Hablaremos de sexo, placeres y mucho más, en la tarde, cuando el sol ilumine mi sala y esté fresca.
Excitada no puedo escribir , menos pensar. O viceversa.
Esperemos a la tarde, cuando por las calles sopla la brisa
de un mar no tan cercano.
Hablaremos de ese misterioso privilegio de disfrutar del olor a mar por las auroras y los atardeceres,. Así de la mano terminaremos el día en el café de la esquina, tú, con un tomando capucchino yo con una coca bien fría y seguros ser la pareja más semejante del mundo.
Cada uno es un demente y tiene su locura particular, juntos somos unos locos felices, que armonizan su propia enfermedad al otro, en un microcosmos solo nuestro.
Eso es lo más valioso que la vida nos regaló al final de tantas penurias y soledad. Yo había perdido la esperanza. Mi vida era tan penosa que dejo a la imaginación muchos pasajes triste.
No cuento más porque tengo capítulos por delante para narrar la más increíble y hermosa historia de amor.
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