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jueves, 31 de julio de 2014
10, 20, 40. 60 golpes al pecho.
No es arrepentimiento.
es mala salud.
El corazón late acelerado.
Temo ver al médico.
20, 40, 60 golpes al pecho.
Transpiro,
El corazón es un potro desbocado.
Descanso un momento.
60, 80, 120 golpes en el pecho.
Escribo cartas.
El corazón corre , palpita, aceza, sin control.
Debo continuar la tarea.
Ya descansaré cuando mi cielo oscurezca.
No es arrepentimiento.
es mala salud.
El corazón late acelerado.
Temo ver al médico.
20, 40, 60 golpes al pecho.
Transpiro,
El corazón es un potro desbocado.
Descanso un momento.
60, 80, 120 golpes en el pecho.
Escribo cartas.
El corazón corre , palpita, aceza, sin control.
Debo continuar la tarea.
Ya descansaré cuando mi cielo oscurezca.
miércoles, 30 de julio de 2014
He pintado tres XXX con letras rojas sobre el muro de mi casa.
Es un nombre cualquiera.
ni siquiera yo lo conozco.
Sé muy bien ,
que en sus bolsillos guarda soles, luceros , rayos de luces a raudales.
Es un grito de auxilio.
He pintado tres XXXcon letras rojas sobre el muro de mi casa.
Quizás si camina , lee su nombre,
se presente.
No sé si será un gnomo, un saltimbanqui de algún circo de fiestas patrias.
Sé muy bien.
que en sus bolsillos guarda cascadas de risas, cascabeles, y cintas de colores.
Es un llamado de auxilio.
Lo sé muy bien , pues necesito urgente risas , luces, cascabeles.
Alegría a raudales en mi cielo.
Es un nombre cualquiera.
ni siquiera yo lo conozco.
Sé muy bien ,
que en sus bolsillos guarda soles, luceros , rayos de luces a raudales.
Es un grito de auxilio.
He pintado tres XXXcon letras rojas sobre el muro de mi casa.
Quizás si camina , lee su nombre,
se presente.
No sé si será un gnomo, un saltimbanqui de algún circo de fiestas patrias.
Sé muy bien.
que en sus bolsillos guarda cascadas de risas, cascabeles, y cintas de colores.
Es un llamado de auxilio.
Lo sé muy bien , pues necesito urgente risas , luces, cascabeles.
Alegría a raudales en mi cielo.
martes, 29 de julio de 2014
La herida en el pecho duele en todo el cuerpo.
Lloran mis ojos pardos,
mi vientre ardiente,
está apagado hoy.
¿ Si ya zurcí , si ya limpié
cuál es el motivo de tanto dolor?
Nadie sabe de mi profunda soledad.
aquella tristeza vuelve de improviso.
Apaga el ardor de mis días,
nubes oscuras inundan mi mente.
Lloran mis ojos pardos,
mi vientre ardiente,
está apagado hoy.
¿ Si ya zurcí , si ya limpié
cuál es el motivo de tanto dolor?
Nadie sabe de mi profunda soledad.
aquella tristeza vuelve de improviso.
Apaga el ardor de mis días,
nubes oscuras inundan mi mente.
lunes, 28 de julio de 2014
Atada,
a las barandas de la cama,
rozas con la yema de los dedos,
mis zonas vírgenes .
Las axilas, las corvas de mis rodillas.
resbalas por mi piel de seda,
besas el ombligo
juegas con la lengua,
río por las cosquillas.
Sabes que si detienes tus caricias sabias,
mis músculos se tensan
Los picos erectos de mis montes,
claman,
el vientre llora.
Abro las piernas,
de un movimiento brusco,
volteas mi cuerpo.
Protesto.
Ingresas suave a mis partes inexploradas.
Chillidos de placer resuenan en la calle.
a las barandas de la cama,
rozas con la yema de los dedos,
mis zonas vírgenes .
Las axilas, las corvas de mis rodillas.
resbalas por mi piel de seda,
besas el ombligo
juegas con la lengua,
río por las cosquillas.
Sabes que si detienes tus caricias sabias,
mis músculos se tensan
Los picos erectos de mis montes,
claman,
el vientre llora.
Abro las piernas,
de un movimiento brusco,
volteas mi cuerpo.
Protesto.
Ingresas suave a mis partes inexploradas.
Chillidos de placer resuenan en la calle.
Mi cabellera oscura desparramada
sobre las sábanas,
es una medusa inquieta.
Desnuda, mi piel erizada
Los ojos vendados,
aguardo ansiosa por ti.
Saliste de la habitación,
con la promesa de regresar,
a desatar en mi cuerpo
una pasión devastadora,
más intensa que la anterior.
No me queda alternativa.
Aguardar
por el dulce placer o huir.
estoy
A tu merced.
.
sobre las sábanas,
es una medusa inquieta.
Desnuda, mi piel erizada
Los ojos vendados,
aguardo ansiosa por ti.
Saliste de la habitación,
con la promesa de regresar,
a desatar en mi cuerpo
una pasión devastadora,
más intensa que la anterior.
No me queda alternativa.
Aguardar
por el dulce placer o huir.
estoy
A tu merced.
.
Subo las escaleras , el alma en vilo.
Sospecho, que aguardas por mi.
Desnudo.
Pierdo el aliento ante tu belleza.
Eres casi un niño.
Te envuelvo entre mis brazos,
guío tus manos , susurras,
te beso entero.
Suspiras.
Bailo sobre tu cuerpo frágil.
Cabalgamos juntos hacia las estrellas.
Reímos a carcajadas, luego.
Sospecho, que aguardas por mi.
Desnudo.
Pierdo el aliento ante tu belleza.
Eres casi un niño.
Te envuelvo entre mis brazos,
guío tus manos , susurras,
te beso entero.
Suspiras.
Bailo sobre tu cuerpo frágil.
Cabalgamos juntos hacia las estrellas.
Reímos a carcajadas, luego.
domingo, 27 de julio de 2014
Inicio el ritual, entre susurros.
Amarro mi corbata alrededor de tu rostro.
La anudo firme sobre tus ojos.
Ciega,
estás a mi merced.
No protestes,
me enardezco más.
Sin el menor apuro,
acaricio tus orejas.
Beso tu cuello,
los hombros de seda.
La piel erizada
Respiras entrecortada.
Suspiras profundo.
En un movimiento brusco,
me empujas contra la pared.
A tientas acaricias mi sexo,
enlazas mi cuerpo con tus piernas.
Sientes mi verga hinchada.
Te volteo contra la pared.
Abres mi camisa.
Tus dos manos no alcanzan
para abrazar mi pecho.
Juego con tus senos.
Susurras, gimes, suspiras,
A horcajadas te llevo a la habitación.
Desnuda, rozo tus pezones erectos.
Guías mis dedos a tu rosa carmesí,
siento el ardor,
la humedad elástica de tu caverna.
Suspiras profundo.
