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martes, 13 de agosto de 2013

No te enamores nunca de un desconocido
o como dice mi buena amiga y poeta Patti
no hagas migas con un hombre ignorante,
sin mundo, ni calle , sin esquina ni barrio.
Te cortaran el alma con un punzón
y la herida profunda duele, sangra a raudales
Tarda meses en cicatrizar.

El me buscaba desesperado todas las tardes
nos encontrábamos en la medianoche de su país,
No podía dejar de contemplar mis ojos.
Reiámos sin contral, conversábamos sin tregua
hacíamos el amor poseídos de una pasión juvenil,
hechizera.
El fuego de cada encuentro nos fue consumiendo.

Nos amamos tiernamente también, eso lo sé a ciencia cierta.
Era tan dulce, que aún a los meses extraño su sonrisa.
Huyó de mi cuando supo de mis sombras y de mis soles
de mi maldita enfermedad.
Lo perdí una  negra tarde mía en que la tormenta me poseyó,
la furia irracional  que no pudo entender.

Se asustó, lo espanté y huyó.

Son tardes como éstas cuando lo añoro y se me apreta el alma
pero no hay marcha atrás.

O me quieres enferma , o sana o o no me quieres.
Adiós poeta español.

Me extrañarás.

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