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sábado, 22 de febrero de 2014

He tenido episodios de manía, recién puedo darles ese nombre, en que me queria tirar a todo hombre que pasara por mi costado. Claro que venía de una relación terrible , torturada sicológicamente y era una manera de vengarme . Pero si repites conductas que no son placenteras, sino que te dejan más vacías , busca ayuda 
antes que te cojas un aids o simplemente la frigidez te haga su presa. 
Y eso era lo que me pasaba. No sentía ninguna exitación con nadie, y así uno trás otro buscaba y no encontraba, e iba cambiando de grupos, de barrios, de sectores , llegué al marginal , y nada todos los hombres eran igualmente inútiles.
Entonces fui a buscar mujeres de senos grandes. Las subía en mi carro, como cualquier hombre levanta a una prostituta, y les daba placer . Me excitaba realmente las tetas grandes, las mujeres anónimas , maduritas, les pagaba hasta más, las trataba como amigas, 
las tocaba con ternura y se excitaban hasta regalarles el orgasmo merecido. Contemplar su placer era gratificante y cuando ellas me proponían hacerlo, estaba colmada y sin ganas, igual que los hombres después de hacer el amor. Y me gustaba mucho escucharlas contar de sus experiencias placenteras con clientes, cómo ellas también sentian el deseo en el trabajo, y las ametrallaba de preguntas y solo saber que sí tenían orgasmos con sus clientes, con algunos al menos, me permitía una masturbación nocturna muy satisfactoria. Y hasta ahora es así.

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