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lunes, 18 de noviembre de 2013

Qué ingenuidad la mía , creer en las personas,
bien decía mi hija , 
" Mamá, tú crees que todos son como tú",
A   los años,  soy r la misma ingenua,
sensible, romántica, cariñosa,
amante de sus amigos,
y de los poetas .

Aquellas  señoras / señoritas 
que se hacen llamar poetas ,
y son de corazón mezquino,
Dónde quedó el alma, la delicadeza,  la sensibilidad?
Aquellas  murmuradoras de mentiras, 
sembradoras de cuentos  malignos. 
Nada o poco escriben y se hacen llamar pomposamente poetas.

Aquellas , de  poses impostadas para escandalizar. 
Sus rostros se tiñen de verde
cuando otra poeta  publica, presenta, y se esfuerza.
Trabajen, escriban, transpiren poesía y no mezquinen.

Aquellas que se hacen llamar a poetas, 
lamento comunicar , distan mucho de llegar a ser.
Su  un alma no es blanca ni pura.
Viven como cualquier niña burguesa , 
sembrando cizaña. , entorpeciendo amistades.
Su sensibilidad de acero no se conmueve.
 
 Enfrenten los días sudando poesía  .
Escriban un poema, tras otros, hasta entumecer las manos.
La sangre fluya enfervorizada ,  que exploten sus pechos de pasión derramada.
Ardan en las llamas del fuego sagrado  , entréguense en cuerpo y alma.
Vivan con los sentidos ,  sean instinto y  piel.
Entonces serán poetas.

Hasta entonces,
 sellen sus labios  
 y guárdense a cal y canto. 




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