Un hombre de sonrisa amable tenía un puñal entre las manos.
Sonreía feliz mientras depredaba mi bien más preciado.
Despanzurro las almohadas, apuñaló mi colchón.
Nadie vio nada.
Ni una palabra se oyó.
Un hombre de sonrisa amable tenía un puñal entre las manos.
Sonreía feliz mientras embetunaba mi alfombra.
Ellos dijeron que yo gritaba.
Ni una palabra proferí,
Un hombre de sonrisa amable tenía un puñal entre las manos.
Sonreía feliz mientras me atacaba.
Trozó mis piernas, rasguño mis brazos.
Todo fue silencio.
No te fíes nunca de un hombre de sonrisa amable.
Aquellos que muestran los dientes son los peores.
Los otros, sus cómplices.
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