Me tiendo cuan largo soy.
Te coloco encima mío.
Bailas, en giros,
tus manos en los pechos.
A ciegas,
entre susurros.
AMAMOS
Amarro mi corbata alrededor de tu rostro.
La anudo firme sobre tus ojos.
Ciega,
estás a mi merced.
No protestes,
me enardezco más.
Sin el menor apuro,
acaricio tus orejas.
Beso tu cuello,
los hombros de seda.
La piel erizada
Respiras entrecortada.
Suspiras profundo.
En un movimiento brusco,
me empujas contra la pared.
A tientas acaricias mi sexo,
enlazas mi cuerpo con tus piernas.
Sientes mi verga hinchada.
Te volteo contra la pared.
Abres mi camisa.
Tus dos manos no alcanzan
para abrazar mi pecho.
Juego con tus senos.
Susurras, gimes, suspiras,
A horcajadas te llevo a la habitación.
Desnuda, rozo tus pezones erectos.
Guías mis dedos a tu rosa carmesí,
siento el ardor,
la humedad elástica de tu caverna.
Suspiras profundo.
Me tiendo cuan largo soy.
Te coloco encima mío.
Bailas, en giros,
tus manos en los pechos.
A ciegas,
entre susurros.
AMAMOS
sábado, 26 de julio de 2014
No me seducen las palabras.
Véndame los ojos.
Inicia el ritual con caricias suaves
besa mi piel de seda
ciñe mi cintura,
descubre
mis pechos.
Colma tus manos
con ellos.
Bésalos como si nunca antes
hubieras amado.
Siente mi respiración entrecortada.
Cuando yo te ordene,
baja al vientre,
palpalo,
siente su ardor.
Con las yemas de los dedos,
descubre mi rosa humedecida.
Enredaré tu cuerpo con mis piernas.
Yo te tomaré para mi.
Véndame los ojos.
Inicia el ritual con caricias suaves
besa mi piel de seda
ciñe mi cintura,
descubre
mis pechos.
Colma tus manos
con ellos.
Bésalos como si nunca antes
hubieras amado.
Siente mi respiración entrecortada.
Cuando yo te ordene,
baja al vientre,
palpalo,
siente su ardor.
Con las yemas de los dedos,
descubre mi rosa humedecida.
Enredaré tu cuerpo con mis piernas.
Yo te tomaré para mi.
viernes, 25 de julio de 2014
jueves, 24 de julio de 2014
Guardo una llaga profunda en la garganta.
Es oscura , ha ennegrecido mis dientes,
la laringe, las papilas gustativas ,
crece cada día ,
avanza en su camino
a corroer mi alma,
los tuétanos de los huesos,
tiznar de gris mi piel,
rebuscar mis bolsillos vacíos.
Nadie conoce mi llaga.
He desprendido mi cuerpo
las extremidades-
las doblé,
despegué la piel ,
que habita mi cuerpo
las guardé en un baúl.
Así me preservo de las miradas curiosas.
de las preguntas incómodas.
mientras mi ser se desintegra
en silencio.
Es oscura , ha ennegrecido mis dientes,
la laringe, las papilas gustativas ,
crece cada día ,
avanza en su camino
a corroer mi alma,
los tuétanos de los huesos,
tiznar de gris mi piel,
rebuscar mis bolsillos vacíos.
Nadie conoce mi llaga.
He desprendido mi cuerpo
las extremidades-
las doblé,
despegué la piel ,
que habita mi cuerpo
las guardé en un baúl.
Así me preservo de las miradas curiosas.
de las preguntas incómodas.
mientras mi ser se desintegra
en silencio.
Mis gritos se escuchan lejos en toda la redonda.
Son los mismos , cada tarde al caer el sol.
Arreo a grito pelado a mi manada, apeada a mi yegua blanca.
Sin ella, la tarea sería imposible.
Los caballos aman contemplar el cambio de color en el cielo.
De un cielo rojizo a n claroscuro, con las estrellas y las lunas en el firmamento.
Un espectáculo para disfrutar .
Es lo mismo por la aurora, cuando arreo a la manada a pastar.
La primera en relinchar es mi hermosa yegua blanca, quien se desespera por salir a cabalgar.
Cada día es un descubrimiento.
Una mañana guía a la manada hacia la playa,
otra tarde vamos a los campos dorados donde se mecen los trigales.
Yo me dejo guiar , pues mi confianza en ella es más que cariño.
Pareciera que ella supiera mis intenciones con solo mirarme a los ojos.
O si yo leyera sus dolores o sus alegrías con solo palpar su piel de terciopelo.
Son los mismos , cada tarde al caer el sol.
Arreo a grito pelado a mi manada, apeada a mi yegua blanca.
Sin ella, la tarea sería imposible.
Los caballos aman contemplar el cambio de color en el cielo.
De un cielo rojizo a n claroscuro, con las estrellas y las lunas en el firmamento.
Un espectáculo para disfrutar .
Es lo mismo por la aurora, cuando arreo a la manada a pastar.
La primera en relinchar es mi hermosa yegua blanca, quien se desespera por salir a cabalgar.
Cada día es un descubrimiento.
Una mañana guía a la manada hacia la playa,
otra tarde vamos a los campos dorados donde se mecen los trigales.
Yo me dejo guiar , pues mi confianza en ella es más que cariño.
Pareciera que ella supiera mis intenciones con solo mirarme a los ojos.
O si yo leyera sus dolores o sus alegrías con solo palpar su piel de terciopelo.
La gente huye del invierno,
odia a la gente fea, a los gordos,
a todo aquél que no respira felicidad y riqueza.
Detestan la tristeza crónica,
aquella maldita que horada los huesos,
tizna de gris la piel ,
aprieta la garganta ,
asfixia hasta casi matar.
.
Desprendo la piel que habita mi cuerpo,
tiro de cada una de mis extremidades .
las doblo y guardo en un baúl.
Allí escondida de los ojos ajenos,
aguardo al verano.
Silenciosa.
odia a la gente fea, a los gordos,
a todo aquél que no respira felicidad y riqueza.
Detestan la tristeza crónica,
aquella maldita que horada los huesos,
tizna de gris la piel ,
aprieta la garganta ,
asfixia hasta casi matar.
.
Desprendo la piel que habita mi cuerpo,
tiro de cada una de mis extremidades .
las doblo y guardo en un baúl.
Allí escondida de los ojos ajenos,
aguardo al verano.
Silenciosa.
A quién le importan mis heridas?
No creo en la medicina
ni en curaciones milagrosas.
Nadie entendería el suplicio,
ni mi dolor.
En mi boca guardo una llaga oscura.
A través de ella pueden ver mi alma.
A quién le importa un alma pálida.
Una piel corrompida por el invierno
los bolsillos vacíos de mis vestidos?
A nadie , que vista y calce.
Escondo mi rostro en casa.
Nadie visita a la tristeza.
