Sumegida en tu marea
despierto antes del alba,
mis pupilas reflejan tu mirada.
Su luz enciende mi día.
Mis dedos tibios,
bajan hasta mis montes cálidos
Mis manos los colman,
los besan.
Ruedan hacia mi vientre
hasta el bajo vientre
entre mis piernas
y exloran el nacimiento
del deseo
Rozo delicada, acaricio y descubro
al sol que alimenta
que da vida a mi cuerpo.
Insisto en caricias desesperadas
la urgencia del deseo ciega
penetro mis orificios
Y no soy más yo.
Soy tan solo un hembra hambrienta
de todos los placeres.
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