino desnuda y orgullosa de mis tallos , de mis hojas y sobretodo de mis largas matas
de arbusto que crecen desde mi cabeza hasta el suelo.
Me tiendo al sol y aspiro la fragancia deleitosa, y una vez ebria, embebida duermo donde el sueño me atrape. Tan feliz y libre vive.
Por ello te invito a mirar  ya no mis heridas sino mis bellezas.
Ya quisieras tú vestir de follaje y perfumar el viento con tus pasos.
Palpo, ausculto, con verdadero amor, busco raíces nuevas.
Antes del alba, durante el día. Por las noches, adivino, dibujo
nuevas manifestaciones de vida en mi cabeza arrasada.
De pronto, uno, dos, tres raíces  pugnan por salir a la luz.
Acaricio dulce, las oculto bajo un gorro.
Nadie debe saber que en  mi cabeza crecen raíces que luego serán plantas.
Nadie debe saber que de tanto desear en lugar de cabellos crece un jardín.

domingo, 25 de enero de 2015

Esa rabia humosa
tiene vida propia,
decide cambiar de nombre,
descender  hacia mis  pies
vaciar mi pecho,  
 el estómago,
y en su camino
irremediable
instaurarse invernal
en mis zapatos.
en mis pasos,
Me acompaña ,
duerme, muere
día a día, a mi lado,

Prefiero el incendio hermoso,
pero sabes?
mis  fuerzas son frágiles.
Gotas ácidas  suben por mis piernas 
las enredan torvas,
 corroen mis huesos , mis pies
destrozan las fibras
de mis ganas.

La rabia cambia de nombre
y se llama pena.

Y casi sin querer , 
sube a mi cabeza herida y chamuscada
aún destilando humo,
una rabia nueva 
Una ira santa
que ciega mis escasas mientes,
un ataque de furia 
contra el enfermero / guardia
por tanta violencia, tanta brutalidad
contra mi arbusto
el  follaje salvaje
que de tanto contemplar
de tanto contento
hice mío,
Arrojo un chorrito de gasolina
y un fósforo,
prendo fuego 
a la clínica entera.
Qué belleza de imagen
las llamaradas de fuego
contra un cielo de ocaso
límpido y el mar de fondo.
La gente clamando ayuda
Gritos, alarmas, llantos.
Un lió descomunal
Yo, tendida en mi cama
entretenida en peinar mi mechón verde.

Qué espectáculo el incendio,
cuánta belleza el cielo y el mar.
Paso y repaso mis dedos, las dos manos por mi cráneo.
Pareciera haber sido bombardeado, una zona con cráteres lunares,
un territorio de guerra.
Solo una mata se yergue victoriosa en la desnudez , entre las heridas , las quemaduras.
Feliz, peino y mimo mi larga cabellera intacta, ahora verde.
Y mis ojos entornados de placer , esconden bajo sus párpados un oscuro secreto .
Quisieron apartarme violentamente de mi mata de follaje.
Sospecho envidia pero mi intuición certera se inclina por mi dependencia a la fragancia.
¿Qué mas se puede hacer en una casa de locos 
sino buscar sobrevivir con placer?
Lo hallé y lo encontraron mis compañeros.
Es más , colocaron el arbusto mágico en un lugar tras la reja para evitar fugas.
Yo soy mujer de  extremos.
Y sí, mi vida giraba en torno a las visitas , luego a mi estancia dentro de la mata.
Creo que convertida en parte del follaje, los médicos temieron que ya no saliera más.
Me perderían como paciente.
No les creo nada que  sea yo  un caso clínico interesante.
Simplemente, al perder mi condición de humana, perdería mis facultades y por tanto no procedería  la cancelación de los servicios. Muchos son los años visitando clínicas. Todas son iguales.  Todas viven del dinero de nuestros desequilibrios.
Esta es la más exquisita de todas, hasta ahora. En en su trato, la más refinada. Tiene cheff, parece un spa pero a la hora de las monedas actúan peor que los perros de caza.
Miren cómo han violentado mi cráneo, chamuscado y herido por los guardias.
Apenas pueda burlar los controles volveré al lugar donde quemaron al arbusto.
Tendida , la mata en el suelo, crecerá un arbusto nuevo, más fuerte, más alto.
Y yo seré una con él, Seré follaje salvaje, flor perfumada, Seré lo que yo más amo ,
vivir en un mundo distinto al real, en otra dimensión, donde mande el placer, mis estados anímicos regulados por las plantas.
Y la muerte , a la postre de los laboratorios químicos.
Repaso mi cráneo pelado con las yemas.
Aquí no usamos espejo.
Siento raíces chamuscadas, claros , mechas cortadas irregulares, a la mala, decimos aquí.
Lo único valioso, lo más importante es la sobre vivencia de una  mata de cabello verde,  un mechón largo sobre mi rostro.
Color clorofila, color del arbusto,  que acerco a mis fosas nasales,
en todo momento, para aspirar y deleitarme de vivir en otro mundo, en otras dimensiones Olvidar también la violencia , lo abrupto
de los hechos. Todo mi cuerpo huele a humo , mi piel , los músculos agarrotados,
maltratados por tantas manos, que no recuerdo ya.
Ignoraron esa hirsuta mata, esas raíces que con vida y fuerza nuevas crecen y pueblan mi cabeza.
En breve, no tendré que salir a buscar ningún arbusto salvaje.
Seré yo misma el arbusto, caminando entre largos follajes, vagando entre las nubes placenteras de su fragancia.
Es el premio a mi tenaz amor a la fragancia, mi pasión a la floresta salvaje, a ese olor que me revive,
me seduce, me ama y  amo.
Desenredo el fardo , con el que ataron mi cuerpo.
Desnuda , sobre el lecho, repaso con las yemas mi cráneo irregular .
Cabellos arrancados desde la mata del arbusto ,  huecos,
vacíos en mi cabeza. Dolor y fealdad.

