Corro, salto, me escabullo.
escondida preparo el atado.
Huyo de la enfermedad que me habita,
los ataques de las aves,
la angustia que corroe mis entrañas.
El atado contiene todas mis penas.
Pesa mucho, lo arrastro hasta el malecón.
Desde el barranco , al mar profundo .
Por hoy puedo cantar salmos,
libre de ataques de aves y oscuridad.
Mañana repetiré la acción .
Día a día , con paciencia
me libraré de la tristeza,
de mi cielo turbio,
de la llovizna
que empaña mi alegría.
No será por mucho tiempo.
Pronto espero al sol,
radiante, intenso
como la felicidad.
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