A Leoncio, mi esposo
Duerme, mi bien, descansa
olvida tus pesares,
tu cuerpo torturado.
Sueña con el mar,
como cuando eras campeón
No le temías a nada.
Eras libre de surcar el cielo.
Duerme mi niño.
Yo velo tu sueño
y con mis manos de mariposa
acaricio tu pecho.
Sin romper tu ensueño,
inventando fantasías
para tu consuelo.
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