He de guardar el secreto de mi muchacho moche.
Si lo nombro , mi cometa puede desaparecer de
la órbita y no encontrarnos más.
Era su boca, mi boca,
sus manos en mis pechos,
mis piernas húmedas puertas al deseo.
Eras mío y yo , tuya.
Nuestros cuerpos, la mesa de los deleites.
Me adoraste y te adoré como un diós de barro.
en ceremonias y rituales a la luz de las velas,
en un paraje lejano,
olvidados por el mundo.
En felicidad plena.
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