Enroscada en la esquina de mi habitación recuerdo nítidamente que una vez recibí una llamada
Casi pude caer de rodillas de la felicidad.
Salté como una quinceañera.
Eso fue el año pasado ?
Eras tú, el mismo desgraciado que me causó la sicosis paranoide.
Ahora, serena los recuerdos me atacan uno por uno.
Me tenías bailando en la palma de tu mano, enviando dinero a USA para vaya saber para que mujer , que deuda- .
Ahora, dónde estarás?
Dices que tu hija mayor está enferma. Cúal será?
La que te tiene agarrado , enchuchado por estos tiempos?
Bueno, la verdad es que siento un gran alivio.
Bien sabes que yo cumpli con mi parte del trato.
Te toca ahora a ti, bribón.
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