Muchachito mío,
has sorbido mis sesos,
enredas mis sueños,
apenas descanso,
ya olvidé comer,
no puedo concentrar mi mente
en nada ni nadie
que no seas tú.
Y tus ojos, pozos hondos de ternura,
donde me tienes presa
por beber el hechizo de tus labios.
Mil rituales contra tus encantamientos,
con aguarrás froté mi piel de seda,
el cuerpo entero cubrí de las cenizas
de los habanos que fumo en mis noches insomnes,
cuando camino en círculos para espantarte.
Clamo al altísimo, hincada , las manos en alto.
A las lagunas encantadas del norte subí,
tierra de mis ancestros ,
donde con mis primas hechiceras
invocamos desnudas al mismísimo demonio
para desatarme de tus ataduras,
pero sabes,
no encuentro sosiego.
Dame tregua, regálame dos días de paz
Seré tuya , por las buenas.
Te lo juro.
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