Entre las tinieblas me agazapo
Corro lejos de casa.
Las voces en mis oídos,
taladrando órdenes, susurrando insultos.
A voz en cuello, ordena.
No me detengo.
Su chillido atroz golpea mi rostro.
Mis tímpanos no lo soportan.
Caigo al suelo,
suplico piedad.
Escucho alaridos burlones.
Has vencido , Maldita.
Una vez más.
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