No creo en la medicina
ni en curaciones milagrosas.
Nadie entendería el suplicio,
ni mi dolor.
En mi boca guardo una llaga oscura.
A través de ella pueden ver mi alma.
A quién le importa un alma pálida.
Una piel corrompida por el invierno
los bolsillos vacíos de mis vestidos?
A nadie , que vista y calce.
Escondo mi rostro en casa.
Nadie visita a la tristeza.
Ha crecido una llaga en mi garganta.
día a día es una herida mayor,
torna oscura.
Ha tomado mi boca,
la lengua ,
las fibras delicadas de mi paladar .
Avanza sin remedio por mi piel de terciopelo.
Mi cuerpo es una llaga en sí.
Ardua tarea la de cubrir mis extremidades con trapos
Caminar sin ahuyentar a los vecinos.
Tapiar mi casa ,
Matar la curiosidad malsana de los demás.
día a día es una herida mayor,
torna oscura.
Ha tomado mi boca,
la lengua ,
las fibras delicadas de mi paladar .
Avanza sin remedio por mi piel de terciopelo.
Mi cuerpo es una llaga en sí.
Ardua tarea la de cubrir mis extremidades con trapos
Caminar sin ahuyentar a los vecinos.
Tapiar mi casa ,
Matar la curiosidad malsana de los demás.
miércoles, 23 de julio de 2014
10 mandamientos son la ley de la Iglesia
Uno por uno los pisoteé.
Casi no recuerdo
cual de ellos es trasgredí
con mayor placer y frecuencia.
10 mandamientos son la ley de la Iglesia.
Uno por uno los pisoteé.
Recuerdo fielmente el sexto mandamiento.
El séptimo, octavo, noveno los olvidé.
Mis pecados son por amar en exceso.
Estoy absuelta
Dios mandó amar a los unos como a los otros.
Uno por uno los pisoteé.
Casi no recuerdo
cual de ellos es trasgredí
con mayor placer y frecuencia.
10 mandamientos son la ley de la Iglesia.
Uno por uno los pisoteé.
Recuerdo fielmente el sexto mandamiento.
El séptimo, octavo, noveno los olvidé.
Mis pecados son por amar en exceso.
Estoy absuelta
Dios mandó amar a los unos como a los otros.
Tendida sobre la arena tibia, la yegua blanca inmóvil vela mi sueño.
No sé cuanto tiempo he dormitado, pero me siento mejor de ánimo.
Ambas necesitamos estas escapadas hacia lugares lejanos para confortar el alma.
Es por ello, que cuando la veo cabizbaja, o yo camino sin ánimo, nos miramos a los ojos y
es como si nos leyéramos las intensiones, los sentimientos en las pupilas.
A la primera oportunidad, trae en el hocico la montura, la ensillo y nos fugamos lejos de la comarca.
Hoy fue a la playa, pues ella conoce mi amor al mar.
Ella juega divertida con la espuma blanca.
Nos adentramos audaces hacia el mar.
Pasamos las olas grandes y nadamos ambas como buenas amigas.
Yo río feliz de nuestra ocurrencia, ella, relincha alegre de flotar en el agua salada.
Es por ello que temo conversar con el amo del potro galante.
No quiero ni por un segundo pensar en perderla.
Yo ofreceré al amo comprar a su ejemplar.
Será en mi laar, donde cruce a mi yegua blanca.
Asistirla en los cuidados cuando para a sus crías.
Ser la primera en recibirlas , de sus ancas abiertas a la vida.
Intentar menguar su dolor con caricias, mimos, besos en la cabeza.
No sé cuanto tiempo he dormitado, pero me siento mejor de ánimo.
Ambas necesitamos estas escapadas hacia lugares lejanos para confortar el alma.
Es por ello, que cuando la veo cabizbaja, o yo camino sin ánimo, nos miramos a los ojos y
es como si nos leyéramos las intensiones, los sentimientos en las pupilas.
A la primera oportunidad, trae en el hocico la montura, la ensillo y nos fugamos lejos de la comarca.
Hoy fue a la playa, pues ella conoce mi amor al mar.
Ella juega divertida con la espuma blanca.
Nos adentramos audaces hacia el mar.
Pasamos las olas grandes y nadamos ambas como buenas amigas.
Yo río feliz de nuestra ocurrencia, ella, relincha alegre de flotar en el agua salada.
Es por ello que temo conversar con el amo del potro galante.
No quiero ni por un segundo pensar en perderla.
Yo ofreceré al amo comprar a su ejemplar.
Será en mi laar, donde cruce a mi yegua blanca.
Asistirla en los cuidados cuando para a sus crías.
Ser la primera en recibirlas , de sus ancas abiertas a la vida.
Intentar menguar su dolor con caricias, mimos, besos en la cabeza.
Quisiera perderme por lares desconocidos, cabalgar ligera apeada a mi yegua blanca.
Olvidar la realidad, el invierno frío, la tristeza que habita en la piel.
Necesito respirar aires nuevos de libertad, vientos , paz.
Pareciera que mi yegua entendiera mis intenciones pues emprendemos una carrera a todo galope.
Ella me lleva, yo confiada sobre la grupa, apenas jalo las riendas
El lomo , húmedo de sal, las crines despeinadas llegamos a la orilla del mar.
Hemos recorrido más de dos horas para sentir la fragancia de la brisa marina.
Saltamos ambos las olas de la orilla, entramos al mar.
Qué frescura para sus coces, que alegría en nuestros cuerpos que parecen uno.
Olvidar la realidad, el invierno frío, la tristeza que habita en la piel.
Necesito respirar aires nuevos de libertad, vientos , paz.
Pareciera que mi yegua entendiera mis intenciones pues emprendemos una carrera a todo galope.
Ella me lleva, yo confiada sobre la grupa, apenas jalo las riendas
El lomo , húmedo de sal, las crines despeinadas llegamos a la orilla del mar.
Hemos recorrido más de dos horas para sentir la fragancia de la brisa marina.
Saltamos ambos las olas de la orilla, entramos al mar.
Qué frescura para sus coces, que alegría en nuestros cuerpos que parecen uno.
Apresurada bajo al establo, sin saber que mi Blanquita no está más.
Nadie puede darme noticias de su fuga, o si es un hurto.
Lloro desesperada.
Ella es la más amada, mi yegua de pura sangre.
La yegua maga , alada,,
Quien la secuestraría?
Apeo a la grupa de un caballo de carrera a recorrer el pastizal.
A lo lejos diviso la figura amada bebiendo de las aguas de un arroyo.
No sé si abrazarla del pescuezo , tanta es mi emoción
o castigar con un par de varazos sobre el lomo.
Poco más cerca, diviso al potro galán.
Mi yegua está enamorada, , contra ello, nada puedo hacer .
Aprovechó un descuido de los peones , echó a cabalgar libre.
Será mejor conversar con el dueño del potro pardo.
Ofrecerle en compra su ejemplar.
