Siento los pasos en mi cabeza,
el fuego calcinando ideas, poemas ,
las voces en mi oído ,
las órdenes.
Es ella, la maldita
Se ha instalado en mi mente ,
sin aviso, y con dolor.
Aquella que roba amores,
los mata, y mancha mis manos de sangre.
Me escondo, me escabullo,
me sigue, no cesa, ha invadido
mi mente, el alma.
Grita, confunde mis ideas,
ha invadido mi casa,
los poros de mi piel.
Aúllo aterrada.
Ardua tarea la de luchar contra la enemiga.
Solo me queda dormir.
Así la engaño por un rato.
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