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martes, 13 de agosto de 2013

Corrí mil kilómetros , atravesé avenidas peligrosas de madrugada 
solo para hallar soledad y desconcierto.
Una cicatriz cruza mi rostro de lado a lado.
Tú no la ves,
yo la observo con horror en el espejo cada aurora.

Corrí mil kilómetros, atravesé avenidas peligrosas de madrugada
para desvestir esta piel ajena que me cubre.
Tú no la ves, pero hieres mis huesos y acompaña mis pasos sin mi permiso día a día.

Corrí mil kilómetros, hice amigos , tuve amores y los perdí en el camino,
por esa maldita tristeza que me habita.
No es la cicatriz de mi rostro
ni la piel que me viste 
o las lamentaciones de mis poemas
la oscuridad de mis ojos.

En vano corro pues no puedo huir de la soledad que me habita.

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