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miércoles, 21 de enero de 2015

La mañana estalla en mis ojos,
mi cabellera leona ruge sobre mis hombros.
Ruge, pues no sabe gemir.
( Solo lo canarios lloran)
No lamen heridas. 
Una leona, como,  yo aterra a los enemigos
con su voz , con sus garras afiladas 
solo  cuando inventan mentiras.

Están advertidos.
La leona ataca con garras, con dientes.
A muerte mata a sus detractores.
Mata, no perdona nunca.

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