Yo lo abrigaba entre mis brazos ,
en mis sueños lo guardé.
Nunca se lo dije.
Mirarlo era contemplar la noche más hermosa
sumergirme en el mar sereno de sus ojos.
La cicatriz que cruza mi rostro,
aún la maquille ,
es una herida profunda.
tardará en cerrar.
La herida en mi alma la zurzo con hilo fino.
Es en vano,
sangra gotas negras y mancha mis ropas.
el piso de mi casa.
Ardua tarea la de coser heridas.
Secar el piso sucio de sangre.
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