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viernes, 28 de febrero de 2014

Leo mis textos de ayer y doy gracias a la amada vida por la felicidad , que creía nunca llegaría.
Llegó pero hoy, al día siguiente soy un pequeño pericotito que huye. Fugo de las clases, me escondo en huecos para que así no me encuentre la tristeza crónica que me habita.
Esa tristeza que tizna mi piel de gris y soledad , cuando es mi mente la que me juega mal.
Hoy haré un esfuerzo supremo por hacer lo que me he propuesto . Y quizás saldré a la calle a dar un paseo con L. Mala idea, L no camina, le duelen las rodillas. Cumplir con mis pequeñas metas de esta mañana será engañar a la mente ,  mi peor enemiga.

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