Papi, necesito tu consuelo.
Mi corazón es una rosa abierta ,
sangra incesante, mis ojos, un río
una corriente de lágrimas ahoga mi pecho.
Duele tanto el olvido.
sigo siendo la misma chica ingenua de siempre ,
a pesar de mis años, .
Tú decías siempre que yo no aprendía de las malas experiencias .
Y repito los errores y luego me derrotan las penas .
las heridas del alma,
solo por unas palabras bonitas cantadas al oído.
Qué bien me conocías.
Cómo no estás a mi lado, para prevenirme ,
tomarme bajo tu ala protectora,
envíame a lavar la cara
a seguir caminando
sin que nadie note mi pena.
Padre te necesito cada día de mi vida ,
hoy más que nunca.
Añoro a gritos , tu sabiduría , tu paciencia de médico, tu amor incondicional.
Serena, luego de escribirte, me baño, visto y pinto una sonrisa en mi rostro.
Te doy gusto porque nada me hace más feliz.
Me visto de coraje y a continuar erguida, digna y orgullosa .
como siempre me enseñaste.
Papi, miro al cielo y sé que eres una estrella brillante
en la inmensidad del firmamento.
Cuidando de mí,
de esta cabecita loca,
que tanto querías.
Todo lo perdonabas,
Papi mío.
Mi corazón es una rosa abierta ,
sangra incesante, mis ojos, un río
una corriente de lágrimas ahoga mi pecho.
Duele tanto el olvido.
sigo siendo la misma chica ingenua de siempre ,
a pesar de mis años, .
Tú decías siempre que yo no aprendía de las malas experiencias .
Y repito los errores y luego me derrotan las penas .
las heridas del alma,
solo por unas palabras bonitas cantadas al oído.
Qué bien me conocías.
Cómo no estás a mi lado, para prevenirme ,
tomarme bajo tu ala protectora,
envíame a lavar la cara
a seguir caminando
sin que nadie note mi pena.
Padre te necesito cada día de mi vida ,
hoy más que nunca.
Añoro a gritos , tu sabiduría , tu paciencia de médico, tu amor incondicional.
Serena, luego de escribirte, me baño, visto y pinto una sonrisa en mi rostro.
Te doy gusto porque nada me hace más feliz.
Me visto de coraje y a continuar erguida, digna y orgullosa .
como siempre me enseñaste.
Papi, miro al cielo y sé que eres una estrella brillante
en la inmensidad del firmamento.
Cuidando de mí,
de esta cabecita loca,
que tanto querías.
Todo lo perdonabas,
Papi mío.
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