Lentamente, deshago la piel que habita mi cuerpo.
En carne viva, ataco feroz el corazón.
Lo arranco de cuajo.
Muerdo mis labios para no gritar.
En mis manos , lo beso con amor.
Curo sus heridas, que no son pocas,
las remiendo.
lavo sus manchas
y es sangre entre mis manos.
Una voz tremenda resuena en mis oídos.
Es tu culpa.
No piensas , desde niña fuiste igual
solo escuchas a tu corazón.
Cabecita loca.
Coloco mi corazón reparado en el pecho.
Visto mi cuerpo con su piel.
A pasos lentos, sigo mi camino.
La voz tremenda resuena en mis oídos.
Es tu culpa.
No llores.
Cabecita loca.
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