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miércoles, 23 de julio de 2014

Apresurada bajo al establo, sin saber que mi Blanquita no está más.
Nadie puede darme noticias de su fuga, o si es un hurto.
Lloro desesperada.
Ella es la más amada, mi yegua de pura sangre.
La yegua maga , alada,,
Quien la secuestraría?
Apeo a la grupa de un caballo de carrera a recorrer el pastizal.
A lo lejos diviso la figura amada bebiendo de las aguas de un arroyo.
No sé si abrazarla  del pescuezo  , tanta es mi emoción
o castigar con un par de varazos sobre el lomo.
Poco más cerca, diviso al potro galán.

Mi yegua está enamorada, , contra ello, nada puedo hacer .
Aprovechó un descuido de los peones , echó a cabalgar libre.
Será mejor conversar con el dueño del potro pardo.
Ofrecerle en compra su ejemplar.
No quiero sentir la angustia de esta mañana.
Ambos enamorados en un mismo lugar , 
es lo que manda el instinto.

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