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domingo, 28 de abril de 2013

Quisiera ser un río,
surcar el largo de  tu cuerpo,
retozar feliz sobre tu piel.

Reflejar en mis aguas
tu rostro de macho
la ternura de tu sonrisa.

Son  mis aguas, 
nieve derretida,
de los picos, 
recorren
cada accidente,
valles y montes 
en su camino
insondable del mar.

Sumérgete en mi marea,
Nada en ella  pues soy  pacífica
ora,  tempestuosa.

Atrévete a descubrir mi fondo

descubre el cofre de mis tesoros. 
No desmayes.
No te rindas
que las joyas 
son para valientes.


Preciosas y frágiles
como diamantes
es mi alma clara.
La ganaste por ser el sol
alegre de cada día.




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