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miércoles, 27 de noviembre de 2013



Desperté ,

el  cuerpo  florecido ,

por mil primaveras,

perfumado de olor a la tierra húmeda.

Los pechos  tibios ,

  y en mi vientre latía  un sol .

Yo,  poeta , silenciosa

entorné los ojos,

evoqué tu pecho,

de poeta joven y distante ,

acaricié suave  mis caderas,

como haces tú,

rocé mis muslos,

bajé a tu territorio.

Lo conquisté  esta vez, para mí.

Y fui , tórrido verano

palpitante carne viva,

torrente de lluvia salada.

Estrellas  fugaces iluminaron mi cielo.


Plenitud .

En absoluta soledad.

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