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jueves, 15 de enero de 2015

Te cuento un secreto,
por favor,  no le digas a nadie.
La verdad , yo aparento felicidad de estar tras las rejas
y el follaje salvale que las recubre,¿ sabes ? 
Aquí, al menos, la gente no sospecha de uno 
como mi tía, 
 tú le cuentas el drama vivido,
y  s le interesa que averiguar
para luego ofender.
Y no cree nada, entonces por qué pregunta
me insulta , con desprecio
me llama loca.
Y para hacerme un daño peor llama a mi hermana.
Yo le llevé la torta que tanto le gusta,
y algo conté sobre mis teléfonos intervenidos,
pero para ella  fueron  torvos mis pensamientos.
Ensebollada, encamada de rabia
hablo con mi compañera paciente
sí, aquella que canta a gritos,
ella sí entiende de la maldad de la gente.
De las trampas ocultas,
de la gente que hackea cuentas,
piratea .De los ojos que persiguen.
Van dos, tres , cuatro veces que me roban
datos, desconfiguran fonos y es tal mi confusión
que arde mi mente como heno seco
 y altas llamaradas me consumen.
Vuelvo a ser , entonces, la demente violenta
que se eriza como una pantera por
los murmullos a sus espaldas.
Los escucho, los escucho, incesantes
Y me traen cargada a este lugar hermoso
a dormir y se supones que debo olvidar .
Son voces,  son sonidos de ratas,
 royendo cartones
tras mis espaldas, 
cerca a mi oído.
Muy cerca.
Y nada debo decir
A nadie contar nada.
Anda, duerme, come , calla.
Allí tienes un gym para quemar tanta energía
negativa,
un jardín como un campo de golf de verde
para recuperar corduras.
Con tanta mierda, nada recupero .
El recuerdo es un punzón sobre mi cabeza,
constante, insistente, maldito
hasta el grito, 
el aullido de rabia
Nadie escucha.
Nada,nada.nada.

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