Descubro azorada , de pronto,  sorprendida , emocionada algunos pelos intactos con la misma fragancia nítida y placentera del arbusto.
Tanto enredarme en él, tomaron el olor y color.
Aquellos cabellos se salvaron inhiestos del desastre.
Los abonaré con agua y especies, crecerán fuertes.
Mientras mi cuerpo se laxa, olvida el estupor a la fragancia bendita,
Esta invade mi habitación, corre por mi torrente sanguíneo,
y soy una con ella y pronto seremos un bosque .
Yo colgada de las ramas, oculta y bebiendo de las flores delicadas de mi arbusto,
que pronto será bosque y vivirá en mi habitación de paciente.
Atada y dormida ,  permanecí durante largas horas.
Arrancaron de cuajo mi larga cabellera de la mata del follaje.
Desde el origen , el nacimiento de las raíces con las raíces del arbusto. Así de unidas estamos. 
La lucha fue encarnizada.
Estuve dispuesta a perder cada uno de mis cabellos con tal de no apartarme del arbusto, su fragancia embriagadora.
Ellos tomaron mi cuerpo como si fuera un fardo, lo enrollaron y me echaron a la cama .
Despierto inquieta, con el cuerpo adolorido y una  terrible sensación de extravío.
Descubro desesperada  la ausencia  de la fragancia en mi flujo sanguíneo, en mis muslos,
en cada una de mis extremidades.
Y ahora iniciaré la búsqueda ciega, el camino hacia mi follaje.
Enredarme en él, ser una y para siempre.
Vivir para y por la fragancia, aún nos tumben a machetazos a ambos y nos arrojen al mar.

sábado, 24 de enero de 2015

Sé de tus oscuras  intenciones.
Quieres apartar mis cabellos, los poros de mi piel
del arbusto donde vivo, donde siento cada rayo de luz filtrarse por  mis poros. Cada gota de perfume ingresar a mis fosas, desde antes de ser perfume.  Desde su génesis.
Quieres evitar  la plenitud de mis sentidos , la exacerbación del goce de cada órgano , poro, hormona. 
Eso será tarea ardua. 
Imposible, me atrevo a asegurar.
La gente es envidiosa.
Apenas descubre que una   encuentra la mata de la felicidad,

