Permite que roce la yema de mi dedo índice por cada labio tuyo.
Sentir, palparlos pulposos, dibujar su forma ,
las comisuras,
como quien hace un dibujo imaginario en el aire.
No te amo , ni recuerdo siquiera tu rostro.
Tu boca sí.
Está presente al cerrar los párpados .
La noto fresca , al despertar.
En soledad , la evoco delgada, con ganas de mí,
Deseo poseerla suave en un beso ,
jugar con tus labios luego por horas,
como un placer nuevo,
recién descubierto,
placentero e intenso ,
como hacer el amor,
hasta cansarme de ti.
Y pedirte luego salgas de mi vida,
hasta el día que sienta el llamado del deseo,
Te necesite febrilmente.
beba las mieles por ti,
para mi desgracia.
Vuelva por más.
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