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viernes, 27 de septiembre de 2013

Lentamente, deshago la piel que habita mi cuerpo.
En carne viva, ataco feroz el corazón.
Lo arranco de cuajo.
Muerdo mis labios para no gritar.
En mis manos , lo beso con amor.
Curo sus heridas, que no son pocas,
las remiendo. 
 lavo sus manchas  
y  es sangre entre mis manos. 

Una voz tremenda resuena en mis oídos.
Es tu culpa.
No piensas , desde niña fuiste igual
solo escuchas a tu corazón.
 Cabecita loca.

Coloco mi corazón reparado en el pecho.
Visto mi cuerpo con su piel.
A pasos lentos, sigo mi  camino.

La voz tremenda resuena en mis oídos.
Es tu culpa.
No llores.
Cabecita loca.

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