No quiero sentir la angustia de esta mañana.
Ambos enamorados en un mismo lugar ,
es lo que manda el instinto.
Nadie puede darme noticias de su fuga, o si es un hurto.
Lloro desesperada.
Ella es la más amada, mi yegua de pura sangre.
La yegua maga , alada,,
Quien la secuestraría?
Apeo a la grupa de un caballo de carrera a recorrer el pastizal.
A lo lejos diviso la figura amada bebiendo de las aguas de un arroyo.
No sé si abrazarla del pescuezo , tanta es mi emoción
o castigar con un par de varazos sobre el lomo.
Poco más cerca, diviso al potro galán.
Mi yegua está enamorada, , contra ello, nada puedo hacer .
Aprovechó un descuido de los peones , echó a cabalgar libre.
Será mejor conversar con el dueño del potro pardo.
Ofrecerle en compra su ejemplar.
No quiero sentir la angustia de esta mañana.
Ambos enamorados en un mismo lugar ,
es lo que manda el instinto.
martes, 22 de julio de 2014
Cae la tarde, debo dar inicio a la tarea más difícil .
Arrear a la manada a su establo.
Ellos relinchan contrariados.
Quieren seguir a sus anchas , pastando a la caída del sol
en el campo dorado.
Me apeo a la grupa de mi yegua blanca , y tras ella siguen mansos los caballos, los potros, las yeguas , sin oponer resistencia .
Mi yegua blanca es maga, por las noches baila sobre la luna y ejerce un poder especial en la manada.
Solo ella conoce de caminos de flores donde lleva a pastar a los potros.
Qué será de mi, cuándo ella parta , o tenga que parir crías.
No soportaría escuchar sus gemidos de dolor.
Disfruto por el momento de su romance con el cielo, las estrellas, los luceros.
Arrear a la manada a su establo.
Ellos relinchan contrariados.
Quieren seguir a sus anchas , pastando a la caída del sol
en el campo dorado.
Me apeo a la grupa de mi yegua blanca , y tras ella siguen mansos los caballos, los potros, las yeguas , sin oponer resistencia .
Mi yegua blanca es maga, por las noches baila sobre la luna y ejerce un poder especial en la manada.
Solo ella conoce de caminos de flores donde lleva a pastar a los potros.
Qué será de mi, cuándo ella parta , o tenga que parir crías.
No soportaría escuchar sus gemidos de dolor.
Disfruto por el momento de su romance con el cielo, las estrellas, los luceros.
Soplen vientos, sopla brisa, soplen para arrimar las nubes , el sol vuelva a brillar.
Los campos de espigas amarillas se mecen al ritmo del viento suave de la mañana.
A lo lejos, parecen lagos mostazas como obras de Van Goh.
Mares amarillos contrastados con el cielo azul, verdaderas pinturas de la naturaleza.
Mi hermosa yegua blanca ama su laar.
Ya perdió el miedo en los ojos, me arrima a la puerta del establo.
Cabalgamos , apeada a su grupa , no existe jinete más orgullosa que yo en toda la comarca.
Los campos de espigas amarillas se mecen al ritmo del viento suave de la mañana.
A lo lejos, parecen lagos mostazas como obras de Van Goh.
Mares amarillos contrastados con el cielo azul, verdaderas pinturas de la naturaleza.
Mi hermosa yegua blanca ama su laar.
Ya perdió el miedo en los ojos, me arrima a la puerta del establo.
Cabalgamos , apeada a su grupa , no existe jinete más orgullosa que yo en toda la comarca.
lunes, 21 de julio de 2014
Será por este extraño otoño soleado, pero las hembras de mi manada están alborotadas .
Mi deber es buscar potros gallardos, los pura raza , hijos de campeones para mis yeguas de carrera , como es mi Blanquita.
Sé que gusta del potro galante , que coquetea cada vez que se encuentran en los caminos.
Imagino que la debió extrañar estos días de encierro.
Esta tarde al verse iniciaron los primeros olisqueos, los mordiscos , el calentamiento previo al ritual del apareamiento.
Primero debo hablar con el amo de ese potro atrevido, saber sus referencia antes de entregar a mi preciada yegua blanca, que de tan blanca, es azul.
Ella es especial , aparte de bella, tiene coraje , es campeona de carreras . De tan tierna y cariñosa es maga.
De noche, crecen alas a ambos lados de su lomo y baila en el cielo, sobre la luna, va saltando de estrella en estrella.
No sé quien es más brillante en el cielo oscuro.
La luna plateada, las estrellas , los luceros, o mi bella yegua blanca, de estampa de reina, que de tan blanca es azul.
Mi deber es buscar potros gallardos, los pura raza , hijos de campeones para mis yeguas de carrera , como es mi Blanquita.
Sé que gusta del potro galante , que coquetea cada vez que se encuentran en los caminos.
Imagino que la debió extrañar estos días de encierro.
Esta tarde al verse iniciaron los primeros olisqueos, los mordiscos , el calentamiento previo al ritual del apareamiento.
Primero debo hablar con el amo de ese potro atrevido, saber sus referencia antes de entregar a mi preciada yegua blanca, que de tan blanca, es azul.
Ella es especial , aparte de bella, tiene coraje , es campeona de carreras . De tan tierna y cariñosa es maga.
De noche, crecen alas a ambos lados de su lomo y baila en el cielo, sobre la luna, va saltando de estrella en estrella.
No sé quien es más brillante en el cielo oscuro.
La luna plateada, las estrellas , los luceros, o mi bella yegua blanca, de estampa de reina, que de tan blanca es azul.
Cuento los días para el alta definitiva de mi Blanquita.
Luego de su encuentro con el potro galante, ella está más animada.
Relincha, pasta con la manada, pero tiene aún los ojos tristes.
Es el susto de conocer a unas fieras hambrientas
Ella que solo conoce de ternura , de campos dorados, ha visto el rostro de la maldad
El coraje , el valor de mi yegua blanca por defender a su ama,
ha demostrado su raza de campeona.
El descanso , mi cariño son la mejor cura para el susto.
Luego buscaré al dueño del potro galante.
Mi hermosa yegua blanca está casi por llegarle el celo.
Quiero crías bellas azules, blancas como pequeñas estrellas en el cielo.
Luego de su encuentro con el potro galante, ella está más animada.
Relincha, pasta con la manada, pero tiene aún los ojos tristes.
Es el susto de conocer a unas fieras hambrientas
Ella que solo conoce de ternura , de campos dorados, ha visto el rostro de la maldad
El coraje , el valor de mi yegua blanca por defender a su ama,
ha demostrado su raza de campeona.
El descanso , mi cariño son la mejor cura para el susto.
Luego buscaré al dueño del potro galante.
Mi hermosa yegua blanca está casi por llegarle el celo.
Quiero crías bellas azules, blancas como pequeñas estrellas en el cielo.
El día canta al sol.
