He de prender velas altas ,
aquellas que tiznan las imágenes en procesión.
Velas pequeñas , redondas para petición.
Velas moradas gruesas, velas amarillas de protección.
En círculo, en medio de ellas, tendida, yo.
Mi mente bulle, arde,
la calcina de imágenes de espanto.
Me guardé en el templo , se filtraron por los poros,
me poseen a su antojo.
Es tormento puro.
He de prender velas altas.
hincar rodillas , las manos alzadas al cielo
pedir protección.
Los nervios anudan mis músculos, y son espasmos.
Mis piernas no obedecen, no puedo huir.
La zozobra arrolla mi mente, muerde la piel con dientes de acero.
Silencia oraciones, confunde ideas, olvido mi nombre.
Es una tempestad maligna.
He de prender velas altas,
Las tormentas previas a fiestas me arrasan.
Demuelen mi alma, mi mente, y no hay alivio.
Estoica, soporto, lucho encarnizada.
Muchas veces vence, apenas me resta aliento.
Aquella de hoy azota es un huracán interminable
Hace día no cesa, temo que no parará hasta Navidad.
He de prender velas ,
elevar las manos,
hincar rodillas,
aullar al cielo.
Amaine el tormento,
apague el fuego de mi mente,
un minuto de paz.
Solo uno.
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