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sábado, 8 de junio de 2013

Finas gotas de llovizna
hincan mi piel,
alcanzan el alma,
la hieren sin piedad.
Es esta soledad  maldita
que  me habita.
Persigue incesante  mis días
enturbia mi cielo,
destroza alegría 
la llevo pegada a mi cuerpo
veranos e inviernos.


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