Las aves pían , ,
las nubes son motas , blancas en el cielo
como algodones dulces de feria
Paseo con mi Blanquita por sus lares favoritos.
Deseo que recupere su alegría después del ataque de aquellos lobos malos .
Aún está débil, no la fuerzo a cabalgar lejos.
La guío hacia sus campos dorados,
donde las espigas de trigo se mecen al viento.
Bajo la higuera amada, como de a pocos los higos dulces.
Su apetito ha disminuido, así como sus fuerzas.
Baja el hocico, juega con las espigas .
Está desganada, tiene miedo. Lo leo en sus ojos.
Lo siento en el temblor de su lomo.
De camino al establo, nos encontramos con el potro galán.
Es entonces cuando mi yegua blanca, olvida lo ocurrido y empieza el ritual de seducción, corcovea ,
se para en dos patas,
baila, los cascos ágiles llaman la atención de aquél potro.
Era la soledad , su tristeza.
La libertad añorada.
En unos días hablaré con el dueño del potro.
Es tiempo de amores para mi hermosa yegua blanca,
que de tan blanca es azul.
Las aves pían , ,
las nubes son motas , blancas en el cielo
como algodones dulces de feria
Paseo con mi Blanquita por sus lares favoritos.
Deseo que recupere su alegría después del ataque de aquellos lobos malos .
Aún está débil, no la fuerzo a cabalgar lejos.
La guío hacia sus campos dorados,
donde las espigas de trigo se mecen al viento.
Bajo la higuera amada, como de a pocos los higos dulces.
Su apetito ha disminuido, así como sus fuerzas.
Baja el hocico, juega con las espigas .
Está desganada, tiene miedo. Lo leo en sus ojos.
Lo siento en el temblor de su lomo.
De camino al establo, nos encontramos con el potro galán.
Es entonces cuando mi yegua blanca, olvida lo ocurrido y empieza el ritual de seducción, corcovea ,
se para en dos patas,
baila, los cascos ágiles llaman la atención de aquél potro.
Era la soledad , su tristeza.
La libertad añorada.
En unos días hablaré con el dueño del potro.
Es tiempo de amores para mi hermosa yegua blanca,
que de tan blanca es azul.
El horror ingresó por mis poros
antes de las primeras luces.
bajo la puerta
como baba sucia,
devoró mi entusiasmo,
succionó mi sangre,
las ideas se hicieron cenizas.
Aparece cuando el cielo es pardo.
Se esconde tras las nubes,
Luchamos cuerpo a cuerpo
a mansalva me derriba.
tendida en el piso.
Aterrorizada.
Grito,
nadie escucha
Nadie las ve.
Solo yo sufro las heridas
el ataque perverso del horror.
antes de las primeras luces.
bajo la puerta
como baba sucia,
devoró mi entusiasmo,
succionó mi sangre,
las ideas se hicieron cenizas.
Aparece cuando el cielo es pardo.
Se esconde tras las nubes,
Luchamos cuerpo a cuerpo
a mansalva me derriba.
tendida en el piso.
Aterrorizada.
Grito,
nadie escucha
Nadie las ve.
Solo yo sufro las heridas
el ataque perverso del horror.
domingo, 20 de julio de 2014
La aurora estalla en el cielo, iluminado con mil rayos la mañana.
Ilusionada, bajo al establo a saludar a mi Blanquita.
Al verme , mueve la cola de crines tan blancos, que son azules.
Acaricio tierna su cabeza , compruebo que la fiebre ha cedido.
Las heridas cerraron, quedan cicatrices como un recuerdo triste en su hermoso pelaje blanco.
Calzo las botas, me apeo a su grupa.
El pasto verde intenso , luce al sol más hermoso que nunca.
Mi yegua relincha de gusto al oler la libertad.
Cabalgamos a paso ligero,
tan solo un paseo para darle gusto.
La fiebre ha hecho mella en su fortaleza.
Poco a poco con mis cuidados volverá a ser la misma yegua indómita,
la pura sangre, la campeona.
Ilusionada, bajo al establo a saludar a mi Blanquita.
Al verme , mueve la cola de crines tan blancos, que son azules.
Acaricio tierna su cabeza , compruebo que la fiebre ha cedido.
Las heridas cerraron, quedan cicatrices como un recuerdo triste en su hermoso pelaje blanco.
Calzo las botas, me apeo a su grupa.
El pasto verde intenso , luce al sol más hermoso que nunca.
Mi yegua relincha de gusto al oler la libertad.
Cabalgamos a paso ligero,
tan solo un paseo para darle gusto.
La fiebre ha hecho mella en su fortaleza.
Poco a poco con mis cuidados volverá a ser la misma yegua indómita,
la pura sangre, la campeona.
sábado, 19 de julio de 2014
Cientos de venas me recorren.
Ríos rojos fluyen incansables, inagotables
en torrentes en zigzag, diagonales, verticales, horizontales.
Pintan mis labios la lengua ofídica, mi vulva,
dan color a mis mejillas, los músculos
Arterias , de índole mortal, , si las hieren
una mentira.
Por las venas delgadas, azules corre sangre ligera.
Son mi risa, la primavera.
Más, si mi cielo es pardo
sobrevuelan aves de rapiña ,
succionan mi sangre ,
liban oscuros coágulos.
secan mis ansias,
palidecen mis días.
Cientos de venas me recorren
Ríos rojos circulan de arriba hacia abajo,
de abajo hacia arriba hacia
donde les venga en gana.
Arterias, de índole mortal , si las hieren unas palabras
Por las venas delgadas azules corre sangre ligera ,
como mi risa, la alegría de primavera.
Una tarde aciaga, mis venas explotaron.
Una hemorragia incontrolable invadió mi cuerpo.
Arduo trabajo trapear el charco rojo.
Coser las venas , entrelazarlas entre sí .
Una armadura suave bajo mi piel.
Resopla ,estornuda , transpira sal a raudales, mi yegua blanca.
Inmóvil, sus crines sucias de tanto sudor, los ojos entornados,
húmedos de tristeza.
los dientes apretados.
Sufre en su piel desgarrada, en cada músculo maltratado.
Los dientes acerados de aquellos lobos penetraron feroces
en lo profundo de los músculos
deshilacharon sin piedad su piel de seda.
Cuanta fiereza contra ella, quien no conoce la maldad.
Acaricio su lomo, la fiebre no cede.
Debo aplicar una inyección contra la infección.
Qué soñará mi bella yegua blanca , qué caminos de ensueño recorrerá cuándo olvida el dolor, por un rato.
A pesar de las heridas, sé que ella añora galopar libre por los campos dorados,
ganar rauda la carrera del domingo.
Queda quieta, gimiendo, los otros caballos la rodean.
Ellos no quieren salir hoy sábado gris de cielo plomo.
Cuidarán a su amada yegua blanca,
quien les enseñó la felicidad , la libertad y el coraje.
