Antes de la aurora, finas gotas de lluvia cubren mi andar.
Me escondo entre las tinieblas.
Es en vano.
Las voces susurran cantos en mi oído.
Es ella, la maldita , no cesa en su empeño.
Es una enredadera espinosa,
apretuja mi cuerpo,
se cuela en mi mente,
entra por los poros
toma mi ser hasta derrocarlo.
Ha trocado los gritos en melodías.
Quiere seducirme con dulzura.
Acelero el paso, el tono sube.
La voz ordena, impone, grita poderosa.
Corro agitada.
Acezo,
Es muy tarde.
Ha invadido mi mente.
Derrotada,
Me hace suya.
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