aquello que le procura la ensoñación perenne,
como quieran llamarlo , quieren poner coto a tu bienestar.
Mira, te aviso para que,  luego no digas que no te avisé.
Si ustedes piensan que por vivir en el arbusto, succionar las mieles de las flores,
he perdido el interés en el género humano , sus actividades, tienen razón.
Las personas son naturalmente egoístas, y como a mi, me internaron en este lugar hace mucho, y nadie me recuerda
encontré la panacea para sobrevivir y luego para vivir intensamente.
Sé que no me alimentó sino de hojas del arbusto y que mi rostro parece reducido por un jíbaro.
Mis ojos son soles dilatados de tanto soñar e imaginar,
no de drogarme con las flores, como mal dices tú.
Lee bien esto.
Si ustedes pretenden arrancar el arbusto que procura bienestar y goce a tantos pacientes .
tendrán una dura batalla. Una cruenta guerra por delante.
Conmigo en frente. 
Prenderemos fuego a todas las casas aledañas,
pero nuestro arbusto salvaje quedará intacto y lejos de sus manos.
Y nosotros, los pacientes aguardaremos con hoces, a quienes se acerquen para degollarlos.
Están advertidos.
Vivimos encerrados en un local cinco estrellas, lo que más nos gusta.
aquello por lo que vivimos es por los sueños.
Y el arbusto, nos procura ensoñación de todos los colores y a toda hora.
Basta ya de abusar.
Total, si ustedes se atreven, la primera en degollar tu cabeza y verla rodar  calle abajo seré yo.
Y tendré que sujetarme el estómago de la risa al ver tu cuerpo de malagua moverse sin cabeza.
Pago por ver.
¿ Apartarme del follaje salvaje?- No , no es posible. 
Desenraizarme del  arbusto oloroso,
 apartarme de su fragancia, desatar mis cabellos de la mata del hojas, no ser más una con éste ? Jamás. Por favor, no se te ocurra pedirme algo. 
.
 Cada molécula de mi cuerpo obedece, reacciona,  disfruta,goza
por el perfume.Sin él, 
Mi cerebro se activa, mis piernas corren hacia el lugar donde viven las flores. Y luego se laxan en una sensación deliciosa, en un hormigueo de piel único.
Mis  extremidades, los músculos , las hormonas se alimentan, viven, estallan , comen de la floresta.
Yo no necesito ayuda.
No la he pedido.
Vivo por fin en paz y en armonía. 
Está bien. Quizás mis poses al succionar el perfume no sean las más elegantes ni convencionales.
O pase mucho tiempo en el follaje , o escribiendo elegías a su aroma,
pero no soy una dependiente, de ninguna manera.
Cumplo con mis obligaciones, me baño, escribo.
Claro que sueño con la intensidad de una pasión arrebatada con el aroma , la  hora de irme hacia el follaje, de embriagarme de su dulzura
y he tenido unas cuantas riñas, -nada importante - con algunos pacientes madrugadores.
No ocurrirá más , lo juro. Soy la primera en ir en pos del primer olor de la aurora, y la última en buscarlo sudorosa al ocaso.
Las noches las paso en vela aguardando para ir a encontrarme al arbusto bajo el sereno. Me han encontrado los celadores , significó un castigo, no lo hago
Y no importa nada, pues gobierno los sueños, las alucinaciones de colores, sabores .Ese es mi poder.
Todo está bajo control.
Yo vivo en el mejor de los mundos, 
en el más perfumado de todos.
Mío es el sueño, la alucinación, la magia de los arbustos.
Gobernadora soy de mis anhelos , de mis perfumes.
Es tan dulce  vivir  inmersa en el follaje,
ser uno,  con el arbusto verde, las flores, 
recibir el halo de las primeras luces,
los cantos de las aves,
ebria, entumecido el cuerpo  de placer ,
laxo los músculos, leve los movimientos.
Los ojos dilatados corren tras una figura imaginaria,
una figura de colores imposibles , hermosos pasteles,
que rodean el arbusto, el follaje entero
y viven solo en mis pupilas.
Es el perfume , aquél olor deseado, sin el que no vivo.
Sin oler su fragancia, las horas son lentas,
las tardes pesan sobre mis hombros,
y las mañanas tan calurosas que no se pueden resistir.
En cambio, el perfume del follaje
transforma mi realidad de paciente en un circo hermoso,
donde yo imagino, creo, los actos, las comparsas. 
Por cierto, ninguna es real.
Lo real es soso,  no brilla, No fecunda ideas, ni maravilla.
El encanto se  escapa entre los dedos gruesos de la normalidad.
No  encandila, no produce más ingenios ni llama a la risa.
La realidad es árida como la historia de una guerra.
Por eso recurro a las imágenes de mi propia demencia,
agudizadas por la fragancia, bendito perfume mío.

No seas jamás arrasado, arbusto ,por manos malditas.
Vivirás por siempre, perfume inigualable, adictos todos a ti.
Trenzada en el follaje, 
desperté a la luz de la mañana
Enlegañada, aturdida.
Era yo un  arbusto, una flor, 
una mata inmersa en el alma del follaje,
impregnada de la fragancia soñada,
ebria de ella,
No responder nada a nadie.

