Antes de arrojar tu cuerpo al mar,
debes conocer algunas verdades:
Es peligroso ir tras una pantera ,
sin conocer el riesgo.
Amamantan a sus crías, dulcemente,
más si quieres seducir a un ejemplar majestuoso
debes dar la talla.
Confieso ,
te creí una cría y bebiste leche
de mis pechos tibios,
te cubrí del frío,
más fui presa de la ternura de tus ojos.
Escaso de mientes,
la seducción fue breve.
Abusaste de una pantera,
de pasos elásticos,
sabes bien
un zarpazo arranco ojos, brazos.
Te lanzo con toda mi fuerza al fondo del mar.
Adiós, gato, poeta mío.
Arranco de esta piel tu olor,
los besos de esa boca pulposa
Y grito, al arrojarte lejos.
Aúllo, adolorida de perderte por siempre.
Vara en otras playas, piérdete en los follajes.
No pretendas nunca engañar a una pantera.
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