En mi cuerpo habita el sol.
Alas de mariposa son tus manos.
Lo rodean,
acarician suaves
lo recorren leves
y cuando cosquillean el vientre,
el sol estalla en rayos de mil colores.
El resplandor ilumina mi cielo pardo.
Y sonrío complacida ante la belleza y
el placer intenso de tus manos de mariposa.
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