Inmóvil, sus crines sucias de tanto sudor, los ojos entornados,
húmedos de tristeza.
los dientes apretados.
Sufre en su piel desgarrada, en cada músculo maltratado.
Los dientes acerados de aquellos lobos penetraron feroces
en lo profundo de los músculos
deshilacharon sin piedad su piel de seda.
Cuanta fiereza contra ella, quien no conoce la maldad.
Acaricio su lomo, la fiebre no cede.
Debo aplicar una inyección contra la infección.
Qué soñará mi bella yegua blanca , qué caminos de ensueño recorrerá cuándo olvida el dolor, por un rato.
A pesar de las heridas, sé que ella añora galopar libre por los campos dorados,
ganar rauda la carrera del domingo.
Queda quieta, gimiendo, los otros caballos la rodean.
Ellos no quieren salir hoy sábado gris de cielo plomo.
Cuidarán a su amada yegua blanca,
quien les enseñó la felicidad , la libertad y el coraje.
viernes, 18 de julio de 2014
El cielo es terciopelo puro esta noche.
Observo las estrellas , los luceros , la luna plateada centellantes.
Con pasos de ballerina, la yegua blanca las recorre una por una.
Los niños observan su danza celestial antes de dormir
Aquellos ancianos olvidados gozan del espectáculo cada noche.
La yegua blanca baila para ellos pues ama hacer feliz a la gente.
Baila yegua blanca, baila para mi, no te canses de bailar.
Eres un lucero brillando en el alma, la yegua hermosa que de tan blanca, es azul.
Observo las estrellas , los luceros , la luna plateada centellantes.
Con pasos de ballerina, la yegua blanca las recorre una por una.
Los niños observan su danza celestial antes de dormir
Aquellos ancianos olvidados gozan del espectáculo cada noche.
La yegua blanca baila para ellos pues ama hacer feliz a la gente.
Baila yegua blanca, baila para mi, no te canses de bailar.
Eres un lucero brillando en el alma, la yegua hermosa que de tan blanca, es azul.
Soplen vientos alisios, soplen hasta aclarar el cielo.
Esa estela parda acongoja los corazones de la manada.
Lejos quedaron los paseos al mar, tras los pasos de la yegua blanca.
Fue ella ,quien los guió hacia las cumbres de los nevados,
a pastar luego a campos dorados de trigales y girasoles.
Los caballos, inquietos rodean a la yegua inmóvil.
Lamen sus llagas, la sangre , que mana por cada poro de esa piel
desecha a dentelladas por los lobos.
Ellos saben que mi yegua sufre.
Resopla ruidosa, estrépitosa relincha si se acercan demasiado.
El médico ha ordenado dos semanas sin salir del establo.
No ha pasado ni un día, Blanquita está desesperada por oler la libertad.
Galopar hacia un campo de flores , donde la primavera florece cada día, las mariposas de mil colores vuelan alrededor de las higueras .
Olvidar el dolor, el ataque de esos animales salvajes.
Cabalgar hasta el cielo sobre una nube.
Volver a ser yegua blanca, que de tan blanca es azul, indómita ,
adorada por todo aquél que la conoce.
La yegua de pura sangre ,reina de la manada.
Esa estela parda acongoja los corazones de la manada.
Lejos quedaron los paseos al mar, tras los pasos de la yegua blanca.
Fue ella ,quien los guió hacia las cumbres de los nevados,
a pastar luego a campos dorados de trigales y girasoles.
Los caballos, inquietos rodean a la yegua inmóvil.
Lamen sus llagas, la sangre , que mana por cada poro de esa piel
desecha a dentelladas por los lobos.
Ellos saben que mi yegua sufre.
Resopla ruidosa, estrépitosa relincha si se acercan demasiado.
El médico ha ordenado dos semanas sin salir del establo.
No ha pasado ni un día, Blanquita está desesperada por oler la libertad.
Galopar hacia un campo de flores , donde la primavera florece cada día, las mariposas de mil colores vuelan alrededor de las higueras .
Olvidar el dolor, el ataque de esos animales salvajes.
Cabalgar hasta el cielo sobre una nube.
Volver a ser yegua blanca, que de tan blanca es azul, indómita ,
adorada por todo aquél que la conoce.
La yegua de pura sangre ,reina de la manada.
Rodeo la garganta de mi yegua con una mano.
la siento latir débil.
Es tan fina, frágil,
hasta sus extremidades son las de una reina.
Aún mana sangre por las heridas,
su piel abierta, a dentellas por las fieras.
Los músculos tensos ,
su cuerpo todo grita de dolor.
Los lobos casi me la matan.
No quiero imaginar siquiera cómo
sería mi vida sin mi hermosa
yegua blanca, que relincha feliz
cuando galopa , corcovea y cabalga
veloz en las carreras.
Al pasear por la comarca ,
los campesinos saludan ,
acarician su lomo.
Ella inclina su cabeza,
se deja querer.
Nadie sabe de sus paseos por la luna,
de su romance con la luna y los luceros.
Solo los niños la contemplan cada noche
en el cielo .
Observan asombrados su coqueteo pícaro,
las crines blancas
que de tan blanca son azules,
antes de dormir.
la siento latir débil.
Es tan fina, frágil,
hasta sus extremidades son las de una reina.
Aún mana sangre por las heridas,
su piel abierta, a dentellas por las fieras.
Los músculos tensos ,
su cuerpo todo grita de dolor.
Los lobos casi me la matan.
No quiero imaginar siquiera cómo
sería mi vida sin mi hermosa
yegua blanca, que relincha feliz
cuando galopa , corcovea y cabalga
veloz en las carreras.
Al pasear por la comarca ,
los campesinos saludan ,
acarician su lomo.
Ella inclina su cabeza,
se deja querer.
Nadie sabe de sus paseos por la luna,
de su romance con la luna y los luceros.
Solo los niños la contemplan cada noche
en el cielo .
Observan asombrados su coqueteo pícaro,
las crines blancas
que de tan blanca son azules,
antes de dormir.
jueves, 17 de julio de 2014
Trotando por el fango, que le hundía las patas a mi yegua blanca, nos atacaron dos lobos salvajes.
Mostrando sus dientes feroces asustaron a mi yegua, quien relinchó alto , se paró
en dos patas, yo caí al barro.
Fue inútil enfrentarse con esas criaturas hambrientas.
Destrozaron a dentelladas las partes más delicadas de mi preciada yegua blanca.
Hundida en la tierra de barro mojado, pateaba a aquellas criaturas ágiles , sin tocarlas casi.
Ellas, acostumbradas al ataque a mansalva, se escabullían tomaban distancia, volvían al ataque más furioso que al principio.
Me incorporé con gran esfuerzo, enlodada,
Apeada a la grupa herida , manando sangre , cabalgamos lo más rápido posible lejos de los lobos salvaje.
Al llegar al establo, examino a mi pobre yegua blanca.
Las heridas profundas, la piel desgarrada.
