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miércoles, 21 de agosto de 2013

El invierno es una enredadera de  musgo,
que trepa por mi cuerpo,
desde los pies a la garganta,
hasta la afixia, enemiga feroz.

Es el tormento que hiere mis rodillas
Me condena a  la melancolía
en tardes grises  de lloviznas,
sin luz ni color,

El invierno es una tortura lenta.
Horada día a día mis huesos, la piel,
debilita mis fuerzas, se come mi alma


 Madita estación  cuándo marcharás de una vez.
Cúando el bendito sol, el azul del cielo .
La felicidad.   

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