Existen pasajes oscuros en mi vida,
silenciados por el olvido,
el vaivén de los días.
Aparecen tardíos algunas tardes,
a robarme la paz.
Sus pasos son leves .
Son sombras , nubes negras.
Despierto perlada de sudor
en pesadillas,
mi cuerpo en espasmos.
Callo.
Mis asuntos son privados , particulares,
secretos.
Mis luchas las libro a diario, sin remedio.
Es mi enfermedad y
escribo poemas para espantar al horror.
No temo escribir sobre mi mal.
Sin embargo,
sobre aquellos tiempos oscuros,
no cuento nada.
Alguna vez me atreveré a escribir sobre ellos,
así me libro del hincón incesante,
aquél que filudo horada mi piel.
Se cierne sobre mí ,como un cielo negro,
se aposta a la vera de mis caminos.
Asusta mis auroras.
Nadie huye de su pasado,
aún lo maquille.
El recuerdo tizna mi cuerpo,
mi mente.
Recorro a paso de procesión,
desgranando las cuentas de un rosario,
por cada pecado cometido.
Bajo el sol o la llovizna,
nadie lo sabe.
Nadie nunca me ha visto.
Avanzo de rodillas,
la frente pintada de cenizas
clamando por perdón.
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