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sábado, 27 de abril de 2013

Antes de ti, yo era una mujer serena.
Conocí el  ardor  cuando niña
con mi primer enamorado,
en la oscuridad de un cine de barrio.

Antes de ti, yo era una mujer resignada.
Llegaste tú,  con esos ojos  incandescentes
incendiaste  mi cuerpo de hembra madura.

Me desespero cuando imagino cómo seran tus roces, 
las caricias en mis pechos.

Solo imaginar los susurros mudos de tu boca,
los  dedos  en mis manantiales,
Ardo en llamas.
Me dejo llevar por los escondites,
los pliegues y repliegues 
que envuelven mi vulva palpitante.
Placeres nunca antes soñados  
queman mi cuerpo día y noche.
Inquietan mi sueño, roban mis horas.
.
A la distancia , sin tocarme
solo con tu mirada de macho,
la sonrisa encantadora.
revivo y vivo la intensidad,
la plenitud de mi cuerpo día a día.

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