Orillada a tu vera ,
riachuelo de los puquiales.
bebí de tus aguas limpias,
Eras lluvia fresca
sobre mi cuerpo.
Tierno como una espiga,
delgado junco de cañaveral.
Reposado y formal
como los muchachos de otras épocas,
como cuando existía el tren.
Te envuelves en un halo de misterio,
camisita de helechos.
No es importante
Nada quiero saber.
Te cobijo bajo mis alas
cachorro perdido,
y como todo felino,
buscas otros techos ,
otras gatas para maullar .
No es importante.
Nada quiero saber.
Vuelves herido a mis alas,
cachorro mío
para volver a partir.
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