Tampoco desatar mi cuerpo del follaje.
Es mi cabellera frondoso arbusto,
mis ojos, néctar dulce de flores. 
mi boca  derrama dulzuras.
El cuerpo entero impregnado del perfume
que enloquece mis sentidos,
lo ansían, esperan, buscan con fruición
más y cada vez más intenso,
 más  fragancia líquida,
vía oral, inyectable. bebible, intravenoso
pero mis poros dilatan , mis fosas nasales
se abren por recibir la dosis casa vez mayor.
Por él, vivo ebria, 
lejos muy lejos de mi realidad
de paciente en una clínica hermosa
cercada de follaje,
ese mismo,
 que me hace volar por encima
de las nubes,
del encierro, su horror.

viernes, 23 de enero de 2015

Desesperada,
 por una porción más  del perfume , 
por otra aspiración ,
caigo en hinojos
revuelta mi frondosa cabellera,
en el frondoso oloroso follaje,
que me enloquece
me tiendo cuan larga soy,
soy una con la selva fragante,
y desnuda , mis poros respiran, aspiran, con fruición,
con toda la fuerza de mis pulmones,
las ganas del mundo,
de mis fosas nasales
con  mis entrañas,
que son el alma de mi alma
y allí quedo a pasar la tarde, la noche,
la vida ,
si es posible,
prendida de una flor perfumada
que de vida a mi vida,
color, olor
que ya no es más,
sino un incesante dolor
en la nariz por respirar 
aquella sustancia vegetal.
destilada por ese misterioso follaje,
que cubre las rejas de este lugar .
Vivo para  sentir  el perfume, la fragancia inundando mis fosas nasales,  atorando mi garganta.
bajando rico por el cuello, envileciendo mis sentidos.
Aletargando movimientos, creando ensueños, que bien, se pueden tocar con las manos, desde el lecho,
 donde permanecemos casi todo el día.
Pienso,  me muevo, dormito por  la maldita fragancia. 
Y es,  que uno se siente tan embebido, tan aletargado,
 fuera de esta realidad , que es fácil ,  no creas ,
es muy sencillo aficionarse.   Aspirar las matas y crear tus propios  paraísos es el parnaso.
Unos  enfermeros han destilado químicos  semejantes a la fragancia.
Pretenden venderlo como sustituto químico, esos desgraciados.
Eso será para quienes no se atreven a irrumpir la noche
con pasos ligeros para arrancar la mata deseada .
Será para aquellos idiotas que quieren hacerlos ricos a nuestra costa.
A mi me gusta aspirarla con fruición de adicta , con los sentidos alertas, despiertos aún en medianoche, y sentir de a pocos  el adormecimiento de los miembros,
la laxitud de mis músculos y esas imágenes tan  lindas que rondan tu espacio al poco tiempo.
Es tan placentero , es adictivo, lo sé bien.
Yo sufro con ello,
No entreno bien pensando en procurarme la dosis siguiente.
Mi mente , mis ideas, mis reflejos están al servicio de la fragancia.
Es así como nos tienen contentos, y nadie sueña en fugar de esta clínica.
Solo algunos, como yo ,que ya deseamos cada vez mayores  dosis de fragancia, en forma de intravenosos vagamos inquietos como perros por los jardines a toda hora.
Somos pocos, pero somos.
Algo ocurrirá pues no caeremos en manos de esos sucios enfermeros mercenarios.
O los matamos y le quitamos el sucedáneo. 
Los matamos, simplemente por querer beneficiarse 
de nuestra necesidad.
Carta de amor


Escribe una carta de amor solamente
que tenga la semilla de un gran suspiro
y después olvídala en la memoria
para que yo la pueda escuchar.
De noche, cuando duermes,
aunque tú no lo sabes, vengo a buscarte:
mi límite frío de sueño
se compagina con el tuyo,
vivimos sobre dos desiertos
que al atardecer se transforman en colinas
y desnudo mis senos en la noche
ansiosa de que tú lo mires.

***

Arrancad la poesía del canto,
el árbol de las voces,
las quimeras del sueño,
arrancadme a mí de mí misma,
para que vea mi corazón, latido
sanguíneo y dulce,
bajar al valle.
Mis misterios fueron los de Orfeo
y de otros pitagóricos ascetas
con su mensaje de paz
por pantanos deshechos.

***
Alda Merini