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domingo, 27 de octubre de 2013

He de decir que un  fuego en el pecho me consumía,
noche y día,     desde niña , desde siempre.
Yo lo adormecía , la pira crecía en mi interior.
Resistía el dolor.
Lo negaba,  no me atrevía .

He de decir que el fuego en el pecho me consumía.
Era saber y no creer, desear y no  atreverse.
El  tormento de la cobardía.
Un día no pude más y escribí.
Eran poemas antiguos, hablaban de tiempos olvidados.
Los negaba, no me atrevía.

Cansada de mí ,  desnudé mi cuerpo, la memoria, el alma.
Me derramé entera y, fui hoguera .
Llamas altas crepitaron , ardió mi ser y fui nueva.
Fui poesía.

Desde aquella noche, respiro , duermo, vivo en poesía.
Amante exigente pero grata, es ella,
La poesía.

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