Hasta sus patas sufrieron los mordiscos feroces.
Casi me matan a mi yegua más querida
De emergencia , llamo al veterinario para vacunarla. .
Le acaricio el hocico, hierve en fiebre.
Desespero, lloro abrazada a ella,
Rezo , ella húmeda de fiebre, derrama grandes gotas de sal,
adolorida.
Mostrando sus dientes feroces asustaron a mi yegua, quien relinchó alto , se paró
en dos patas, yo caí al barro.
Fue inútil enfrentarse con esas criaturas hambrientas.
Destrozaron a dentelladas las partes más delicadas de mi preciada yegua blanca.
Hundida en la tierra de barro mojado, pateaba a aquellas criaturas ágiles , sin tocarlas casi.
Ellas, acostumbradas al ataque a mansalva, se escabullían tomaban distancia, volvían al ataque más furioso que al principio.
Me incorporé con gran esfuerzo, enlodada,
Apeada a la grupa herida , manando sangre , cabalgamos lo más rápido posible lejos de los lobos salvaje.
Al llegar al establo, examino a mi pobre yegua blanca.
Las heridas profundas, la piel desgarrada.
Hasta sus patas sufrieron los mordiscos feroces.
Casi me matan a mi yegua más querida
De emergencia , llamo al veterinario para vacunarla. .
Le acaricio el hocico, hierve en fiebre.
Desespero, lloro abrazada a ella,
Rezo , ella húmeda de fiebre, derrama grandes gotas de sal,
adolorida.
Arreo a mi manada .
El día es frío , húmedo.
El cielo pardo, encapotado
Rompe en aguacero.
Mi linda yegua blanca, espera nerviosa , impaciente a salir a cabalgar.
Apeo a su grupa blanca, ella no conoce de miedos ni el frío merma sus ansias de libertad..
Ama cabalgar . aún las gotas heladas humedezcan su cuerpo.
Una cortina de lluvia impide ver el paisaje.
Ella conoce bien la pista de entrenamiento.
Sus patas trotan, se hunden en el fango, resbalan.
Estornuda con estrépito.
Sé que es preferible cuidar su salud
Las yeguas pura sangre son muy delicadas.
Si bien, cabalgan como alma que lleva el viento en las carreras,
sus patas fuertes , finas. los lomos son músculos puros,
son frágiles al clima.
Jalo las riendas hacia el establo
Ella se opone firme a volver .
Palmeo su lomo fibroso , acaricio su cabeza,
lentamente obedece .
Por la noche , ella cabalgará en la luna, paseará de estrella a estrella , bailará sobre los luceros.
Los niños contemplaran su estampa , su piel nívea , más brillante que la luna plateada .
Dormirán soñando con la hermosa yegua blanca ,que de tan blanca es azul.
El día es frío , húmedo.
El cielo pardo, encapotado
Rompe en aguacero.
Mi linda yegua blanca, espera nerviosa , impaciente a salir a cabalgar.
Apeo a su grupa blanca, ella no conoce de miedos ni el frío merma sus ansias de libertad..
Ama cabalgar . aún las gotas heladas humedezcan su cuerpo.
Una cortina de lluvia impide ver el paisaje.
Ella conoce bien la pista de entrenamiento.
Sus patas trotan, se hunden en el fango, resbalan.
Estornuda con estrépito.
Sé que es preferible cuidar su salud
Las yeguas pura sangre son muy delicadas.
Si bien, cabalgan como alma que lleva el viento en las carreras,
sus patas fuertes , finas. los lomos son músculos puros,
son frágiles al clima.
Jalo las riendas hacia el establo
Ella se opone firme a volver .
Palmeo su lomo fibroso , acaricio su cabeza,
lentamente obedece .
Por la noche , ella cabalgará en la luna, paseará de estrella a estrella , bailará sobre los luceros.
Los niños contemplaran su estampa , su piel nívea , más brillante que la luna plateada .
Dormirán soñando con la hermosa yegua blanca ,que de tan blanca es azul.
miércoles, 16 de julio de 2014
Es mi cuerpo, huesos, articulaciones , venas ,
poros, torrentes de sangre,
bajo la piel de seda
que me habita.
Se enciende como un sol ardiente,
cuando acaricias
mi cuello largo,
los pechos redondos,
colmas tus manos con ellos,
resbalas hasta el vientre.
Despido una fragancia a melaza
dulce de los cañaverales,
crecen flores perfumadas
sobre mi cuerpo.
Inauguras la primavera en julio.
Canto jubilosa a las estrellas,
muero plena sobre tu lecho.
poros, torrentes de sangre,
bajo la piel de seda
que me habita.
Se enciende como un sol ardiente,
cuando acaricias
mi cuello largo,
los pechos redondos,
colmas tus manos con ellos,
resbalas hasta el vientre.
Despido una fragancia a melaza
dulce de los cañaverales,
crecen flores perfumadas
sobre mi cuerpo.
Inauguras la primavera en julio.
Canto jubilosa a las estrellas,
muero plena sobre tu lecho.
“Grabaré todo lo que me descubre el sol
me murmura la luna
lo que me narra la tórtola
en los pozos
cuyos enamorados se han exiliado
para que lo recuerde
me quedaré de pie para grabar
todo el retablo de mi drama
y todas las etapas de la derrota
de lo infinitamente pequeño
a lo infinitamente grande
en un tronco de olivo
en el patio
de mi casa”
me murmura la luna
lo que me narra la tórtola
en los pozos
cuyos enamorados se han exiliado
para que lo recuerde
me quedaré de pie para grabar
todo el retablo de mi drama
y todas las etapas de la derrota
de lo infinitamente pequeño
a lo infinitamente grande
en un tronco de olivo
en el patio
de mi casa”
TAWFIQ ZAYYAD. Poeta, novelista y dramaturgo palestino (1922-1994). Nació en Nazaret. Fue revolucionario y diputado en el Parlamento israelí, defendió a su pueblo contra la cruel política represora del estado sionista de Israel. Uno de los mayores representantes de la poesía de la resistencia palestina, empleó un lenguaje directo imbuido del orgullo de la lucha de su pueblo. Publicó las siguientes obras: Os estrecho las manos, Enterrad vuestros muertos y alzaos, Canciones de revolución y rabia, Omm-Durman. La hoz, el sable y la melodía, Júbilos de la muerte y el martirio, Los prisioneros de la libertad y otros poemas prohibidos y Circunstancia del mundo. Hasta su muerte en un accidente de tránsito, fue alcalde de Nazareth.
