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jueves, 18 de abril de 2013

Abro las ventanas de mi casa y chillo.
Gritos agudos rasgan el silencio.
Debo echar fuera  a los espíritus malignos,
que habitan mi casa.
Torturan mi mente , roban el sueño
 roban el sueño,  susurran  amenazas.
Muerden mi paz.


Se presentan en forma de aves negras
o a veces son pequeñas muñecas de juguete.
No sé si atacaran hoy.
Guardo un puñal entre mis corvas, 
Tras la puerta espero, sudorosa.

Ayer exorcisé mi casa.
Hoy espero su presencia.

Asestaré de una vez el golpe mortal.

Una vez libre, la claridad volverá a mi casa.
No debo confiarme.

Debo mantener la guardia alerta,
Siempre. 

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