He de echar al viento
tu nombre,
los ojos de hechicero
tu olor en mi piel.
He de echar al viento
los recuerdos,
esa ternura tiznada en el cuerpo,
la ilusión .
Armo una bolsa con tu aroma
la arrastro pesada hacia el malecón.
Sin dudar, la arrojo desde el barranco
Veo las cenizas esparcidas en el cielo
Mi corazón liberado.
Por fin, te olvidé.
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