Pasadas las horas, no siento más dolor por la incomprensión. Si nadie nunca ha comprendido nada de lo que yo escribo, digo, hablo y menos les has importado mi fortuna y desventuras , Que no seamos trágicos y que cada uno diga y piense lo que le de la gana. Pero eso sí, con respeto y bien ganado, por cierto.
Cuantos de ustedes tuvieron a bien salir de sus elegantes casas para ver la calle, el mundo por sí mismo.
Quien se comió las caras malas o las volteadas de cara para no saludarme por juntarme con gente hiper talentosa, como se demostró años después, pero que no eran de sociedad?
El día que ustedes prueben el sabor de una aurora , sola , en la calle, sin un real en el bolsillo y traicionada por el hombre amado, a ver que pensarán.
Sí, fui ingenua pero valiente, antes que nada justa y creía en los sueños. Tanto he creído que la mayoría los he cumplido, sí, cursi, con lágrimas en los ojos, dando gracias a Dios por la alegría inenarrable de comprobar que yo tenía razón. Me enfrenté a muros, a mareas humanas , lo hice y salió bien. No quiero repasar estas líneas después y encontrarme nuevamente con esa bajeza de propaganda de una chata computadora, de un sistema de m.
Yo crecí para ser princesa y ahora luego de haber sido coronado en las calles , soy por derecho propio la dueña y señora de mis días de escritora, la reina de mi hogar, que no es poca cosa.
Saben acaso las veces que comí cal de las paredes pues el hambre hacía estragos, no , no tengan pena.
Venía de gastarme mis últimos centavos en el Wony con los poetas, los teatreros de beber vida verdadera, y qué importa el estómago cuando colmas el espíritu.
Acaso esos despreciados marginados, cuyo talento brillaba bajo la mugre, no son hoy por hoy los grandes escritores y poetas que triunfan en el mundo? Yo sentía la sensibilidad, la pobreza material que emanaba de sus cuerpos, y quería protegerlos. Quería cuidarlos de sí mismos, pues no sabían aún el tesoro que guardaban en sus cabezas.
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