El invierno es una enredadera de musgo,
que trepa por mi cuerpo,
desde los pies a la garganta,
hasta la afixia, enemiga feroz.
Es el tormento que hiere mis rodillas
Me condena a la melancolía
en tardes grises de lloviznas,
sin luz ni color,
El invierno es una tortura lenta.
Horada día a día mis huesos, la piel,
debilita mis fuerzas, se come mi alma
Madita estación cuándo marcharás de una vez.
Cúando el bendito sol, el azul del cielo .
La felicidad.
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