El cangrejo que vive dentro de mi mente, despertó otra vez y mordió mis entrañas.
Abandoné como un alma que corre del demonio , mis clases o la verdad es que no asistí.
No tengo más ganas de hacer estúpidos ejercicios para que me crezca el culo. Pareciera que es la única zona que responde.
Me invade la tristeza por la sangre, corre por mis venas, recorre desde los pies hasta la cabeza y solo pienso en morir. O comer.
No debía de sentirme deprimida, tomo mis antidepresivos carísimos, llevo una vida disciplinada y quizás sea eso la rutina que amo , la que ha llegado a herir mi alma.
Mis noches son tormentosas y mis despertares son angustiosas miradas al reloj.
Espero hacer algo nuevo hoy que me permita volver a cantar a la vida, no odiarla como un enemigo sin cara. Un enemigo feroz que ataca a mansalva, en cualquier esquina de mi cama.
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