Tendida sobre la arena tibia,
cierro los ojos para no pensar,
solo sentir
las olas mansas besando mis pies,
el calor dorando mi cuerpo,
una gota de agua cae entre mis piernas,
la brisa marina refrescando mi rostro
despeinando mi cabellera
una sensación de felicidad me embarga.
No existe un lugar más solitario que la playa en otoño.
Puedo estar al sol, desnuda.
Sentir poco a poco revivir cada parte de mi cuerpo
Relajada, siento los poros de mi piel
abriendose
como una rosa.
echo fuera el brassier y la dulce sensación
de mis manos abarcando mis pechos
me humedece.
Mis ojos entrecerrados
exploro con dedos tibios
mi sexo ardiente.
Escucho voces de niños ,
es el filo del mediodia.
Aprovecho mis últimos instantes
y corro desnuda al mar.
El agua fría apacigua mis ansias.
De regreso a casa,
seguiré explorando mi piel.
Fresca vuelvo a casa
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