Antes de la aurora, tiño mis brazos con betún,
las piernas, el cuerpo entero.
Pintura de guerra para la batalla
Al primer paso, la maldita torna en culebra
se enrosca, aprieta, alcanza mi cuello,
lucho casi sin voz .
Recuerdo la fuerza de mis piernas.
Patean poderosas y la sacuden lejos,
ágil , tomo un puñal
la parto en mil.
Agonizando chilla maldiciones
Los puntapiés no cesan.
La llevo hacia el sótano
Encerrada, estoy a salvo.
Esta vez gané yo.
Mañana cobrará nuevas formas.
Pelearé aguerrida.
No me amilanas más, Maldita.
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