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domingo, 22 de diciembre de 2013

Poeta mío, me obligas a desenredar mi boca de la tuya,
a arrancar tus ojos tiernos de mi mirada,
salir de ti o tú
 de este cuerpo mío,
que hoy posees a tu antojo
por tus malas artes.
Esta pasión malsana,
consume mis noches,
mis días pesan sobre los hombros,
cierro mis párpados,
en mis pupilas vives tú.
El olor a miel persigue mis días,
Hace tiempo no conozco la paz,
pues esta ansiedad por verte consume mis horas.
Te aviso antes de tenerte de rodillas.

Bien sé yo, que en tu tierra,
aquellas mujeres de luto fuman
 cigarros negros,
repitiendo en cada bocanada mi nombre y apellido.
obnubilando mi mente y la voluntad.


Basta con el tormento, te lo imploro.
O serás presa de mis artes,
no te olvides que soy Hechicera Mayor,
de las tierras altas. donde vive el diablo,
y muchas son mis primas de gran poder.
 Subimos al monte,
a tres días de camino en mula, y otros 3 a pie,
a nadar con mismo maligno en la laguna encantada,
las aguas de las Huaringas.
Allí él nos limpia, nos florece , 
desata cualquier embrujo y lo revierte hacia ti.

Ten cuidado , amor, ten cuidado.
No quiero dañarte, mi niño
te ruego no me obligues
a viajar a mi tierra,
la de mis mujeres hechiceras,
primas hermosas y poderosas
que desnudas copulan con el mismísimo diablo de la laguna.

Estás advertido, mi amor.


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