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sábado, 7 de septiembre de 2013

Guardo en mi alma
una llaga invisible,
horada mi pecho,
con un clavo
oscurece mi día.
y envuelve mi cuerpo
 en una nebulosa pesada
sin ganas de nada
solo dormir y
olvidar.

El era la luz de mis ojos
El canto de mis días.
La alegría de mi cielo

Se fue como las olas del mar.
Aquellas que vienen y no vuelven más.

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