Textos
http://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=653
http://aish.com.es/literatura/palestina/560
http://digibug.ugr.es/bitstream/10481/2766/1/Khraiche.09.pdf
http://detenerelgenocidio.wordpress.com/2009/02/04/poemas-de-palestina-libre-poesia-de-resistencia/
http://www.antorcha.net/index/hemeroteca/agustin/1_S.pdfhttp://es.wikipedia.org/wiki/Tawfiq_Ziyad
http://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=653
http://aish.com.es/literatura/palestina/560
http://digibug.ugr.es/bitstream/10481/2766/1/Khraiche.09.pdf
http://detenerelgenocidio.wordpress.com/2009/02/04/poemas-de-palestina-libre-poesia-de-resistencia/
http://www.antorcha.net/index/hemeroteca/agustin/1_S.pdfhttp://es.wikipedia.org/wiki/Tawfiq_Ziyad
Lectura de poemas de Tawfiq Zayyad (1991) –en árabe-:
http://www.youtube.com/watch?v=4A9fkAVqfoM
http://www.youtube.com/watch?v=4A9fkAVqfoM
Instituto Raúl Porras Barrenechea: La casa del silencio
Instituto Raúl Porras Barrenechea: La casa del silencio: El último jueves, la poeta Patricia Temple presentó La casa del silencio , su última públicación, en el Instituto Raúl Porras Barrenechea. ...
martes, 15 de julio de 2014
Son mis huesos, largas, finas extremidades de potranca.
Las articulaciones , filigranas de plata
mi piel, cobertura suave de seda china,
cálida al tacto,
húmeda ,si la acaricias,
de fragancia a melaza pura.
Los ojos, impávidos ante el día nuevo
En el pecho alumbra el alma,
apasionado el corazón,
palpita desbocado ,
cuando amo,
lucho ,
me sublevo,
contra las injusticias
el olvido,
la pérdida
de tu amor.
Las articulaciones , filigranas de plata
mi piel, cobertura suave de seda china,
cálida al tacto,
húmeda ,si la acaricias,
de fragancia a melaza pura.
Los ojos, impávidos ante el día nuevo
En el pecho alumbra el alma,
apasionado el corazón,
palpita desbocado ,
cuando amo,
lucho ,
me sublevo,
contra las injusticias
el olvido,
la pérdida
de tu amor.
40 mil poros conforman la piel
que envuelve mi cuerpo de seda.
Al tacto, es cálida,
cuando el amor me apresa .
Helada, si aquél amor se aleja
Los poros esconden el torrente
de sangre rebelde bajo
el tuétano de mis huesos.
Encienden mis mejillas,
vibra, se humedece, cobra
vida con tus caricias.
Es mi piel, fina cobertura
de mi alma cuando mi pecho
arde cuando te ama.
que envuelve mi cuerpo de seda.
Al tacto, es cálida,
cuando el amor me apresa .
Helada, si aquél amor se aleja
Los poros esconden el torrente
de sangre rebelde bajo
el tuétano de mis huesos.
Encienden mis mejillas,
vibra, se humedece, cobra
vida con tus caricias.
Es mi piel, fina cobertura
de mi alma cuando mi pecho
arde cuando te ama.
lunes, 14 de julio de 2014
1,500 moléculas de sangre recorren mi cuerpo.
Sangre carmesí desde el cerebro acelerado
hasta mis pies de ballerina.
Un torrente incontrolable, rebelde.
Río tormentoso corre por mis venas,
inunda , confunde neuronas, enciende sueños.
Arde mi cuerpo,
la piel se ilumina
al calor de la pasión
que me recorre.
Por los poros escapan gotas menudas
Me ducho, escapan más.
Refriego con fervor mi piel de seda.
Es inútil.
Debo coser mis venas con punto cruz
antes de sucumbir al goteo
del río ardiente bajo mi cuerpo.
Sangre carmesí desde el cerebro acelerado
hasta mis pies de ballerina.
Un torrente incontrolable, rebelde.
Río tormentoso corre por mis venas,
inunda , confunde neuronas, enciende sueños.
Arde mi cuerpo,
la piel se ilumina
al calor de la pasión
que me recorre.
Por los poros escapan gotas menudas
Me ducho, escapan más.
Refriego con fervor mi piel de seda.
Es inútil.
Debo coser mis venas con punto cruz
antes de sucumbir al goteo
del río ardiente bajo mi cuerpo.
domingo, 13 de julio de 2014
734 articulaciones componen mi espinazo.
Dos menudas , las muñecas .
Las rodillas, leales compañeras de caminos añejos.
Mis codos, delicados, bisagran mis brazos.
En mi pecho arde el alma,
734 articulaciones trenzan mi espinazo
Dos tobillos, fuertes , soportan el peso de los ejercicios
Las rodillas , fieles cómplices de spinning
La boca, sonríe constante
Por mis venas , un torrente de sangre revolucionaria.
734 articulaciones componen mi espinazo.
Los huesos , largos húmeros de yegua.
Mis manos, aves dóciles para la caricia
Una película de seda envuelve mi cuerpo,
Una llamarada la consume
cuando me entrego a quien amo.
Dos menudas , las muñecas .
Las rodillas, leales compañeras de caminos añejos.
Mis codos, delicados, bisagran mis brazos.
En mi pecho arde el alma,
734 articulaciones trenzan mi espinazo
Dos tobillos, fuertes , soportan el peso de los ejercicios
Las rodillas , fieles cómplices de spinning
La boca, sonríe constante
Por mis venas , un torrente de sangre revolucionaria.
734 articulaciones componen mi espinazo.
Los huesos , largos húmeros de yegua.
Mis manos, aves dóciles para la caricia
Una película de seda envuelve mi cuerpo,
Una llamarada la consume
cuando me entrego a quien amo.
Biblioteca breve
Viernes, 11 de julio de 2014 | 9:21 pm
Dolor y poesía en La casa del silencio de Patricia Temple
No sabemos mucho de la biografía de Patricia Temple. Se ha conocido que es piurana (1964) y que es licenciada en Interpretación y Traducción por la Universidad Ricardo Palma, pero no tenemos mayores lecturas de sus libros anteriores. Para nosotros, Patricia Temple se nos presenta como nueva. Y es verdad si consideramos que ella publicó su primer libro, Una mujer corre por el malecón, en el 2010. Todo ello –la poca información que tenemos– no nos impide decir que Patricia Temple con su reciente libro, La casa del silencio (Ediciones Amaru), es una poeta de voz personal, nítida y sobre todo una voz que intenta retratarse a sí misma mostrando su primera condición, la de ser humano.
Poemas que grafican una soledad que viene, más que de los espacios físicos, del mundo interior y que son expresados acaso a manera de expiación. Citemos este fragmento: “Soy la mujer que no come la estrella/la loca que cambió el sol por la oscuridad./ Un lobo espera por mí al final del arroyo./ Clava sus garras en su abrazo poderoso. /Nada podrá separarla del delicioso dolor”(pág12).
Sí, dolor, desgarramiento, soledad, conciencia del tiempo final, pero también Eros, el pálpito de vida. Pero quizá, en ese afán de abordar el dolor, Temple exacerbe ese ángulo y descuide otros. Debe recordar que tiene el registro, la intensidad de su lenguaje.
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