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sábado, 21 de septiembre de 2013

Antes de la aurora, tiño mis brazos con betún,
las piernas, el cuerpo entero.
Pintura de guerra para la batalla

Al primer paso, la maldita torna en culebra

se enrosca, aprieta,  alcanza mi cuello,
lucho casi sin voz .

 Recuerdo la fuerza de mis piernas.
Patean  poderosas y la sacuden lejos,
ágil , tomo un puñal 
 la parto en mil.
Agonizando chilla maldiciones
Los puntapiés no cesan.
La llevo hacia el sótano
Encerrada, estoy a salvo.
Esta vez gané yo.
Mañana  cobrará nuevas formas.
Pelearé aguerrida.
No me amilanas más, Maldita.

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