Recorro las comisuras de tus labios
de orilla a orilla
con la yema de mis dedos.
Cada pliegue es una historia
atada a tu boca.
Aquella que quiero disfrutar
en su profundidad cavernosa.
Conocer sus pliegues,
saborearte entero,
como un manjar.
No temas.
Será placentero.
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