Los domingos somos más felices , los dos solos y juntos. Es raro que a los años, nos amemos de modo tal que inventamos nuevas formas de querernos. L. es bueno, su egoísmo ha disminuido y lo ha trastocado en una preocupación desmedida por mi. Yo trato de hacerlo feliz, de adivinar sus deseos para sorprenderlo. Y siempre elevamos una oración al cielo por nuestra relación de pareja.
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